Ocho pistas para explorar el Marrakech más chic y actual

Direcciones imprescindibles para descubrir otra cara de la ciudad más vibrante de Marruecos

Marrakech es, sin duda, la ciudad más valorada por el turismo extranjero de entre todas las que conforman el llamado cinturón imperial de Marruecos. El auténtico diamante de la corona que, además, está en constate renovación.

Evidentemente, en Marrakech siguen siendo más que recomendables sus reclamos clásicos. Sobre todo pasar una tarde-noche en la que es, probablemente, la plaza más increíble del mundo: Jemaa el Fna. Que no lo es por su urbanismo o la arquitectura de sus edificios, sino por las cosas alucinantes (espectáculos, encuentros, intercambios comerciales…) que pasan en ella cada día, desde el amanecer hasta la medianoche y más allá.

Fascinante como ninguna, Jemaa el Fna es posiblemente la plaza más increíble del mundo, un micromundo donde pasan cosas alucinantes a cada momento

[Para leer más: Una historia de Marrakech desde los jardines de La Mamounia]

No menos interesante es dedicarse al callejeo por el laberinto de la Medina de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Sobre todo, en las calles más cercana a la Plaza, con ese zoco donde es posible comprar (regateando, claro) absolutamente de todo.

Plaza Jemaa el Fna, Marrakech. Foto: Celso Claro | Pixabay.
Plaza Jemaa el Fna, Marrakech. Foto: Celso Claro | Pixabay.

Pero lo que realmente hace atractiva a Marrakech es su dimensión universal y el hecho de que, como en toda urbe activa y de moda que se precie, los restaurantes, los locales de ocio, las tiendas y los hoteles andan siempre a la búsqueda de las últimas tendencias.

Hay unos cuantos buenos ejemplos que lo demuestran.

A la caza de las últimas tendencias

No muy lejos de la Plaza, en pleno bazar, está uno de los restaurantes con más éxito de la ciudad: Nomad. Es un decir lo de restaurante porque, aunque aquí se puede comer (y muy bien, por cierto), es realmente un multiespacio donde tomar un café de tarde (o un té a la menta), mientras se contempla el atardecer de la terraza, o un lugar ideal para las sobremesas post-cena, mientras se disfruta de la vista sobre los coloristas tejados de la ciudad.

El planteamiento parece ya de por sí bastante atractivo. Pero es que este lugar, además, es un imán para artistas, intelectuales, gente de la moda e influencers, que encuentran aquí uno de los mejores ambientes de la ciudad.

Nomad Marrakech.
Todo el mundo quiere estar aquí. Foto: Nomad.

Un concepto similar, aunque éste con una confesada vocación de sky bar, es el de Le Salama. Atardeceres y madrugadas con mucho glamour, ideales para tomar una copa o una cerveza (tienen hasta after hour, una rareza dentro de la Medina). Aunque también se puede cenar alguno de sus suculentos cuscús y taboulés.

[Para leer más: Los siete mejores riads de Marrakech]

Le Salama, Marrakech.
Un oasis de buen gusto. Foto: Le Salama, Marrakech.

La meca del buen gusto

Quien quiera una cena (o una comida) de auténtico y exclusivo lujo, debe reservar mesa en alguno de los restaurantes de La Mamounia. Este clásico entre los alojamientos de Marrakech, vinculado a la Casa Real marroquí, renueva sus cartas casi cada año, para adaptarse a los nuevos gustos y técnicas culinarias. Triunfan los sabores locales del restaurante Le Marocain, que se surte, en parte, de las huertas y jardines de plantas aromáticas del propio establecimiento.

Personalidades como Winston Churchill vivían largas temporadas en el hotel. Foto La Mamounia.
La Mamounia continúa siendo un icono en Marrakech. Foto: La Mamounia.

Pero también merece la pena degustar cualquiera de las propuestas de L’Italien (más informal) o Le Français. Este último, ideal para la cena, ofrece una fantástica cocina de producto y autor y requiere de etiqueta.

