Una semana a través de las carreteras del Medio Oeste

Seis días atravesando el corazón de los estados que bordean a los Grandes Lagos, un recorrido para conocer otra cara de EEUU

Estados Unidos es un país para descubrir en coche. La magnitud de sus distancias se minimizan con la posibilidad de explorar paisajes inmensos, conocer grandes ciudades y pueblos con encanto, y de llegar a sitios que esquivan las autopistas.

Entre tantos recorridos posibles proponemos, según las sugerencias de Visit the USA, realizar un arco por cinco estados del Medio Oeste, que toca las orillas de los Grandes Lagos en Wisconsin, Illinois y Michigan y termina en las campiñas de Ohio.

Milwaukee

Milwaukee puede ser el punto de partida. La ciudad más importante de Wisconsin se encuentra en un cruce de tres ríos que confluyen en el Lago Michigan.

Con un clima que puede ser muy duro en invierno, la primavera y el verano son las estaciones ideales para conocer su herencia alemana, que se transmite en una pasión por la cerveza (industria y artesanal) que tiene poca comparación en el país.

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Milwaukee Foto tom barrett unsplash

Arte y modernidad en Milwaukee. Foto Tom Barrett – Unsplash

Las huellas germanas se descubren en el distrito histórico Third Ward y sobre todo en la calle Old World Third, abundante en restaurantes y comercios con delicias de huella centro europea, que también se pueden conseguir en el Mercado Público.

Estos productos delicatesen se puede disfrutar en el Paseo Fluvial de Milwaukee, unos cinco kilómetros abundantes en opciones de ocio y gastronómicas.

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Museo Harley Davidson. Foto: Turismo de Milwaukee

El Summerfest presume de ser uno de los festivales musicales al aire libre más importantes del mundo, y la oferta cultural se amplía con el interesante Museo de Arte de Milwaukee, donde Georgia O’Keeffe (oriunda de este estado) es una de las protagonistas. Y si alguien es fanático de las motos, que no se pierda el Museo Harley Davidson, donde hasta es posible subirse a una de estas bellezas de dos ruedas.

Chicago

A solo dos horas en coche se llega a una de las ciudades más fascinantes de EEUU: Chicago.

Situada en la curva sur del Lago Michigan, es imposible conocer la tercera ciudad más poblada del país en un día, donde hay 77 vecindarios y casi 600 parques y zonas verdes.

Con 77 vecindarios y casi 600 parques y zonsa verdes, se necesita al menos una semana para conocer la diversidad de Chicago

Si hay poco tiempo, uno de los paseos recomendados es en los paseos fluviales por el río Chicago, donde los gigantescos rascacielos se reflejan en el agua.

Chicago Foto sawyer bengtson unsplash

La escultura Cloud Gate, en Chicago. Foto Sawyer Bengtson Unsplash

Algunas de las torres de vidrio y acero que se pueden conocer son la Willis o el 360 Chicago Observation Deck, ideales para capturar a la ciudad desde las alturas.

También se puede explorar en bicicleta por su numerosa red de senderos y ciclovías que atraviesan la ciudad en todos lados, aunque el constante viento puede ser una molestia.

Un punto que hay que visitar es el Millennium Park, donde está la famosa escultura de acero Cloud Gate, una de las tantas obras de arte al aire libre que tiene esta ciudad, inclusive alguna de Miró, Picasso y Chagall.

Chicago Foto pedro lastra unsplash

El moderno ‘skyline’ de Chicago. Foto Pedro Lastra Unsplash

La Milla Magnífica es donde hay que ir para ver las tendencias de la moda, que compite en sofisticación con la Avenida Michigan con sus 460 tiendas.

Y entre sus 60 museos, se puede elegir entre la cultura del Instituto de Arte de Chicago o la propuesta divulgativa del Museo de la Ciencia y la Industria.

Lago Michigan

Desde Chicago proponemos bordear la costa del Lago Michigan y conocer diversos pueblos y sitios naturales, como el parque de Indiana Dunes National Lakeshore, una reserva de dunas que sorprende por su extensión.

Atardecer en el faro de Grand Haven. Foto Turismo de Grand Haven

Atardecer en el faro de Grand Haven. Foto Turismo de Grand Haven

En el camino, a media hora del centro de Chicago, se pasa por Gary. Esta ciudad de Indiana tiene pocos atractivos, pero los fanáticos del pop seguramente querrán conocer la casa natal de Michael Jackson, donde vivió con sus nueve hermanos en una humilde vivienda.

