Una ruta por las capitales europeas de la cultura más desconocidas

¿Qué tiene en común Kaunas, Novi Sad, Rijeka, Plovdiv, Leeuwarden y Aarhus? Todas han sido elegidas capitales europeas de la cultura

Pequeñas, coquetas, con una vida muy intensa y una interesante escena cultural, las capitales europeas de la cultura tienen como objetivo mostrar la riqueza y diversidad cultural de Europa, contribuir a su desarrollo y fomentar el turismo. Pero también son una excelente excusa para descubrir urbes que escapan a los circuitos turísticos más tradicionales.

Kaunas, Novi Sad, Rijeka, Plovdiv, Leeuwarden, Aarhus… A simple vista no tienen nada en común y, de hecho, puede que muchas de ellas exijan acudir rápidamente a Google para situarlas en el mapa.

Sin embargo, todas ellas han sido designadas Capital Europea de la Cultura en los últimos años, compartiendo estatus con otras más conocidas como Marsella, San Sebastián o La Valeta.

[Para leer más: Galway: así se transformará la nueva Capital Europea de la Cultura]

Kaunas, Lituania

La propia capital lituana, Vilna, es una ciudad pequeña -aunque posee un casco histórico precioso, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, por lo que si buceamos en ciudades aún más pequeñas, seguramente serán totalmente desconocidas.

Es el caso de Kaunas, que ostentará la capitalidad cultural europea en 2022 junto a Esch (Luxemburgo). Quizás menos monumental que su vecina, desborda personalidad y, sobre todo, ostenta una animadísima agenda cultural en los meses de verano, donde se suceden festivales, conciertos y todo tipo de eventos.

Vista aérea de Kaunas, en Lituania. Foto: Visit Kaunas
Vista aérea de Kaunas, en Lituania. Foto: Visit Kaunas.

Entre los imprescindibles para visitar, que se reparten en sus dos zonas, la Ciudad Nueva o Naujamiestis y la Ciudad Vieja o Senamiestis, destacan sus edificios de estilo barroco.

Tampoco hay que perderse el Mega Aquarium –con una piscina con tiburones en un centro comercial– y el Museo Lituano de la Aviación, donde se guardan helicópteros y MIG soviéticos.

Novi Sad, Serbia

Podemos anticiparnos a los turistas que la visitarán en 2021, año en que ostentará su capitalidad, y visitar ya Novi Sad.

Con alrededor de 232.000 habitantes y ubicada en la provincia autónoma de Voivodina, la más autrohúngara de las ciudades serbias -que, sin embargo, cuenta con un amiente de lo más mediterráneo- es una urbe diversa, multicultural y dinámica que está siendo este año Capital Europea de la Juventud.

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A orillas del Danubio se levantan las murallas de Novi Sad. Foto: Pxhere.

A orillas del Danubio, entre sus atracciones merece la pena callejear por la fortaleza de Petrovaradin, curiosear entre los patios y pasajes de la calle Dunavska, descubrir su historia en el Museo de Voivodina, conocer la iglesia ortodoxa de San Jorge o dejarnos caer por su antigua sinagoga, de estilo modernista húngaro, donde hoy se celebran numerosos conciertos.

Rijeka, Croacia

Será Capital Europea de la Cultura en 2020 -junto a la irlandesa Galway- aunque hasta ahora, y como ciudad portuaria, era más conocida por servir de puerta de entrada a las islas croatas.

Sin embargo, entre contenedores marítimos y subastas de pescado, Rijeka cuenta también con el animado barrio de Trsat, en lo alto de una colina, al que se accede por una escalera de 560 peldaños y que nos reserva como premio tras la ascensión un impresionante castillo y varias hermosas iglesias.

Rijeka Riva promenade aerial
Korzo, el dinámico paseo marítimo de Rijeka. Foto: Wikipedia.

En Korzo, el paseo marítimo, podemos deambular entre hermosos edificios de la época de los Habsburgo y, muy cerca, apreciar el decimonónico Teatro Nacional de Croacia, en cuyo texto admirar pinturas de Gustav Klimt.

A poca distancia y conectada por un puente tenemos la isla de Krk. Además, Rijeka es una buena base para descubrir la región de Istria.

Plovdiv, Bulgaria

Los romanos ya coronaron a Plovdiv como capital de la cultura o, al menos, es lo que da a entender su magnífico teatro, con capacidad para 6.000 espectadores, uno de los símbolos de la ciudad, que se levanta sobre siete colinas.

A orillas del río Maritsa y capital de la región de Tracia, cuenta con una historia de más de 6.000 años -más que Atenas o Roma- y en sus calles podemos descubrir huellas de macedonios, tracios, romanos, eslavos y otomanos, entre otros.

Teatro romano. Foto: Turismo de Plovdiv.
Teatro romano. Foto: Turismo de Plovdiv.

El antiguo barrio de los artesanos, Kapana, es hoy un vibrante y vanguardista centro de industrias creativas, plagada de arte urbano, cafés bohemios, restaurantes modernos, galerías, talleres de artesanía y pequeñas y coquetas tiendas de diseñadores locales.

Además, un paseo la Plovdiv del siglo XVIII permite descubrir un buen ramillete de palacios y casas de burgueses en el conocido como estilo del Renacimiento Nacional Búlgaro, con impresionantes detalles decorativos en interiores y exteriores, entre ellos las casas Balabanov, Hindliyan, Nedkovich, Veren Stambolyan y Klianti.

Leeuwarden, Países Bajos

Un año antes, en 2018, el honor de la capitalidad cultural europea recayó en Leeuwarden. Y es que, aunque pocos viajeros se adentran en el país más allá de las principales ciudades como Ámsterdam y Rotterdam, otros lugares, como en este caso la capital de la provincia norteña de Frisia, tiene mucho que ofrecer.

Leeuwarden, la ciudad natal del artista M.C.Escher. Foto: Wikipedia.
Leeuwarden, la ciudad natal del artista M.C.Escher. Foto: Wikipedia.

En Leeuwarden podemos visitar hasta 600 monumentos, entre ellos su hermoso centro histórico y la casa donde nació M.C. Escher, hoy convertido hoy en museo de cerámica, la calle Kleine Kerkstraat, paraíso de las compras, y una animada vida nocturna.

Otra visita interesante es el Museo de Ciencias Naturales de Frisia y el Museo Fries, donde se expone todo lo relacionado con Mata Hari, otra de sus hijas ilustres, que cuenta también con su propia estatua en la calle Kelders 33, donde nació.

Aarhus, Dinamarca

Y de Holanda a Dinamarca para encontrarnos con Aarhus, Capital Europea de la Cultura 2017. Como en otros casos, se trata de una urbe que ha vivido muchos años a la sombra de la capital, en su caso Copenhague, pero que tiene mucho que ofrecer por sí misma.

Aarhus  por Nils Nyvang en Pixabay
Aarhus recuerda a las casas de los cuentos infantiles. Foto: Nils-Nyvang-Pixabay.

El buen diseño, como en toda Dinamarca, está en el ADN de Aarhus, con hitos como el ayuntamiento, obra de Arne Jacobsen, el museo Aros Aarhus, con su pasarela multicolor en la azotea (Your Rainbow Panorama) del artista conceptual Olafur Eliasson.

La ruta de edificios icónicos contemporáneos incluye también el Moesgaard Museum y Dokk1, parte del proyecto de regeneración de la zona marítima de la ciudad, y Aarhus Docklands, el nuevo barrio residencial, que ostenta el premiado Isberget.

a.
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