Nexus: donde arquitectura y pasión por el vino se dan la mano

Visitamos la Ribera del Duero para conocer cómo se elabora el vino en la más vanguardista de sus bodegas

Desde el Palacio de Frontaura y Victoria, un majestuoso edificio de 1574, en el corazón de la ciudad de Toro y los vinos de Bodegas Frontaura hasta las ultramodernas Bodegas Nexus, en la Ribera del Duero, se teje todo un proyecto que nace sobre la arquitectura y el vino y que se articula sobre la pasión de una pareja excepcional: la que forman Camino Pardo y Ulpiano González. 

Nos centramos, en este caso, en la vertiente vallisoletana de la experiencia Nexus & Frontaura y comenzamos en Valladolid, en un hotel boutique cálido, coqueto y moderno en su casco histórico, frente a la iglesia Santa María la Antigua, a dos pasos de la Catedral y en pleno barrio de las famosas tapas de Valladolid. Llegar al hotel al anochecer a la luz de los faroles y entre monumentos teñidos de ámbar es el mejor de los preludios.

Camino Pardo, 50% del proyecto, es una de las enólogas más relevantes del panorama actual

Al entrar en el hotel, el vino emerge como protagonista: en las estanterías, en las fotos que decoran las paredes, y en ese bar donde también se hacen catas, cuyas lámparas cumplen con la sinfonía luminosa y perfecta de la luz nocturna vallisoletana.

Wine bar Nexus Valladolid

Wine bar Nexus Valladolid. Foto: Hotel Nexus.

Sus 27 habitaciones están equipadas con lo más moderno y vanguardista en diseño y calidad, desde la fina lencería a los dispositivos electrónicos. Sin embargo, son sus vistas, desde esos balconcillos de la era isabelina que nos asoman a la fecunda historia de la ciudad, capital en tiempos, las que nos roban el corazón.

De paseo por la animada noche de Valladolid se pasan por tascas deliciosas -dan ganas de entrar en todas-, hasta llegar al restaurante Vino Tinto Valladolid, lleno a rebosar, donde espera un  chuletón de buey de primera, chorizo criollo y las mejores hortalizas. Un banquete que regamos con un Nexus Plus elaborado con viñedos viejos, con notas de frutos negros, intenso y perfecto para esa carne que se deshace en la boca.

[Para leer más: Habla o cómo un sueño se convirtió en una bodega exclusiva]

Bodegas Nexus

La visita a la bodega nos adentra en la vida que rodea la Ribera del Duero, sus viñas y sus gentes que hacen posible esos caldos extraordinarios. Nexus bordea la ribera. El río Duero se deja ver en sus viñedos e instalaciones, recordándoles que, si hay algún protagonista, es él.

Las modernas instalaciones de Nexus. Foto bodegas Nexus

Las modernas instalaciones de Nexus. Foto: Bodegas Nexus.

Y llega la hora de conocer a aquellos que han hecho posible Nexus, el matrimonio de Camino Pardo y Ulpiano González, maridaje extraordinario no solo en el terreno personal, sino también en la profesionalidad, el buen hacer, y el amor por el vino que ambos transmiten.

Todo comenzó en Toro en las bodegas familiares de Ulpiano de 120 hectáreas que siguen haciendo honor a su herencia con el vino de Frontaura en el legado familiar del Palacio de Frontaura que da nombre a la primera bodega.

Nexus nació en 1999, un vino más ligero que el de Toro como corresponde a su D.O. Ribera del Duero donde prima la uva tempranillo, y se fermenta en una bodega ultramoderna.

La arquitectura exterior minimalista del edificio augura un interior claro y diáfano. Pero antes de entrar es imprescindible el recorrido por el jardín japonés, “niño mimado” de Camino y Ulpiano, donde se escucha el sonido de sus fuentes y, con suerte, el fluir del río, y donde los bojes y las especies traídas de oriente conforman un rincón donde reina la paz.

Camino Pardo. Foto Manena Munar

Camino Pardo es la enóloga y 50% de Bodegas Nexus. Foto: Manena Munar.

Una vez dentro, en el espacio diáfano y a la vez acogedor, cada detalle está pensado con gusto y practicidad. Las lámparas naranjas que resaltaban en el Hotel Nexus en Valladolid iluminan también la entrada de la bodega, que cuenta con 40 hectáreas divididas en los cinco pagos que representan las etiquetas de las botellas.

La pulcritud y practicidad se reflejan a cada paso. El aislamiento que evita filtraciones. Los canalones perfectos.

El que todo esté en una misma planta facilita el movimiento y la manipulación, y todo fluye en armonía entre la uva y el vino embotellado.

Nexus ha elegido para sus bodegas la más alta tecnología que incluye el sistema Enocontrol, que permite monitorizar absolutamente todo desde que la uva entra en la bodega hasta que sale embotellada.

JardiÌn japoneÌs en Nexus. Foto Manena Munar.

JardiÌn japoneÌs en Nexus. Foto: Manena Munar.

La bodega-museo

La bodega parece un museo, un ejemplo a seguir en el manejo de la uva. Del mundo metálico de gigantescas cubas se pasa a la calidez del roble francés, que tomar forma en 500 barricas en las que los vinos adquieren matices y descansan hasta alcanzar la madurez deseada.

Y llega el momento de la cata, de sentir en el paladar lo visto y oído. Nexus One deja apreciar su juventud de nueve meses en barrica y el sabor afrutado y dulce. Nexus Crianza 2011 es fresco en boca y recuerda al regaliz, mientras que Nexus Plus es intenso y deja entrever notas mentoladas.

Si las etiquetas de las botellas son elegantes y atractivas, hay una que llama la atención por su diseño mitológico. El Pisarrosas es tierra, sol y vida. “Nace de un suelo calcáreo y pobre y no ha tenido más remedio que profundizar en la tierra para sacar lo mejor de ella” explica Camino con esa elegancia y amor por la tierra que se le adivina nada más conocerla.

Sala de barricas. Foto Bodegas Nexus

Sala de barricas. Foto: Bodegas Nexus.

De ahí su nombre, hombre-árbol cuyas raíces al revés demuestran lo que le ha costado salir adelante y lo bien que lo ha hecho consiguiendo deliciosos aromas de flores, higos y tomillo armonizados con la frescura de los frutos rojos y un noble ensamblaje que deja notas de torrefactos, caramelo y especias.

¿Una última sorpresa? Nexus Kosher, único vino que beben los judíos ortodoxos. Todo hay que decirlo y las bodegas Nexus & Frontaura es de las pocas que lo elaboran. Es además un vino completamente ecológico que descubre el sabor a la tierra que lo alimenta.

A qué sabe la Ribera

Si el vino de la Ribera del Duero tiene un duende especial, también lo tiene su gastronomía. Como final de la experiencia, nada mejor que probar el Pincho de Lechazo del maestro asador Mesón Asador Carlos en el pueblo de Traspinedo, cerca de las bodegas, donde su dueño Carlos lleva 40 años asando el lechazo, siempre con la misma destreza y cariño del primer pincho.

Pisarrosas. Bodegas Nexus.

Pisarrosas. Foto: Bodegas Nexus.

El delicado bocado que ha perdido toda la grasa en el asador, churruscado por fuera y tierno por dentro, es digno de los más exigentes paladares y más cuando se acompaña de una copa de Pisarrosas, perfecto para la ocasión.

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