Pastor por un día

El mundo rural y empresas especializadas se alían para promocionar el pastoreo de alta montaña

Cambiar el teléfono móvil por una máquina para esquilar ovejas, gritar al perro pastor para que ordene el rebaño en vez de hacerlo a tus compañeros de trabajo, pasar de la comida que metes en el tupperware a tomar queso o cuajada elaborado por ti mismo, y descubrir el silencio de la naturaleza con el que huir del claxon de los coches, son varias de las actividades que engloba la experiencia turística Pastor por un día.

Y es que fue precisamente un pastor, Patxi Solana, el que pensó que todas las labores diarias que él realizaba día a día en los alrededores del Parque Natural de Urkiola, situado en el País Vasco, podían causar interés entre los turistas urbanos y viajeros que quisieran vivir una experiencia. Y mediante su idea, y la ayuda de la empresa de servicios de desarrollo rural Alluitz Natura, la crearon en marzo del año pasado.

La propuesta permite al viajero alejarse de la vida urbana, tecnológica, ajetreada y fugaz en la que vive, y otorgar más valor a los elementos tradicionales que componen el medio natural, aquel de donde venimos y del que poco a poco hemos ido desarraigándonos para acercarnos a una mónotona rutina que planifica nuestro día a día.

Programa

La jornada se confecciona mediante las necesidades individuales de cada turista, por lo que la empresa otorga una gran flexibilidad a los ‘futuros pastores’ y permite que elijan qué actividad quieren desarrollar más en profundidad o dónde desea disfrutar más tiempo.

Normalmente hay dos grandes bloques: el de naturaleza, paseos con el rebaño y el perro guía, donde les muestra su habilidad para manejar a las ovejas; y la fase de trabajo artesanal, en la que los turistas pueden elaborar productos derivados del ovino.

El día comienza con un invitado de excepción, Harri, el Border Collie que guía al ganado. Con él, Patxi realiza las primeras exhibiciones del día, pone en marcha a sus ovejas y comienza su paseo por el espectacular paraje de Urkiola, que comprende casi seis hectáreas del Parque Natural.

Naturaleza

Tras tomar contacto con la naturaleza y refrescar sus pulmones, los viajeros tienen que remangarse. Los más atrevidos asisten en el parto de las ovejas, las llevan a la peluquería para esquilarlas y si lo desean, las ordeñan para obtener la leche que luego usarán en las distintas elaboraciones artesanales.

Los más mañosos serán los encargados de hacer la cuajada, el queso o los productos de cosmética natural, como los jabones, que se pueden realizar por medio de la actividad. Al finalizar el proceso, tienen la suerte de degustar los alimentos para ponerle nota al cocinero.

Variedad

La gama de posibilidades que ofrece la experiencia Pastor por un día es amplia, eso sí, es conveniente tener en cuenta cuándo se va a reservar la actividad, ya que dependiendo de la época del año, uno podrá participar en una u otra fase de la vida de la oveja.

La temporada del pastor comienza en noviembre y prolonga su primera fase hasta enero, período en el que lo más destacado es atender el parto de las ovejas; de enero a julio, las actividades que se pueden desempeñar son el ordeño y la campaña del queso Idiazabal, elaborado en el País Vasco y Navarra únicamente con la leche de la oveja de raza latxa, protagonista de la actividad.

El esquileo

Antes, con la llegada del calor de finales de mayo y principios de junio, se desarrolla la época del esquileo, y para cerrar el ciclo, de julio a noviembre, las ovejas realizan la trashumancia, la migración del ganado a regiones más húmedas, importante acción para la preservación de los ecositemas.

Las actividades artesanales que se realizan en esta experiencia son la elaboración del queso y la cuajada, el desarrollo de productos de cosmética natural y talleres de lana donde se hacen broches y pulseras.

Precios

La actividad, promocionada desde el portal de turismo de Euskadi, se desarrolla en un principio con grupos de al menos ocho personas, pero se ajustan a las peticiones individuales de cada colectivo, por lo que hasta ahora han recibido grupos y familias de cuatro personas hasta cuadrillas de 24 miembros.

Aunque tiene una duración mínima de tres horas, los propietarios del caserío permiten alargarlo durante el día cuanto se desee, y muchos de ellos continúan aprendiendo con las ovejas por la tarde o incluso se quedan a comer allí y pasan el día en familia.

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