Tras la pista de los pasajes secretos de Lyon

En Lyon hay unos 400 ‘traboules’, pasajes ocultos que comunican los patios de edificios y que permiten explorar la historia de la ciudad desde la era romana

En Lyon hay un laberinto que solo conocen sus habitantes, pasadizos entre edificios que permiten acortar distancias entre las tortuosas calles de los barrios más antiguos, pero que también fueron usados para el comercio de la industria textil y como punto de encuentro de la resistencia local contra los nazis.

Estos pasajes son conocidos como traboules, una deformación del latín trans-amboulare, o sea pasar de un sitio al otro.

Su construcción data del siglo IV, y de los 400 pasajes que se calcula que hay en la ciudad, unos 40 son de acceso público.

El juego de los pasajes ocultos

Descubrirlos es como jugar a una gincana. Se puede contratar una excursión por el Viejo Lyon o el barrio de Croix-Rousse para conocerlos, pero es más divertido buscar los símbolos con la cabeza del león o el escudo de bronce y seguir la dirección de la flecha que marca la entrada a un traboule.

De los 400 `traboules’ que se crearon desde el siglo IV en Lyon, al menos unos 40 están abiertos al público

Uno de los traboules en mejor estado de conservacion

Uno de los traboules en mejor estado de conservación

Cuando se accede es posible conocer las entrañas de edificios antiguos, con su patio de luz que puede haber sido restaurado o que presenta el paso de los siglos con poca dignidad.

Su origen se remonta al siglo IV, cuando en la Lugdunum romana se abrieron estos pasajes para que los pobladores puedan llegar más rápido hasta el río Saona, y que al regresar no tengan que circular por el laberinto de calles cargando ánforas y cuencos llenos de agua.

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En varios puntos del Viejo Lyon, donde las calles corren paralelas al río, los traboules eran la mejor manera de cortar camino y evitar rodeos por la trama medieval.

La revuelta de los canuts

Desde la Edad Media la industria textil movilizó la economía de Lyon, que tuvo su auge con la producción e hilado de la seda durante el siglo XIX.

Traboule del viejo Lyon Foto Visite Lyon

Los traboule se usaban como atajos en el Viejo Lyon. Foto Visite Lyon

Los canuts, como se llamaban a las hilanderas y los trabajadores de esta industria, usaban los traboules para cortar camino entre los talleres y los depósitos, y de paso evitar que en el traslado las mercancías se arruinen por la lluvia y la humedad.

En los traboules los obreros e hilanderas organizaron las revueltas por las insalubres condiciones laborales de los talleres

Pero también fueron los puntos de reunión de estos trabajadores, sobre todo de las mujeres, que pasaban entre 15 y 17 horas por día hilando en condiciones insalubres.

En 1830 llegó a haber 25.000 trabajadores de la seda en la ciudad, pero los bajos salarios y el deplorable estado de los talleres generaron en tres grandes revueltas, todas reprimidas con ferocidad por las autoridades.

Uno de los puntos clave de los choques de 1848 y 1849 se encuentra en el traboule del Cour des Voraces, en el distrito de Croix-Rousse, en un edificio famoso por su enorme escalera de seis pisos que cruza la fachada del patio interior.

traboule dans le vieux Lyon Foto Lyon France

Entrar en un traboule es un viaje al pasado. Foto Lyon France

La resistencia contra los nazis

Este mismo traboule, como tantos otros, fueron puntos de reunión de la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Solo los lioneses conocían estos pasajes, que sirvieron para intercambiar mensajes, armas y trasladar a ciudadanos judíos y otros residentes perseguidos por los invasores alemanes.

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El más largo de los traboules es el que se une al edificio del 54 de la Rue Saint-Jean con el 27 de la Rue du Boeuf, pero seguramente el más pintoresco es el de la Place 9, que permite descubrir una interesante escalera circular de seis pisos en el interior de la manzana.

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