¿Qué ha hecho la Tomatina por Buñol?

La fiesta que ha encumbrado a esta localidad valenciana cumple 69 años; hoy sólo 22.000 personas pueden disfrutar de la fiesta, entre ellos los 9.000 buñolenses.

La fiesta que tiñe de rojo este municipio valenciano atrae a un público de lo más variopinto y ha colocado a Buñol en las principales agendas de ocio y turismo internacionales. No sólo los vecinos de la localidad se lanzan a la calle a tirar tomates y recordar los 69 años de historia de esta festividad, sino que los extranjeros tampoco quieren perdérsela.

Año tras año, Buñol ha conseguido atraer a un mayor número de personas. Tal ha llegado a ser el éxito de la Tomatina que el municipio se ha visto obligado a limitar el aforo. Ahora, sólo 22.000 personas pueden disfrutar de la fiesta, entre ellos los 9.000 buñolenses.

140 toneladas de tomate por el aire en una hora 

Desde 1945 han cambiado algunos aspectos de esta tradición. A destacar que este miércoles se celebra la segunda Tomatina de pago. El consistorio ha puesto precio a la fiesta: diez euros por persona. Este año se han puesto a la venta 17.000 entradas y se reparten 140 toneladas de tomate en apenas 60 minutos.

Todo comenzó hace 69 años 

Pero, ¿cómo comenzó esta fiesta que se basa en lanzar tomates? Según se desprende de varios documentos, la Tomatina nació fruto de la casualidad. Hace 69 años, el ultimo miércoles de agosto se celebraba en Buñol un desfile de gigantes y cabezudos.

Entonces, un grupo de jóvenes se coló en una comitiva haciendo caer a un participante. Éste, rabioso, golpeó todo aquello que se cruzó en su camino, incluido un puesto de verduras. Su respuesta contagió a otros vecinos que, de repente, se lanzaron tomates. Lo que comenzó como una pelea fruto de una rabieta se fue repitiendo año tras año. Hasta que, en los años 50, se prohibió. Ello no impidió que siguiera celebrándose.

Fiesta de Interés Turístico Internacional

Más tarde, en 1957, la Tomatina volvió a cancelarse. Como protesta, los vecinos de Buñol celebraron el entierro del tomate. Se concentraron en las calles para reivindicar esta tradición y la movilización del pueblo obtuvo respuesta. La Tomatina se convirtió en la fiesta oficial de Buñol y ahora, ya es de Interés Turístico Internacional.

Así, a las 11 de la mañana de este 27 de agosto las calles de Buñol se han llenado, una vez más, de tomates. Los asistentes han teñido de rojo esa ropa que, horas antes, lucía un blanco inmaculado.

a.
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