Turisme de Barcelona: «La moratoria hotelera ha sido útil»

Jordi William, CEO del promotor turístico de la ciudad condal, asegura que incluso en Ciutat Vella o el Paseo de Gracia caben más alojamientos. Además, apunta que la única manera de regular fenómenos como Airbnb "es a través de la fiscalidad"

Desde la toma de posesión en julio de 2014, Jordi William ha vivido un auténtico tsunami turístico en Barcelona. La explosión de un nuevo agente en el sector, los apartamentos de particulares, el viraje político al frente del consistorio, la moratoria hotelera y el debate sobre la masificación de la ciudad. No es poca cosa. Aboga por los grises, más que por los extremos, y reconoce virtudes hasta en los agentes más discutidos.

Empieza fuerte. «La moratoria ha sido útil para hacerle una foto al panorama». «Ahora toca ver como se gestionan los datos obtenidos», prosigue. Para el antiguo conseller de Agricultura de la Generalitat, «incluso en el Paseo de Gracia o Ciutat Vella pueden caber más alojamientos». Y fija un modelo. «En Ámsterdam no se pueden construir hoteles salvo contadas excepciones, en edificios muy concretos con una historia y un patrimonio singular que justifiquen la inversión hotelera». Esta es su opción a seguir en las zonas más pobladas. «Luego, en sitios como Nou Barris no tiene sentido frenar la construcción», sentencia.

Por el momento, y según informa la consultora Deloitte, Madrid ya atrae más inversores hoteleros que Barcelona. No se le ve preocupado. «La capital es un territorio mucho más virgen, todavía no está tan explotado», cuenta. Y añade: «Además, es mucho más grande, por lo que la cantidad de inmuebles es infinitamente superior». Sin embargo, no se olvida de las diferencias entre la gestión de Ada Colau y Manuela Carmena. «Y si encima le añades que allí te ponen todas las facilidades y aquí algunas pegas…», sentencia.

La lucha contra la masificación

Como otros responsables de la gestión turística, coincide en que la masificación de BCN es debido a «la aglomeración de los turistas que se hospedan en la ciudad más los que lo hacen fuera y vienen a pasar el día». Sólo hay dos maneras de evitarlos: «O pones fronteras o apagas el internet de la ciudad», bromea. Otra vez gris. «No queremos ni podemos evitar que vengan, por lo que debemos apostar por canalizarlos, habilitar zonas de aparcamientos para los autobuses o avisar de las horas en las que los monumentos estarán saturados. Algo que ya se hace en otras localidades europeas.

Para hacerlo se seguirá contando con el Bus Turístic. El dirigente ve una idea rocambolesca la especulación de que Ada Colau quiera eliminarlo. Fuentes ligadas al servicio aseguran a 02B que es demasiado rentable para suprimirlo. William añade: «La única intervención que ha existido es la de intentar que los trabajadores fijos discontinuos gocen de mejores condiciones laborales».

El ‘boom’ de los apartamentos turísticos

Ante la explosión de las plataformas de apartamentos turísticos como Airbnb, aquí sí que la solución le parece obvia. «No puede ser que ingresen cinco y no paguen nada de impuestos», apunta. La prohibición no es una opción, pues «han llegado para quedarse», profetiza. «La única manera de regularlos es a través de la fiscalidad», asegura. Las consecuencias de no afrontar el problema pueden repercutir incluso en el mercado de la vivienda: «Si poniendo en alquiler un piso vacío gano 700 euros, pero haciéndolo como alojamiento turístico gano 1.5000, ¿qué crees que hará todo el mundo», pregunta retóricamente.

Más cercano a las tesis de la Generalitat, sonríe irónicamente cuando se le pregunta por la propuesta de poner en régimen de alquiler social a este tipo de viviendas propuesta por el consistorio. Pese a las discrepancias, «la relación con el Ayuntamiento es muy fluida, nos decimos las cosas a la cara, algo que siempre ayuda».

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