No solo de arroz y naranjas vive la Comunidad Valenciana

Horchata, turrones, cerveza artesana y vinos singulares de las terres dels Alforins son otros de sus tesoros gastronómicos

La huerta valenciana contiene un tesoro: es el único lugar de Europa donde se cultiva chufa, el superalimento de moda cuyos campos se pueden recorrer además de aprender a elaborar horchata.

Descubrir sus turrones, visitar fábricas de cerveza artesanal, como La Socarrada, o adentrarse en los vinos de las Terres dels Alforins de la mano de Celler del Roure o la bodega Arráez, que presume de ser la más ‘canalla’ de España, son otros de los viajes gastronómicos que nos ofrece la Comunidad Valenciana.

La ruta de la chufa

Cuenta la leyenda que una joven dio a probar una bebida blanca y dulce al rey Jaime I el Conquistador quien, muy complacido por su sabor, preguntó “¿Qué es aixo?” (¿Qué es esto?), y la joven respondió “es leche de chufa”, a lo que el rey replicó “¡aixo no es llet, aixo es or xata!” (¡esto no es leche, esto es oro, chata).

Actualmente se producen en la Comunidad Valenciana unos 5,3 millones de kilos de chufa seca, de los que el 90% está amparados por la Denominación de Origen

Sea este el origen de su nombre o no, lo cierto es que la horchata se basa íntegramente en la chufa, un pequeño tubérculo que necesita para crecer tierra muy fina como la de L’Horta Nord. Actualmente aquí se producen unos 5,3 millones de kilos de chufa seca, de los que el 90% está amparados por la Denominación de Origen.

La ruta de la chufa permite contemplar campos de este tubérculo, maquinaria para la cosecha, toda ella inventada en Valencia, secaderos y construcciones únicas de la zona como son las barracas y las alquerías.

Durante el proceso de secado –cuando los hidratos de carbono se convierten en azúcares-, que debe durar un mínimo de tres meses, según establece la D.O., se realizan dos removidos diarios de los tubérculos.

La horchata se elabora con la chufa recogida dos años antes, que se tritura, se prensa y se tamiza, añadiendo agua y azúcar en el proceso. 

Horchata todo el año

En noviembre, antes de la recolección -actualmente a máquina-, se puede disfrutar de un auténtico espectáculo como es la quema de la parte aérea de la planta.

La horchata se elabora con la chufa recogida dos años antes, que se tritura, se prensa y se tamiza, añadiendo agua y azúcar en el proceso. El resultante es una bebida de propiedades digestivas muy saludables pues es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Además, es útil para el control del colesterol y no contiene lactosa, por lo que puede ser consumida por los alérgicos. Y como dicen por aquí: la horchata no es de verano; es de todo el año.

En Sequer lo Blanch, en Alboraya, llevan siete años haciendo rutas en las que muestran el cultivo de la chufa, el proceso de secado, y hacen talleres en los que enseñan a elaborar horchata en casa.

Además, en el restaurante, construido en un antiguo secador, ofrecen gastronomía de la huerta, pudiéndose degustar además de arroces y horchata, alioli de chufa y cerveza Cambra, hecha con chufa.

Cuando la cerveza La Socarrada, con romero y miel de romero, obtuvo en 2012 el premio Superior Taste del International Taste & Quality Institute de Bruselas, sus fundadores, Sergio Iborra y Rafa Suñer, no tenían fábrica

Cerveza La Socarrada

Cervezas enriquecidas con otros productos de la tierra, como la naranja y el agua de mar, son las que elabora la cervecería La Socarrada en su fábrica de Xàtiva.

Cuando la cerveza La Socarrada, con romero y miel de romero, obtuvo en 2012 el premio Superior Taste del International Taste & Quality Institute de Bruselas, sus fundadores, Sergio Iborra y Rafa Suñer, no tenían fábrica.

Fábrica de cerveza La Socarrada.

“Nos llamaron de Texas preguntando quién era el distribuidor de Estados Unidos”, recuerdan sonrientes Sergio y Rafa, que ahora venden sus cervezas en 21 países mientras que La Socarrada, a la que definen como una “belga con corazón mediterráneo”, ha ido acumulando premios.

