En Normandía el arte impresionista se respira en cada pueblo

El festival Normandía Impresionista organiza más de 100 exposiciones y debates sobre este movimiento que cambió la historia del arte a fines del siglo XIX

A fines del siglo XIX un grupo de artistas que residía en París decidió poner rumbo a Normandía para captura la luz de esta región del norte de Francia, pero aplicando técnicas totalmente innovadoras. Así nació el impresionismo, una corriente que cambiaría la historia del arte.

Lo interesante no es solo como el impresionismo creció de manos de grandes creadores como Monet, Manet, Renoir, Jourdain, Morisot, Degas y Cézzane, sino como este movimiento fue influenciado por las tecnologías y la industrialización que estaba cambiando rápidamente a las ciudades y a la sociedad europea.

El festival más importante del impresionismo

Esos son los conceptos que tomará el Festival Normandía Impresionista, que se realizará entre el 3 de abril y el 6 de septiembre en numerosas ciudades de esta región francesa.

La edición de este año del Festival Normandía Impresionista profundiza en cómo este movimiento reflejó los vertiginosos cambios sociales que traían la expansión industrial

“El color, día tras día” es el lema del evento, que rememora el espíritu del impresionismo: cada jornada es diferente a la otra, nunca un minuto es igual al otro, y esos cambios se plasman en las obras de este movimiento, con unas texturas de la luz que no se habían visto antes.

Claude Monet, Les promeneurs

‘Los prometidos’, obra de Claude Monet.

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Los pintores no buscaban describir, sino reflejar lo que sienten, su ‘impresión’ del paisaje y las personas.

Arte e industria

Una de estas exposiciones, Villas ardientes, en el Museo de Bellas Artes de Caen, describe cómo las actividades industriales cambiaron para siempre la forma de vivir y trabajar en las ciudades normandas, con el surgimiento de una clase obrera.

Las obras impresionistas ya no se limitaban a buscar la belleza en los paisajes campestres, también enseñaban las duras condiciones laborales en las fábricas y los puertos, y las protestas laborales que explotaron durante el último tercio del siglo XIX.

Eugène JANSSON Foto Gothenburg, Museum of Art

La llegada de la luz artificial según EugeÌ€ne Jansson. Foto Museum de Arte de Gotemburgo

La llegada de la luz (artificial)

El impacto de las tecnologías también se encuentra en Noches eléctricas, la muestra organizada por el Museo Malraux de Le Havre.

La llegada de la luz eléctrica cambia la percepción del arte de manera radical: por primera vez en la historia era posible pintar de noche sin riesgo de arruinar la vista con las velas.

A su vez, las ciudades iluminadas presentaban un paisaje inédito que los pintores se apuraron a plasmar en sus telas, como el ‘Nocturne’ de Eugène Jansson o la ‘Féérie nocturne’ de Maxime Maufra.

El gran mecenas

El impresionismo no solo se construyó gracias a los artistas. Algunos mecenas fueron clave en su expansión, como François Depeaux. Este industrial, conocido como ‘el hombre de los 600 cuadros’, fue amigo de Renoir, Pisarro, Sisley y Toulouse-Lautrect y un promotor de sus trabajos.

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Su trabajo y filantropía se podrán conocer en la exposición que organiza el Museo de Bellas Artes de Rouen.

Le canal aÌ€ l'entreÌe des eaux de Charlez, museÌe de la Chartreuse, Douai, ancienne collection d'Henri Duhem  © MuseÌe de la Chartreuse, Douai

Los impresionistas salieron a buscar la belleza de los paisajes. Foto: MuseÌe de la Chartreuse, Douai

Pintar al aire libre

Si muchos pintores dejaron París por Normandía no iba a ser para quedarse encerrados en sus talleres.

En la isla de Guernsey un trayecto de senderismo permite conocer 15 obras de Renoir en su marco natural

Pintar en el campo, a la vera de un río o sobre las playas infinitas de Normandía será uno de los motores de este movimiento, como se puede ver en la muestra ‘Al aire libre, de Corot a Monet’, que se realizará en el Museo de los Impresionistas de Giverny.

La vida en Cherbourg

Hubo destinos de Normandía que magnetizaron a los impresionistas y otros que pasaron desapercibidos. Pero que igualmente tuvieron huella en sus creaciones. De eso trata la muestra ‘Viajes en tierras desconocidas’, que en el Museo Thomas-Henry de Cherbourg-Octeville explica cómo eran las condiciones de vida de los artistas que llegaron a esta ciudad industrial, en la provincia de Cotentin.

Autoportrait de Claude Monet Gauthier Fabri

Autorretrato de Claude Monet. Foto: Gauthier Fabri

El impresionismo no es solo para hombres

Muchas veces se cree que el impresionismo fue un mundo de hombres. A pesar de la abrumadora presencia masculina hubo mujeres que se abrieron camino, como Berthe Morisot, Mary Cassat y Eva González.

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Esta última solía visitar la ciudad de Dieppe en sus vacaciones con Henri Guérard, y esta ciudad le dedica una retrospectiva en su homenaje.

El arte en estado salvaje

Pero no hará falta ir a museos para descubrir las obras impresionistas. En la isla anglo-normanda de Guernsey se creó el Paseo de Renoir, un recorrido por las costas y los bosques insulares donde se pueden descubrir 15 marcos que capturan la imagen que este pintor reflejó en sus obras.

renoir isla pase

El Paseo de Renoir en Guernsey permite conocer las localizaciones de sus obras. Foto: Turismo de Islas Anglo-Normandas

 

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