Túnez intenta en vano salvar su turismo

Túnez trata en vano de salvar su turismo tras la atrocidad cometida el viernes por el Estado Islámico, que segó la vida de 39 personas, la mayoría británicos, en una playa de Susa. El gobierno cerrará 80 mezquitas radicales y protegerá monumentos con militares.

Túnez toma medidas para paliar una oleada terrorista. Tras el atentado contra el complejo hotelero de Sousse, el país cerrará hasta 80 mezquitas salafistas por «difundir el veneno yihadista». La decisión, anunciada por el primer ministro, Habib Essid, se toma dentro de un plan de medidas que incluye el despliegue del Ejército en enclaves turísticos y arqueológicos.

El dirigente ha denunciado que los centros religiosos «promueven el terrorismo» y serán cerrados en el plazo de una semana. Además, ha amenazado con tomar medidas contra los partidos y grupos que «actúen fuera de la Constitución».

Despliegue del ejército

Con tal de intentar garantizar la seguridad y frenar el éxodo de turistas, los reservistas del Ejército serán desplegados. Los restos arqueológicos y zonas turísticas verán reforzada su presencia militar.

Aun así, operadores como Thomson, Thomas Cook y First Choice ya han empezado a evacuar a los viajeros, en este caso británico. Los datos precisados estiman que unas 2.500 personas serán enviadas de vuelta a su país de origen.

a.
Ahora en portada