Un tobogán aéreo no apto para cardíacos

Skyslide es un tobogán de vidrio montado en el edificio más alto de Los Ángeles, que en tres segundos permite tener una poderosa descarga de adrenalina

En el edificio más alto de California, allá donde el paisaje de rascacielos de Los Ángeles da paso a las urbanizaciones y luego al mar por un lado y al desierto por el otro, se instaló un nuevo desafío al vértigo.

Se trata de Skyslide, un tobogán de vidrio a 300 metros de altura, que conecta la planta 70 con la 69 de la torre U.S. Bank Tower.

El tobogán fue construido con vidrio de poco más de una pulgada de grosor (3,8 centímetros), y la sensación de vacío y vértigo golpea en la boca del estómago, porque por donde se mire solo se ve la inmensidad de la ciudad bajo los pies.

Según los técnicos que lo han montado, la estructura es capaz de soportar vientos de hasta 177 kilómetros por hora y soportar un peso de 4,4 toneladas.

El recorrido es de sólo 13 metros, y el pase dura lo que dura, apenas unos tres segundos, pero la descarga de adrenalina es impactante, dicen los primeros usuarios de esta particular diversión de las alturas. El ticket por descender cuesta 17 euros, y también permite subir al mirador del edificio, que presenta unas espectaculares vistas de 360 grados de la ciudad.

 

 

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