Los secretos gastronómicos de Las Ramblas

Los restaurantes y bares emblemáticos de Las Ramblas resisten, con excelentes propuestas, la repetida oferta de paellas y sangrías de muchos locales del paseo

Aunque tenga 500 años a cuestas, en el último siglo y medio Las Ramblas han destacado como uno de los polos gastronómicos de la ciudad. Fiel a su estilo, en su sinuoso trazado, hay ofertas para todos los gustos y bolsillos.

Los sibaritas de toda la vida afirmarán que la calidad gastronómica del paseo ha decaído en los últimos años. Tienen razón. En la Rambla de los Capuchinos y la de Santa Mónica se han multiplicado los locales que ofrecen repetidos menús exclusivamente enfocados al turista que apenas le interesa explorar nuevos sabores.

Así ofrecen paellas, fideuás, algún pescado o carne a la plancha y una serie de tapas de poca originalidad y dudosa calidad. Para beber, gigantescas jarras de sangría o cerveza, con tamaños extraídos de la última Oktoberfest. Para colmo, a precios de escándalo.

Pero en este paseo de casi 1,5 kilómetros todavía se mantienen, con estoico orgullo, diferentes restaurantes y bares de excelente calidad. También se pueden conocer varios locales que recuerdan a Barcelona canalla y nocturna, pero que una degustación de sus platos también sea un placer para el paladar. Y quedan varios bares antológicos en la memoria de la ciudad.

Algunas de estas recomendaciones son de la experta Marta Burgués en su blog Con mucha gula. Pasen y prueben.

Restaurante Núria: abierto en 1926 y reabierto hace tres años, fue el primer sitio con cerveza tirada de la ciudad. Sus tapas levantan el listón de los paladares con las tortillas de bacalao y las croquetas de jamón, y en los principales brilla la paella de marisco. Para postre, la tradicional crema catalana. Precios aceptables y comida de mercado, en un local que mantiene su aire casi centenario y que no sólo piensa en el turista.

nuria

Ópera Samfaina: una cierta desmesura gastronómica ha aterrizado de manos de los hermanos Roca y Jordi Armengol al lado del Liceu. Esta combinación de ópera y gastronomía se despliega en un viaje de sensaciones y sabores por diferentes secciones, cada una con sus platillos y bebidas de cabecera, que son Rocambolesc, Vermuteria, Odisea, Dioramas, Diva, Mercado y Tienda. Cocina catalana tradicional y vanguardista, tapas de toda la vida pero elaboradas con sofisticados toques de estos gastrónomos de Girona. Para probar y no olvidar.

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Contempo: aunque se encuentre en un hotel, en este caso el Catalonia Plaza Cataluña, el Contempo cuenta con clientes que son fieles hace años a sus propuestas. La cocina catalana es la que manda, con productos de temporada y de mercado elaborada por las sabias manos de Josep Jorba. Entre la merluza a la brasa, el risotto con espárragos, la crema de calabaza con pera y ceviche, los caracoles a la llauna la decisión no es fácil. Y hay que prepararse para las porciones abundantes.

contempo

Bar Pinotxo: hay que hacer tener mucha suerte para ir a La Boquería y encontrar sitio libre en Bar Pinotxo, donde Juanito’ Bayén lleva 75 años a cargo de esta parada, con la misma sonrisa y humor filoso que le caracteriza. Un auténtico sobreviviente de los tiempos, ama tanto a los turistas como a los vecinos de toda la vida. Sus desayunos y tapas de nivel pantagruélico son antológicos: tortillas, callos, cap y pota, cocido de carne, gambas, butifarras, y una larga lista de tapas y platillos para degustar en un rincón emblemático.

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El Regulador: en la planta baja del Hotel Bagués este elegante restaurante art noveau es un lugar ideal para probar innovadores cócteles o para degustar diversos platos de cocina tradicional y de temporada, como el arroz de pulpo y bogavante, el cochinillo asado o el filete de ciervo con pimienta de Sechuan. En su terraza se tienen excelentes vistas de Las Ramblas.

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Jamón Experience: más de dos mil metros cuadrados desplegados para saborear seis variedades de jamón, todas con su respectiva denominación de origen. Además en el lugar se divulga la cultura de este embutido con catas, talleres de corte y maridajes con vinos. Si bien tiene capacidad para 200 comensales, es posible que el lugar esté lleno al límite.

Jamón Experience

Coctelería Boadas: un lugar emblemático, en la calle Tallers casi Ramblas. Fundada en 1933, es la coctelería más antigua de la ciudad. En febrero hubo que lamentar el fallecimiento de María Dolores Boadas, que desde 1967 estaba detrás del mostrador preparando las combinaciones que le había legado su padre Miguel, fundador del pequeño local de vidrios opacos que recibió a Picasso, Serrat, Dalí, Hemingway, etcétera.

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