Segundo espaldarazo a Tarragona, elegida sede de los Juegos Mediterráneos 2017

El alcalde promete unos juegos austeros, a la vez que rentabilizar el evento social y económicamente

Tarragona degusta ahora las mieles de su designación, este sábado, como sede de los Juegos del Mediterráneo del año 2017. La capital tarraconense se ha impuesto a Alejandría en una reñida votación del Comité Internacional de los juegos y ha superado a la candidatura de la histórica ciudad egipcia por tan solo dos votos de diferencia. Este acontecimiento reúne a deportistas de 23 países de Europa y del arco mediterráneo.

Esta es la segunda ocasión, en menos de una década que la antigua Tarraco recibe un espaldarazo a su potencialidad turística, tras la elección, en noviembre del 2000 del conjunto arqueológico romano de la urbe como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Aquella proclamación revertió en unos mejores índices de visitantes a sus restos romanos, casco antiguo y por ende, al conjunto de la ciudad. Tarragona forma parte desde entonces de la red de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España.

El alcalde de la ciudad, José Félix Ballesteros, ha escrito este mismo sábado en la web oficial del consistorio que “haremos unos Juegos austeros, como corresponde a las circunstancias actuales, pero sabremos rentabilizar socialmente, económicamente y deportivamente las inversiones que realizaremos. Dentro de seis años, miles de deportistas y visitantes podrán disfrutar de la hospitalidad y el carácter acogedor de Tarragona”.

230 millones de inversión

La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha valorado muy positivamente la proclamación de la sede y ha adelantado que la ciudad recibirá 230 millones de euros de inversión a lo largo del próximo lustro para acondicionarse con vista a este evento deportivo. Asimismo, en declaraciones públicas recogidas por los medios, la candidata del PSC ha avanzado que la elección repercutirá en la creación de un millar de empleos directos

Almería, en 2005, construyó el estadio de los Juegos del Mediterráneo, entre otras infraestructuras de nuevo calado. Lo mismo sucedió en 1955 con el viejo Montjuich, rehabilitado para el mismo acontecimiento deportivo que albergó Barcelona en esas fechas.

a.
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