Er Boquerón es la primera del mundo hecha con agua de mar, además de maltas blancas sin mucho tostado, lo que la convierte casi en un vino blanco

Cerveza de agua de mar

Un año después del premio abrieron la planta cervecera y lanzaron la cerveza Er Boquerón, la primera del mundo hecha con agua de mar, además de maltas blancas sin mucho tostado, lo que la convierte casi en un vino blanco.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Chulisimo el reportaje de #erboqueron en @lacocinaesvida http://lacocinaesvida.com/cerveza-er-boqueron/

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Después llegó Toro, tostada y con la peculiaridad que madura con madera de barrica de Jerez Pedro Ximénez. La última en llegar a esta familia ha sido la Socarrada Orange, pues “el cliente nos demandaba una hermana de La Socarrada”.

Lleva piel de naranja macerada y miel de azahar, y es refrescante y fácil de beber. Es ideal “para un foie, higos, queso de cabra o incluso un postre de chocolate”, cuentan sus fundadores, que aseguran que “algún día haremos una cerveza negra”.

De la cerveza al vino

Al sur de Xàtiva nos encontramos con una zona vitícola cargada de historia, las Terres dels Alforins, con 12 bodegas, donde se hace vino desde los primeros asentamientos en la Península Ibérica, con huellas de la práctica de la viticultura desde hace 2.400 años.

En 2007 la bodega estaba a punto de bajar la persiana cuando Toni Arráez, de la tercera generación, se hizo con el negocio y la convirtió en la primera bodega ‘canalla’ de España, especialmente enfocada al público joven

Las herramientas tradicionales de la vid de la zona se pueden ver en la bodega Arráez, cuya sala de cata está en los antiguos depósitos. Situada en Font de la Figuera, esta bodega fue construida sobre tres antiguas bodegas de viticultores y produce vino desde 1950.

En 2007 la bodega estaba a punto de bajar la persiana cuando Toni Arráez, de la tercera generación, se hizo con el negocio y la convirtió en la primera bodega ‘canalla’ de España, especialmente enfocada al público joven.

Su filosofía se resume en “transgredir y romper con la seriedad que aleja a los vinos de la gente joven”, nos cuenta Toni. Para ello cambiaron de filosofía y de producto. Ahora son la única bodega que lleva sus vinos a conciertos y festivales.

Mala vida –ya convertido el vino más vendido de la Comunidad Valenciana en su franja de precio-, Bala perdida y Vivir sin dormir son sus referencias, que se elaboran a partir de las uvas autóctonas Monastrell, Moscatel y Verdil.

Mala vida, Bala perdida y Vivir sin dormir son las referencias de bodegas Arráez, que se elaboran a partir de las uvas autóctonas Monastrell, Moscatel y Verdil

Celler del Roure

En Moixent, el Celler del Roure compró una finca de 40 hectáreas de viñedos sabiendo que tendría una bodega, como todas las fincas de la zona, pero no tan grande como la que encontraron.

Sus cuatro lagares de cerámica para la fermentación datan posiblemente de época romana, si bien no hay constancia por escrito hasta 1614. La bodega apuesta cada vez más por la cerámica, que ya representa la mitad de su producción, aduciendo ventajas como la temperatura y la porosidad.

Celler del Roure ha recuperado la variedad Mandó, que con la producción de vino a granel había desaparecido, y la incluyen en sus vinos. Los más conocidos de la bodega son Maduresa, el único que pasa por cerámica (8 meses) y madera (14 meses), y Les Alcusses.

Celler del Roure

En la visita a la bodega, los fines de semana, se pueden observar réplicas de piezas de viticultura encontradas en el poblado de La Bastida de les Alcusses.

Y de postre, turrón

Como a los fabricantes de chufa, también a los turroneros les gustaría que su producto se consumiese todo el año. En Cabanes, Castellón, tierra de almendras Marcona, se encuentra la fábrica de turrones artesanales San Luis, que en septiembre comienza la campaña de Navidad.

La visita a la fábrica, que realizan todo el año, incluye un espacio para la historia y cultura del turrón, un producto que en sus inicios se hacía en casa, en las alquerías, porque había almendros.

Entre otras curiosidades, durante la visita se aprende que el turrón blando sale del duro y que su origen está cuando se elaboraba en casa y al partirlo se saltaban las migas, que comenzaron a machacarlas en un mortero, las calentaron y vieron que estaba bueno.

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