Plitvice: un viaje al otoño más hermoso de Croacia

Uno de los parques naturales más hermosos de Europa se viste de otoño y nos recibe entre impresionantes cascadas y vibrantes colores

No es fácil decidir cuándo es más hermoso Plitvice: si en primavera cuando las flores salpican los campos rompiendo con su colorido la intensa gama de verdes de sus prados o ahora, en otoño, cuando los bosques se incendian con tonalidades vibrantes y dan lugar, en contraste con lagos y cascadas, a uno de los espectáculos naturales más increíbles que existen.

Imaginemos que nos decantamos por esta última y ponemos rumbo a Croacia uno de estos días. Su parque nacional más conocido -y el único incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco- es realmente excepcional en el mundo.

El Parque Nacional de Plitvice nos espera con un total de 16 lagos de color esmeralda e impresionantes cascadas bajo las que pasear a través de una intricada red de senderos de madera

Su mayor atracción la integran un total de 16 lagos de color esmeralda conectados entre sí por cascadas, que se nutren del río Korana y se rodean de espesos bosques de hayas y abetos. Además, nos espera una intrincada red de cuevas, fuentes, prados y numerosas especies de animales protegidos, entre ellas osos, linces y lobos. ¿Nos vamos?

Colores de otoño en Plitvice. Foto: Woo Hyeon Kim | Unsplash.
Colores de otoño en Plitvice. Foto: Woo Hyeon Kim | Unsplash.

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Parque Nacional de Plitvice

Incluso el invierno es buen momento para recorrer Plitvice y sus 295 km ubicados en el centro del país, cuando las cascadas se congelan y todo está cubierto de un profundo y silencioso manto de nieve.

Antes de que lleguen las nieves, sin embargo, aún es buen momento para tomar un original barco eléctrico que sirve para recorrer el parque, ya que conecta los 12 lagos superiores con los 4 inferiores.

En el paseo tendremos tiempo de maravillarnos con los colores que dibujan las aguas, que van desde la transparencia más absoluta a vivas tonalidades turquesa, pasando por todas las variedades de azul que podamos imaginar. No es que las aguas sean de un color u otro, es que cambian a cada hora y a cada orilla, en función de factores como la cantidad de minerales y organismos bajo las aguas, el musgo, la lluvia acumulada o el ángulo de la luz.

Plitvice. Fot: Joseph Kelly | Unsplash.
Los colores de los lagos parecen retocados, pero son muy reales. Fot: Joseph Kelly | Unsplash.

Lagos y cascadas

La cascada más alta del parque es Veliki Slap, que se eleva a 78 metros de altura. Entre el lago más elevado, ProšÄ‡ansko Jezero, y el más bajo, Novakovića Brod, hay nada menos que 134 m.

En la parte inferior del parque nos esperan cuatro de sus lagos y los cañones más espectaculares con decenas de metros de caída libre

Los doce superiores, ProšÄ‡ansko, Ciginovac, Okrugljak, Batinovac, Veliko, Malo, Vir, Galovac, Milino, Gradinsko, Veliki Burget y Kozjak comparten espacio con numerosas cuevas y cavidades, a algunas de las cuales se pudo algún día acceder -aún se ven las escaleras- si bien ya no está permitida la entrada.

En la parte inferior, nos esperan los lagos de Milanovac, Gavanovac, KaluÄ‘erovac and Novakovića Brod y también los cañones más espectaculares, la mayoría con al menos 40 m de altura que integran un paisaje bello y extremo a partes iguales.

Alrededor de lago Milanovac se extiende uno de los senderos más interesantes, ya que se eleva hasta parecer suspendido en el aire, muy cerca del agua, y nos permite pasar junto a la cascada Milka Trina, llamada así en honor a la famosa cantante de ópera croata, que hizo importantes donativos para la conservación del parque.

Plitvice. Fot: Davide Cantelli | Unsplash.
Bosques de hayas y abetos integran el grueso de la vegetación. Foto: Davide Cantelli | Unsplash.

Más abajo se localizan las cuevas Šupljara y Modra špilja (Gruta Azul), plagadas de leyendas y hoy en día cerradas a los visitantes con el fin de proteger a las colonias de murciélagos que las habitan.

No solo naturaleza

Tras el paseo por el parque recorriendo espectaculares puentes y zigzaguantes senderos de madera -puede hacerse en un día, aunque es tan extenso que podemos dedicarle dos jornadas-, lo mejor es descansar en alguno de los restaurantes y tabernas del propio parque.

Smiljan y Senj son otras paradas interesantes tras finalizar la ruta por el Parque de los Lagos

La mayoría se ubican junto al lago más grande, el Kozjak, y sirven especialidades locales.

Para continuar la ruta, nos dirigimos a Smiljan, a alrededor de una hora en coche desde el Parque de los Lagos de Plitvice. Se trata del pueblo natal del científico e inventor Nikola Tesla y cuenta con un interesante museo para conocer sus principales hallazgos ubicados en el terreno de la electricidad-.

Centro memorial Tescla en Smiljan. Foto: Ivo Biocina | Turismo de Croacia.
Centro memorial Tescla en Smiljan. Foto: Ivo Biocina | Turismo de Croacia.

A través de imágenes, sonidos y palabras nos sumergimos en la vida de este genio y su época e incluso algunos de los más de 900 inventos que patentó, entre ellos una turbina o un barco que se maneja por control remoto inalámbrico.

Muy cerca podemos deternos en Gospic, la capital del condado de Lika-Senj. Duramente castigada durante la Guerra de los Balcanes, es hoy una ciudad moderna y dinámica, con una rica cultura tradicional y también puntos de referencia como los molinos de agua sobre el río Gacka.  

Otros lugares de interés en la región, quizás la más verde de Croacia, y que bien merecen una visita son pueblo de Rastoke, conocido también con como la ‘pequeña Plitvice’; el santuario de los osos en Kuterevo, una pequeña localidad de apenas 634 habitantes que recibe cada año alrededor de 300 voluntarios que acuden a trabajar en el cuidado y protección de sus residentes más famosos: osos heridos o huérfanos de los ques se encarga la institutción; y la bahía de Zavratnica, una especie de corredor del mar tierra a los pies de la imponente cordillera montañosa de Velebit. 

Gospic. Foto: Turismo de Croacia.
Gospic. Foto: Turismo de Croacia.

Y una última pista: Senj, la histórica ciudad del norte del Adriático, tan conocida por su viento del noroeste como por la fortaleza de Nehaj, que se alza en un monte sobre la ciudad. Con un coqueto casco histórico, torres y algunos museos por los que curiosear, cuenta también con hermosas playas y numerosas citas culturales y lúdicas a lo largo del año, especialmente sus carnavales de invierno y verano.

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