Ocho maravillas de la arquitectura que coquetean con el caos

El decontructivismo ama las distorsiones, la fragmentación y la ruptura de la linealidad y construye edificios que se asemejan a gigantescos puzzles

Aunque es difícil encontrar arquitectos que se autodenominen deconstructivistas, lo cierto es que hay edificios repartidos por todo el mundo que comparten una misma obsesión por la fragmentación, la asimetría, la ruptura de la linealidad, la manipulación de las superficies y la búsqueda de nuevas geometrías.

Se trata de un ‘caos controlado’ que han desarrollado especialmente arquitectos como Frank Gehry, Zaha Hadid, Peter Eisenman o Rem Koolhaas.

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El término fue acuñado por el francés Jacques Derrida en la década de 1980 y se consolidó con una exposición que le dedicó el MoMA en 1988, organizada por Philip Johnson y Mark Wigley, que reunieron trabajos de diferentes arquitectos que parecían compartir similitudes en sus diseños.

Más que un auténtico movimiento, partía de una exploración de cada uno de los arquitectos que, sobre la base del contructivismo ruso, comenzaron a explorar espacios y volúmenes, cuestionar reglas y alterar tanto las estructuras como las pieles que las envolvían. Los resultados pueden verse hoy en todo el mundo.

Vitra Design Museum, Frank Gehry

Posiblemente uno de los mayores y más prolíficos exponentes del deconstructivismo lo encontramos en Frank Gehry. Entre sus primeras grandes obras destaca el Vitra Design Museum en Weil am Rhein, Alemania, aunque muy cerca de la ciudad suiza de Basilea.

Vitra Design Museum. Foto Wikipedia

Vitra Design Museum. Foto: Wikipedia.

Inaugurado en 1989, se trata de un collage de torres, rampas y cubos, con formas curvilíneas altamente expresivas que, sin embargo, no son ajenas a su función ni olvidan la importancia de la luz en un edificio que debe albergar la exposición de muebles de la firma Vitra.

Pese a sus modestos 700 m2 de espacio expositivo en dos plantas, es un claro ejemplo de crecimiento orgánico que propone este movimiento arquitectónico.

MAXXI, Zaha Hadid (Roma)

En 1998 la arquitecta angloiraquí ganó el concurso internacional entre más de 270 propuestas para construir un museo totalmente dedicado al arte contemporáneo en Roma. Se inauguró diez años después, como “una escuela para el arte” más que un contenedor de objetos.

MAXXI. Foto Jean Pierre DalbeÌra Flickr

MAXXI. Foto: Jean Pierre DalbeÌra | Flickr.

Muros curvos de hormigón deparan sorpresas en todos sus rincones, como una escalera negra en suspensión o un techo abierto que absorbe luz natural. Elementos con los que, según Hadid, se pretendía “un nuevo tipo de fluido de la espacialidad de múltiples puntos de perspectiva y geometría fragmentada, diseñada para encarnar la fluidez caótica de la vida moderna”.

Biblioteca pública de Seattle, Rem Koolhaas

La inauguración de la Biblioteca Pública de Seattle en 2004 supuso toda una ruptura de moldes que sorprendió, en el centro de la ciudad de Seattle y contrastando con los rascacielos circundantes, con un exterior totalmente acristalado y líneas futuristas que, sin embargo, no descuidan la funcionalidad del edificio.

El arquitecto Rem Koolhaas y su estudio OMA lograron demostrar que los libros estaban muy lejos de desaparecer y creó un espacio en el que investiga nuevas formas de navegar entre ellos a través de espirales continuas en lugar de los clásicos estantes.

Biblioteca PuÌblica de Seattle. Foto Abhay Bharadwaj Pixabay

Biblioteca PuÌblica de Seattle. Foto: Abhay Bharadwaj | Pixabay.

Además de libros y grandes espacios de lectura y encuentro bañados de luz natural, que se reparten por los cinco bloques que se colocan unos sobre otros, la institución se abre a otras formas de conocimiento como un gran almacén de información donde tienen cabina todas las formas mediáticas, antiguas y nuevas.

