Ruta 83, el ‘road trip’ más desconocido de Estados Unidos

De Dakota del Norte a la frontera con México, trazando una línea casi recta, la ruta recorre almacenes de misiles, monumentos gigantes y paisajes increíbles

Estados Unidos tiene carreteras emblemáticas. La más famosa es la Ruta 66, la vía que une Chicago y Los Ángeles a través de media docena de Estados. También la Pacific Coast, que bordea la costa del Pacífico entre el norte del Estado de Washington y San Diego, a lo largo de más de 2.600 km. Sin embargo, también existen algunas que, aunque igualmente históricas, son desconocidas para el gran público.

Una de las más emblemáticas es la llamada Ruta 83, que atraviesa el país de norte a sur. La particularidad de esta carretera, que va de la frontera canadiense en Dakota del Norte a la mexicana en Texas, es que es prácticamente una línea recta y, gracias a que atraviesa Estados poco poblados, permite una conducción única, entre la aventura y el desafío para los amantes de la velocidad y los paisajes infinitos.

Entre las fronteras canadiense y mexicana, la ruta 83 traza una línea casi recta en la que constituye uno de los itinerarios más impactantes de América del Norte

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Ruta 83

Conocida como la ‘carretera a ninguna parte’ (the road to nowhere), se ha convertido en uno de los viajes de moda entre los amantes de los road trips.

De hecho, el principal atractivo es un doble desafío: el de la conducción y el de comprobar por nosotros mismos que jamás un nombre fue más inapropiado, pues recorreremos lugares que han merecido una marca especial en los mapas gracias a su belleza.

Mapa de la Ruta 83

Y todo ello en una carretera que, en su momento, fue la única ruta pavimentada que permitía atravesar esa zona del país de un lado a otro.

Km 0: asentamientos indios

La US-83 comienza mucho más al norte que la propia ruta, en el pueblo canadiense de Swan River, pero el banderazo de salida oficioso está en Estados Unidos, concretamente en Dakota del Norte, uno de los lugares más aislados y lleno de parques naturales frondosos del país.

Parques nacionales, monumentos gigantes, cuna de leyendas, museos de misiles, viejos ranchos y ciudades vibrantes: quien dijo que la 83 era la carretera a ninguna parte no podía estar más equivocado

No podía ser más premonitorio de lo que nos espera a lo largo de los 2.900 km que tendremos por delante, pues el km 0 está en un lugar donde historia, tradición, naturaleza y dioses se unen en uno: los asentamientos indios de Knife River.

Es el lugar más sagrado de los antiguos habitantes de las llanuras del norte de Norteamérica. Hoy es un parque nacional, en plena confluencia de los ríos Misuri y Knife, y cuenta con túmulos y diferentes reconstrucciones de las casas y enterramientos de las antiguas tribus, muy alejadas de los tipis que tenemos en nuestra mente cuando se trata de indios norteamericanos.

Knife River en Dakora del Norte. Foto: NPCA Parques Naturales USA
Knife River en Dakora del Norte. Foto: NPCA Parques Naturales USA.

El Parque ha creado toda una serie de actividades que permiten acercarse a la vida de los habitantes de aquellas tierras, con talleres de artesanía, trajes típicos, comidas como el estofado de búfalo… y cuentacuentos con las leyendas que contaban los ancianos. En cierto modo, es como estar en una película del Oeste.

Dakota del Sur

No muy lejos se encuentra el Fuerte Unión, donde los indios negociaban con pieles de búfalo y otros animales a cambio de armas, ropas y utensilios de cocina con los colonizadores europeos a mediados del siglo XIX.

Y, para amantes de la historia reciente, el Minuteman Missile, un centro de desarrollo de misiles nucleares que hoy es un museo sobre la Guerra Fría. En ningún otro lugar podremos ver juntos 150 misiles y 15 centros de lanzamiento juntos.

Misil en el Minuteman Missile. Foto Parques Nacionales USA
Uno de los 150 misiles en el Minuteman Missile. Foto: Parques Nacionales USA.

Pero esta última parada ya está en Dakota del Sur, el segundo de los estados de la Ruta 83. Allí seguiremos recorriendo lugares emblemáticos como el memorial a Toro Sentado, uno de los grandes nombres de la Conquista del Oeste.

Enterrado bajo una escultura de casi dos metros de altura nos maravillarán las vistas desde la colina donde se encuentra, frente al río Misuri.

Toro Sentado Memorial. Foto: Brett Whaley.
Toro Sentado Memorial. Foto: Brett Whaley.

De los sioux a Buffalo Bill

Claro que, para monumento, el que se realizó a Caballo Loco, otro nombre legendario, en una de las montañas de Dakota del Sur, inspirándose en las cabezas de los presidentes del monte Rushmore, concretamente en Black Hills.

