Nuevo Museo del Perfume: París rinde culto a los aromas

Situado en el sótano de un antiguo teatro del siglo XIX, que luego fue velódromo y años más tarde una tienda de muebles, el museo hace un repaso fascinante a los 3.000 años de historia del perfume, desde el antiguo Egipto hasta nuestros días.

Cerca de 300 objetos de la colección particular de la familia Costa, propietaria de la casa Fragonard (envases, frascos, botes, quemadores, cajitas de olor…), se exponen ahora a lo largo y ancho de estos fragantes 1.200 metros cuadrados. En realidad, éste es el cuarto museo abierto por la firma, pero el más grande y espectacular; otros dos se encuentran igualmente en el barrio de la Opéra de Paris y un tercero en Grasse (Provenza).

Paseo por la historia

Quizá el hecho de que sea un sótano sin luz natural es lo que hace que la atmósfera resulte especialmente propicia para adentrarse en el universo de perfume. El arquitecto encargado del proyecto, François Muracciole, ha mantenido sabiamente los techos pintados, los viejos parqués, los estucos románticos, las chimeneas y las lámparas, a la vez que ha recreado el ambiente de un laboratorio del siglo XIX con alambiques en cobre y vigas metálicas Eiffel que se hunden en la penumbra.

La entrada al museo.

En el centro de la sala principal se encuentra un enorme mezclador de materias primas, acompañado de pantallas con vídeos que muestran las etapas de fabricación del perfume (recogida de las flores, destilación, maceración y acondicionamiento) con imágenes de archivo y actuales.

En las vitrinas están expuestos los objetos de la colección de la familia Costa, procedentes de anticuarios y casas de subastas, que retratan la historia y el papel del perfume a lo largo de los años: como herramienta de seducción casi siempre, elemento de rito funerario en el antiguo Egipto, con propiedades medicinales en la Edad Media, como ambientador del hogar en el siglo XVII, como obra de arte en el XVIII (los joyeros hacían entonces magníficos envases en lapislázuli, ágata, cristal o esmalte) y ya como elemento de la moda en el siglo XX.

«Narices» superdotadas

El museo tampoco se olvida de las famosas «narices», esos profesionales con el olfato tan superdotado que pueden componer los tres tiempos fundamentales de la pirámide olfativa del perfume: cabeza, corazón y fondo. En otra sala, dispuestos en fila en varios niveles, más de 200 frascos idénticos etiquetados con cada esencia forman una especie de órgano para mostrar cómo trabajan estos creadores y cómo el vocabulario de la profesión se inspira directamente en el de la música, con la composición por ejemplo de las «notas aromáticas».

Las esencias dispuestas en forma de órgano.

Al lado se encuentra la mesa de trabajo de un perfumista contemporáneo (con su pantalla y tubos de ensayo), otra sala con una colección de etiquetas, un fresco sobre la casa Fragonard y una tienda de la que es prácticamente imposible salir sin haberse hecho un regalo: como detalle a sus visitantes, todos los perfumes se veden a precio de fábrica.

Datos prácticos: Musée du Parfum Fragonard. 9, rue Scribe. 75009 París (Francia). Tel: 33 147420456. Abre de lunes a sábado, de 9 a 18 horas; domingos y festivos, de 9 a 17 horas. Entrada gratuita.

Nuestra pista: Conviene saber que Eugène Fuchs, que fundó la empresa en 1926 en Grasse (Provenza), le puso ese nombre como homenaje al pintor Jean-Honoré Fragonard, originario también de la capital del perfume.

a.
Ahora en portada