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Imperial War Museum Nort, Daniel Libeskind

El arquitecto polaco Daniel Libeskind logró plasmar en este edificio inaugurado en 2002 el horror de la guerra y la causa pacifista.

Casi como una gigantesca escultura, el conjunto está dotado de simbolismo, tanto en su interior como en su exterior, con una imagen rupturista que logró convertirse en símbolo de la ciudad de Manchester.

Manchester Imperial War Museum North. Foto Wikimedia Commons.

Manchester Imperial War Museum North. Foto: Wikimedia Commons.

El diseño se basa en la figura de un globo fragmentado en tres partes que se arman de nuevo, en referencia a los efectos de la guerra en una inquietante reflexión. Los pabellones interconectados, que representan tierra, aire y agua, albergan las salas de exposiciones, espacios de ocio y restauración, y salas de espectáculos, todo bajo una cubierta de acero asimétrica y de formas ondulantes y sinuosas.

Museo Guggenheim, Frank Gehry

Aunque muchos más edificios del arquitecto ganador del Pritzker en 1989 merecerían estar en esta selección, como la Casa Danzante de Praga o el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, nos quedamos con el Guggenheim que no solo revolucionó la arquitectura, sino toda una ciudad, generando un efecto repetido después con más o menos éxito por el cual la inversión en un hito arquitectónico es el revulsivo para revitalizar un área deteriorada de la ciudad.

Museo Guggenheim. Foto Enrique LoÌpez Garre Pixabay

Museo Guggenheim. Foto: Enrique LoÌpez Garre | Pixabay.

Inspirado en la forma y textura de un pez, se trata otra vez de un edificio-escultura de formas que desafían a la geometría. Una piel de titanio y acero que recubre una forma orgnánica evoca el pasado industrial y la esencia de Bilbao, con formas que hacen referencia a la metalurgia y los astilleros, pero también a las velas desplegadas, los barcos o los peces.

Estadio Olímpico de Pekín, Herzog & de Meuron

Conocido popularmente como El Nido, este espectacular estadio se construyó con motivo de las olimpiadas de Pekín 2008. Diseñado por los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron en colaboración con ArupSport y China Architecture Design & Research Group, se basa precisamente en la trama de un nido y está formado por incontables ramas y entrelazamientos formados por piezas retorcidas de metal. Estas piezas, además de valor estético, se sustentan recíprocamente, al igual que los nidos de los pájaros reales.

El Nido. Foto Hong Jiang Unsplash

El Nido. Foto: Hong Jiang | Unsplash.

De formas onduladas, lo verdaderamente impresionante es que la piel que envuelve el estadio no es solo su envoltura, sino que es también fachada y cubierta y acoge otras estructuras como las escaleras.

Ciudad de la Cultura, Peter Isenman (Santiago de Compostela)

En medio de idas y venidas, parones y redefiniciones del colosal proyecto de la Ciudad de la Cultura en Galicia, permanece una de las obras culmen de Peter Eisenman, otro de los estandartes del deconstructivismo.

Museo Ciudad de la Cultura.

Museo Ciudad de la Cultura.

El proyecto recrea una nueva cima en el monte Gaiás, una suerte de costra pétrea que se funde con el terreno en el que edificios son también parte de la topografía.

Groninger Museum, Alessandro Mendini

Si vamos a la ciudad de Groninga, al norte de los Países Bajos, resulta imposible pasar por alto el espectacular museo que Alessando Mendini completó en 2011. En realidad se trata del rediseño de un museo original de 1874 que consta de tres pabellones (con la firma de otros diseñadores como Philippe Starck y Coop Himmelb.

Groninger Museum. Foto Zachtleven fotografie Pixabay

Groninger Museum. Foto: Zachtleven fotografie | Pixabay.

Junto a un canal y frente a la estación de ferrocarril, a la que se une por un puente para peatones y bicicletas, emerge un conjunto de estilo futurista que destaca por el vivo colorido un cilindro plateado, una torre amarilla y cubos rojos y azulados que componen un conjunto extravagante que ha logrado, sin embargo, convertirse en un éxito popular totalmente integrado en el paisaje urbano.

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