Modena se prepara para el boom turístico de Pavarotti

La casa donde vivió Pavarotti, reconvertida hoy en museo, se prepara para el aluvión de turistas que llegará tras el estreno de un documental del tenor

El próximo 13 de julio se estrenará el documental de Ron Howard sobre Luciano Pavarotti, uno de los tenores más grandes del siglo XX. Y la ciudad de Módena, donde se encuentra su última casa, está frotando las manos para el boom turístico que puede llegar este verano.

Conocido como el cantante que llevó a la opera al gran público, especialmente tras su papel de Rodolfo en La Boheme, Pavarotti sigue presente en el corazón de muchos aficionados a la música doce años después de su muerte.

La casa permanece como la decoró Pavarotti: con los colores vivos en las paredes, en donde predominan el amarillo y el rojo

De hecho, el último hogar de Pavarotti en la ciudad es, desde 2015, un museo que rinde homenaje a su figura y su carrera. Esa casa, terminada en 2005, fue donde el maestro italiano conoció a Nicoletta Mantovani, su último amor.

Ambos se casaron en 2003 en la Ópera Modena, que hoy lleva como nombre Teatro Communale Luciano Pavoratti, en honor al artista.

La Casa Museo de Luciano Pavarotti

La casa permanece tal como la decoró Pavarotti: con los colores vivos en las paredes, en donde predominan el amarillo y el rojo. En las paredes cuelgan los cuadros de su autoría, que durante mucho tiempo fueron su pasatiempo preferido.

“En los años ochenta, durante una actuación en la Toscana, alguien le regaló un lienzo y unas pinturas. Empezó a pintar compulsivamente y ya no pudo parar”, explicaba Mantovani.

El museo también recoge la amplia colección de correspondencia que tuvo Pavarotti en los últimos años de su vida: de la princesa Diana a Hillary Clinton, pasando por el rey español Juan Carlos I y Bruce Springsteen, entre otros.

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La casa recoge la colección de cartas del artista. Fuente: Casa Museo Luciano Pavarotti

Objetos personales y artísticos

Allí también se pueden ver algunos de los trajes que Pavarotti usó en sus actuaciones líricas. El cantante se preocupó en guardar al menos unos 29 vestidos creados para grandes producciones de ópera.

Una de las partes donde más se conmueven los visitantes es en la habitación donde Pavarotti murió en 2007. Todavía cuelgan varias fotos familiares junto a su cama, mientras que en un armario siguen guardados varios pañuelos de seda que solía usar con elegancia informal y un sombrero de Panamá.

También se pueden ver diversos objetos personales como cajas de música, partituras, libros, una pequeña colección de muñecas rusas, una extraña taza con forma de cabeza de perro y un delicado piano Steinway donde llegó a brindar clases gratuitas a alumnos.

Su habitación permite tener una aproximación más intimista al tenor, uno de los más grandes del siglo XX

A un lado hay un maniquí vestido con el esmoquin que solía usar como en las presentaciones con Domingo Carreras y Plácido Domingo y el pañuelo blanco que era su sello de identidad.

piano pavarotti
El piano donde Pavarotti solía dar clases gratuitas a niños de Módena. Fuente: Casa Museo Luciano Pavarotti

En una mesa donde Pavarotti jugaba al briscola (un juego de naipes), hay una serie de pajaritas que parecen pequeños murciélagos, unos clavos curvos que el tenor solía acariciar para que le den buena suerte, y un diario donde apuntaba el resultado de sus actuaciones. En casi todos se leen «OK».

Qué faltaría por encontrar

Sin embargo en la casa no hay ninguno de sus múltiples discos de platino ni los 500 premios que Pavarotti cosechó a lo largo de su carrera. Tampoco hay muchos rastros de sus campañas a favor de los refuguados en todo el mundo, lo que le valió un reconocimiento humanitario más allá de su música.

Aun así, ni en el museo ni en el documental se hace referencia a la otra cara de la moneda de Pavarotti: escándalos con óperas o cargos por evasión fiscales. Como dijo una vez uno de los mejores directores de orquestra, el alemán Carlos Kleiber: “Cuando Pavarotti canta, el sol sale de nuevo”.

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