Una experiencia única: beber un cóctel en la soledad de un glaciar

Una destilería abrió un bar en un glaciar de Islandia. Y la pureza del agua es la materia prima de un vodka que se sirve en el insólito local

¿Quién sería capaz de ir a tomar un cóctel a un bar en medio de la soledad del Ártico, cuya única referencia geográfica son las coordenadas 64,565653ºN . 20,024822º W? Esa es la pregunta que se hace la destilería de vodka Reyka, que montó un bar efímero en medio de un glaciar de Islandia.

Esa instalación se podrá distinguir a kilómetros de distancia porque está revestida por el color naranja que caracteriza a las construcciones de la Antártida y las tierras árticas. A su alrededor solo hay hielo, nieve, viento y agua. O sea, una síntesis del país.

El vodka hecho de Islandia

Es que el lema de este vodka es “no está hecho en Islandia, está hecho de Islandia”. Por ello este bar se instala en el glaciar Langjökull, el segundo más grande de la isla nórdica, que provee el agua con que se fabrica esta bebida blanca.

[Para leer más: Relax entre lava y rocas en una laguna que parece de otro planeta]

Este glaciar tiene 934 kilómetros cuadrados, y es el más cercano –entre las grandes formaciones de hielo- a Reikiavik.

Un concurso para beber en la soledad

Esta compañía organiza un concurso donde los elegidos viajarán gratis a la capital del país, y desde allí en vehículos 4×4 llegarán hasta el solitario bar. En el viaje, pasarán por géiseres y lagunas de agua caliente que emanan vapor.

La destilería Reyka ofrece viajes gratuitos para conocer el bar del glaciar. Pero también uno puede acercarse por su cuenta si tiene las coordenadas

De todas maneras, los intrépido que sepan usar el GPS pueden insertar esas coordenadas y buscar el bar por su cuenta.

puffi collins
El Puffi Collins es el cóctel más popular de la bebida. Foto: Reyka.

Esta instalación efímera estará abierta entre el 16 y el 20 de octubre. Allí se servirán diferentes cócteles con el vodka como bebida base, como el reconocido Puffin Collins.

Las plantas de Reyka trabajan con energías renovables, donde el vodka se destila en pequeñas bodegas con agua del manantial que emana de glaciar, que atraviesa un campo de lava que tiene al menos 4.000 años.

[Para leer más: Cinco propuestas alternativas para conocer Islandia]

De hecho estas rocas de lava se usan para filtrar el vodka, lo que le otorga un sabor más limpio.

Esta campaña recuerda a otras acciones habituales en los países nórdicos, donde es frecuente que haya hoteles esculpidos en el hielo que luego se derriten con la llegada de la primavera, o de esculturas efímeras que duran lo que puede resistir el hielo ante el aumento de las temperaturas.

a.
Ahora en portada