Los jefes sioux dan paso a uno de sus rivales: Buffalo Bill. Con él cruzamos a Nebraska, concretamente al pequeño pueblo de North Platte, que es una de las paradas obligadas de la ruta. Allí se encuentra el antiguo rancho de Bill, que permite acercarse a cómo eran las granjas del siglo XIX en EEUU, pero no solo eso.

Buffalo Bill Ranch State Historical Park 2. Foto: Turismo de Nebraska.
Buffalo Bill Ranch State Historical Park. Foto: Turismo de Nebraska.

Los amantes de los trenes tienen la excusa perfecta para hacer un alto en el camino en esa localidad, ya que acoge uno de los museos ferroviarios más interesantes de Estados Unidos.

De hecho, la ciudad era uno de los cruces de caminos más importantes de la Union Pacific y su torre de control, la Golden Spike, permite una de las vistas más extensas gracias a estar en plena llanura. Hoy sigue siendo el centro logístico de trenes y distribución de vías más grande del mundo, con 11,5 km2 de área.

Si queremos ahondar en Buffalo Bill y ver uno de las esculturas más grandes del mundo, podremos acercarnos a Oakley, donde también tienen museos y lugares que recuerdan al pionero.

Oakley Kansas. Foto: US Route 83.
Oakley Kansas. Foto: US Route 83.

La cuna de la leyenda de Oz

Como si de un espejo se tratara, leyendas y medios de transporte se vuelven a dar cita en la siguiente jornada del road trip por la ruta 83: cruzamos a Arkansas y, en el pueblo de Liberal nos espera uno de los museos de aviación más interesantes del Medio Oeste, así como la leyenda de Oz.

Por un lado, el Mid-America Air Museum se encuentra en los antiguos hangares y dependencias que el ejército americano tenía en la localidad. Se trata de uno de los más grandes museos de la aviación que hay en el país, con más de un centenar de aeronaves en exposición. Destacan sobre todo los que se usaron en las guerras de Corea y Mundial.

Mid America Air Museum en Liberal (Kansas). Foto Turismo de Kansas.
Mid America Air Museum en Liberal (Kansas). Foto: Turismo de Kansas.

Pero Liberal presume de ser el hogar de Dorothy, el personaje principal de ‘El mago de Oz’ y todo lo que rodea a esta historia tiene allí hueco. Cada octubre se celebra allí el OzFest, con epicentro en la supuesta casa de Dorothy, que coincide con el Coronado Museum, que recrea los pasajes de la película y los escenarios de Kansas, en un edificio histórico. No falta ni un mini camino de baldosas amarillas.

Rumbo a Texas

Tras un breve paso por Oklahoma, el viaje nos lleva al último de los Estados: Texas. Es el que más kilómetros de la US-83 acoge y donde se deben hacer varias etapas. La más interesante volverá a tener muchos tintes históricos: San Antonio.

San Antonio   El AÌlamo   Foto S. Cabrera
El Álamo, San Antonio. Foto: Sergio Cabrera.

La actual gran ciudad sigue viviendo en torno a las antiguas misiones que allí levantaron los sacerdotes españoles que querían evangelizar las nuevas tierras americanas. El Álamo es visitado a diario por cientos de personas, en la que es uno de los pocos lugares de Estados Unidos con tanta historia en cada rincón.

Pero la tercera ciudad de Texas es mucho más que eso, pues nos espera una urbe abierta, llena de rincones reconvertidos en barrios de diseño y un centro urbano en el que poder pasear disfrutando de numerosos rascacielos históricos e incluso un arroyo con diferentes puentes y un vergel de vegetación.

San Antonio Misiones. Foto: S. Cabrera
Misiones, San Antonio. Foto: Sergio Cabrera.

Los amantes de la NBA podrán disfrutar de un partido si es temporada y Austin está a un paso, si lo que queremos es disfrutar de los conciertos en vivo más excitantes.

Fin del camino

La última parada será la del descanso más absoluto. El fin del camino, antes de la vuelta a casa, debe ser en la paradisiaca isla de South Padre, al sur de Texas y cerca de la frontera con México.

Situada en una barrera de tierra, cuenta con las mejores playas y aguas tranquilas de la región y, entre las actividades más interesantes, destacan las que nos acercan a sus delfines, aves y tortugas, de las que hay un centro de recuperación.

South Padre Island. Foto: Turismo de South Padre Island.
South Padre Island. Foto: Turismo de South Padre Island.

También tendremos la oportunidad de jugar al golf frente al Caribe, montar a caballo o tirarnos en paracaídas. La isla es todo un resort de diversión. Un broche de oro para una de las rutas más desconocidas pero más impactantes de América del Norte.

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