Cuando el glamour está en los hoteles

Desde luego, algunas de las mejores propuestas de Marrakech se encuentran en sus hoteles de lujo. Es el caso de Mandarin Oriental, cuya piscina se convierte, con el buen tiempo, en uno de los lugares más agradables de la ciudad.

Grandes hoteles como La Mamounia, Mandarin Oriental y Barceló Palmeraie son también excelentes opciones para cenar o tomar una copa en clave chic

Entre palmeras y una exuberante vegetación y con las montañas del Atlas de fondo, un baño en esta piscina es el mejor aperitivo para una comida en el restaurante Pool Garden del complejo, bajo unas maravillosas pérgolas pobladas de buganvillas.

Mandarin Oriental Marrakech
Recortado sobre las montañas del Atlas se alza un hotel de ensueño. Foto Mandarin Oriental.

La vegetación tropical es también uno de los elementos significativos del hotel Barceló Palmeraie. De hecho, se encuentra junto al Palmeral de Marrakech, un espectacular y exclusivo entorno de 17 hectáreas de extensión y que es uno de los símbolos de esta gran urbe.

Alojarse en el hotel Royal Mansour, casi una ciudad dentro de la ciudad, es una de las experiencias más singulares en la vida de todo aquel que se lo pueda permitir

Este hotel de cinco estrellas ofrece a sus huéspedes todo tipo de lujos. Eso sí, está algo alejado del centro (a unos diez kilómetros) lo que, por otro lado garantiza tanto la tranquilidad como la privacidad.

En el corazón de la Medina

Eso no quiere decir que en el laberinto de la Medina no pueda hallarse privacidad. Ni mucho menos. Justo en ese entorno es donde se encuentra uno de alojamientos más exclusivos (o, directamente, el que más) de Marrakech: el hotel Royal Mansour.

 

Prácticamente una ciudad dentro de la propia ciudad, este alojamiento es propiedad del rey de Marruecos. En total, 53 riads o, mejor dicho, auténticos palacetes individuales, en los que los huéspedes se sienten como auténticos nobles. Ayuda la casi invisible presencia de un servicio que supera en número (y con mucho) al de los alojados.

De hecho, existen pasajes específicos, incluso túneles, para los empleados del hotel, de tal forma que en el desarrollo de su labor no se crucen con los clientes. Lógicamente, esto tiene un precio y, desde luego, no está al alcance de cualquiera. Pero, claro, alojarse aquí será, sin duda, una de las experiencias más singulares en la vida de todo aquel que se lo pueda permitir.

[Para leer más: Descubrimos el universo de Yves Saint Laurent en Marrakech]

De compras por Dar el Bacha

Una última referencia, sobre todo para amantes de las compras chic, es la calle Dar el Bacha, muy próxima a la medina y bastante lejos en concepto a las típicas tiendas de souvenirs que asaltan a los visitantes en pleno zoco.

Khalid Art Gallery, Marrakech.
Moda, arte y artesanía se dan cita en esta calle de Marrakech. 

Aquí el ambiente es mucho más tranquilo y lo que se vende (objetos de decoración, textiles, complementos, joyas, arte, delicados pasteles…) muestra un buen gusto que se agradece.

En la calle de tiendas chic por excelencia merece la pena dar una vuelta por la coqueta librería Dar el Bacha y curiosear entre su selección de títulos internacionales de todo tipo de disciplinas

Por eso, este lugar es un foco de atracción para los nuevos creadores marroquíes, que encuentran aquí un buen lugar donde mostrar sus creaciones. Buen ejemplo es la librería Dar el Bacha, donde la madera y una increíble selección de títulos internacionales son absolutos protagonistas.

La Boutique Hanout, de la diseñadora marroquí Meriem Rawlings, las galerías de arte Khalid y Dar el Bacha, donde encontrar obras de artistas locales contemporáneos, pero también antigüedades y artesanías, el Hammam de la rose o el hotel Palais Khum son solo algunos de los rincones que no deben faltar en nuestra ruta.

a.
Ahora en portada