Perpignan y Colliure: los pueblos que enamoran a los artistas

Matisse, Picasso, Dalí, Maillol y otros artistas eligieron la belleza provinciana de Perpignan y a la vecina Colliure para atrapar la inspiración

Le llaman La Catalana, y tiene razones para presentarse así. Perpignan se encuentra a 15 km de la frontera con España, y su historia se nutrió durante generaciones de haber sido parte de la Corona de Aragón.

Esta pequeña ciudad de Occitania comparte con las vecinas Colliure y Ceret un interesante triángulo que inspiró a grandes artistas del siglo XX como Salvador Dalí, Pablo Picasso, Henri Matisse y André Derain, entre otros.

La luz que atrae

La luz de este rincón allende los Pirineos, su suave clima mediterráneo y su calma provinciana atrajeron a los artistas como ahora lo hacen con legiones de turistas.

Sus boulevares construidos hacia el 1900 con sus residencias art decó contrastan con la fortaleza medieval, pero todas tienen en común un tono rojizo de las piedras extraídas en las canteras de las cercanías.

dali estacion perpignan

Estación de Perpignan, cuadro de Salvador Dalí.

La revelación de Dalí

Dalí fue uno de los mejores estrategas publicitarios que pudo haber tenido Perpignan. El pintor residía en el norte de Cataluña, del otro lado de la frontera montañosa, pero frecuentemente cruzaba a Perpignan.

Dalí decía que en la estación de Perpignan se le ocurrieron las mejores ideas de su vida

El artista decía, un poco en serio y un poco en ironía (como siempre) que la estación ferroviaria de la ciudad francesa era “el centro del universo”, y que allí habría tenido las mayores inspiraciones. “Siempre es en esta estación de Perpignan, que se me ocurren las ideas más geniales de mi vida”, dijo.

[Para leer más: En Normandía el arte impresionista se respira en cada pueblo]

Así lo plasmó en el cuadro de 1965 Estación de Perpignan, donde apenas hay rastros ferroviarios excepto el de un vagón, pero en que un juego de luces simétricos homenajea a otras pinturas como el Ángelus de Millet, en una composición típica de su período místico-nuclear.

Museo Hyacinte Rigaud

Obras de arte moderno en el Museo Hyacinte Rigaud. Foto Museo Hyacinte Rigaud

Picasso, uno de los visitantes ilustres

Picasso fue otro asiduo visitante de Perpignan, sobre todo entre los años 1953 y 1955, donde se solía alojar en el hotel de la familia Lazerme.

La antigua residencia de esta familia se convirtió en el Museo Hyacinte Rigaud, donde hay obras de arte desde el gótico al barroco, hasta llegar a creadores modernos como el Aristide Maillol y, por supuesto, del mismo Picasso, de quien podemos ver el Retrato de Madame Paule de Lazerme en un vestido catalán, de 1954 o el Job de Alfons Mucha.

No es el único museo de Perpignan donde se pueden ver arte. En el Centro de Arte Contemporáneo Walter Benjamin se homenajea a este filósofo y a diversos artistas de los últimos 120 años que pasaron por esta región del sur de Francia.

 Arte en las calles de Perpignan. Foto: Christine y Hagen Graf-Flickr

 Arte en las calles de Perpignan. Foto: Christine y Hagen Graf-Flickr

El gran museo en un pequeño pueblo

No muy lejos de Perpignan se encuentra un pequeño pueblo de menos de 8.000 habitantes, Céret, que tiene un llamativo Museo de Arte Moderno.

Céret, pueblo con menos de 8.000 habitantes, aloja uno de los museos de arte moderno más importantes del sur de Francia

Fue creado por dos pintores locales, Pierre Brune y Frank Burty-Haviland, con obras de los artistas que pasaron por la comarca. Gracias al impulso de Picasso y de Henri Matisse el centro creció hasta ser uno de los centros de arte más importantes del sur de Francia.

Museo ceret

Sala de museo de Ceret. Foto: Museo de Ceret

El artista malagueño donó 57 obras, que se suman a otras 21 que el museo fue adquiriendo, en un patrimonio que se completa con trabajos de Braque, Gris, Soutine, Chagall, Herbin, Matisse, Masson y Krémègne, además de artistas españoles como Miró y Tàpies, entre otros.

La ciudad que inspiró a Mattise

Citamos a Mattise, quien como Dalí 60 años después, tuvo su revelación en los alrededores de Perpignan. Desesperado en la búsqueda de su estilo arribó a esta ciudad occitana y de allí siguió viaje a Colliure, pueblo ubicado a 20 minutos en tren sobre el Mediterráneo, donde los Pirineos se sumergen en el mar en forma de calas aisladas de gran belleza. Allí es donde descansa Antonio Machado.

Colliure Foto Joan Flicrk

Las calles de Colliure están llenas de ateliers. Foto Joan Flickr

Las autoridades locales se preocuparon en incentivar que las casas se pinten de cualquier color menos blanco y negro, lo que se tradujo en un vistoso mosaico cromático de viviendas protegidas por el verde de las montañas y el azul del mar.

Mattise y Derain sentaron, en su estancia en Colliure, las bases del movimiento fauvista

Fue el lugar ideal para que el pintor francés pudiera crear en libertad y armonía, lo que se refleja en sus obras como La playa roja, que se puede ver en la Galería Courtauld de Londres.

O la de su amigo André Derain, que pintó El faro de Colliure, donde la imagen de la antigua estructura medieval y unas barcas, de un amarillo furioso, se considera una de las obras claves del fauvismo, el movimiento que crearon con Matisse y que se consideraría como una vertiente del postimpresionismo.

colliure

Colliure sigue atrapando a los artistas.

Colliure tiene, como Cadaqués, un magnetismo que atrapa a los artistas, como se ve en las numerosas galerías y ateliers que se encuentran en las callejuelas de su casco histórico.

a.
Ahora en portada