[Para leer más: Olvida el coche: descubre Chicago en bote y en bicicleta]

Dos horas hacia el norte por la carretera 196 conduce a los humedales de Grand Haven, donde se pueden presenciar algunos de los mejores atardeceres en el lago. Si es por elegir un atalaya, que sea la del faro. Y después, hay que ver el espectáculo de las fuentes musicales, un llamativo despliegue de color y sonido.

Detroit

Desde este bonito paraje natural se toma la carretera 96 que atraviesa la península de Michigan. A las tres horas se arriba a Detroit, la meca de la industria automovilística.

Sus edificios de ladrillos y otras construcciones brutalistas evidencian que la ciudad vivió épocas mejores, como se puede conocer en el Henry Ford Museum of American Innovation, que versa sobre la historia de esta marca y de cómo revolucionó la industria del siglo XX.

Detroit, la ciudad que crecioÌ junto al automoÌvil. Foto Nadine Shaabana Unsplash

Detroit, la ciudad que crecioÌ junto al automoÌvil. Foto Nadine Shaabana Unsplash

El museo de Motown, estudio que grabó a grandes artistas del pop y el soul, es una de las escalas obligadas para los amantes de la música

La ciudad cuenta con varios museos de arte como el Detroit Institute of Arts, y otros históricos y sociales como el de Historia Afroestadounidense Charles H. Wright, recomendado para estos días de tensión racial.

Pero uno de los más atractivos es el Museo Motown, el popular sello de grabación que encumbró a Michael Jackson, Smokey Robinson, Marvin Gaye, Aretha Franklin y The Supremes, entre otros artistas de pop, soul y rhythm and blues.

Museo Motown Foto BIll Bowen

Museo Motown. Foto: BIll Bowen-Visit Detroit

Los deportes favoritos de los estadounidenses (hockey, fútbol americano, baloncesto y béisbol) se concentran en el Estadio Little Caesars, aunque también se puede ver a gente practicándolo en rincones como el Campus Martius Park o el paseo del River Walk, frente al río Detroit.

Columbus

Desde Detroit se bordea el margen occidental del Lago Eire y se siguen tres horas hacia el sur, hasta llegar a la capital de Ohio: Columbus.

El trayecto permite conocer al middle west profundo, pequeños pueblos donde se puede encontrar a las comunidades más conservadoras y otras que son una fuente de tolerancia y progresismo, como Toledo, Delaware o Findlay, entre otros.

Columbus Foto jason Mowry Unsplash

Centro de Columbus. Foto Jason Mowry – Unsplash

 

 

En Columbus también hay una fuerte presencia histórica de comunidades europeas, que se conoce en la Villa Alemana, abundante en cervecerías y locales donde degustar bratwurst; mientras que la veta más bohemia se encuentra en el Distrito de las Artes Short North.

[Para leer más: Volveremos a ser los reyes de la carretera en la Ruta 66]

A pesar de ser una metrópolis pequeña para los estándares de EEUU, ya que no llega al millón de habitantes, Columbus tiene un interesante despliegue de parques como el Franklin Park Conservatory y su jardín botánico.

Herencia alemana en German Village

Herencia alemana en German Village

Otras opciones de disfrutar de la vida al aire libre es transitar el río local por la Scioto Mile, un bonito paseo fluvial para conocer a pue o en bicicleta.

Cincinnati

A dos horas al suroeste llegamos al punto final del viaje, y la ciudad más importante de Ohio: Cincinnati, una de las mecas del béisbol gracias a la presencia de los Reds. Su legado se puede conocer en un museo, o también es posible ver algún juego en el estadio Great American Ballpark.

En Cincinnati y Columbus la influencia de la comunidad alemana es muy importante, lo que se refleja en sus fiestas y en la gran cantidad de cervecerías

Pero si alguien quiere descifrar la pasión por el fútbol americano puede ir al Paul Brown Stadium, hogar de los Bengals.

Puente colgante Roebling  Foto robert Conklin Unsplash         
El puente colgante Roebling. Foto Robert Conklin – Unsplash

El puente colgante Roebling es su icono más famoso, y el parque que se despliega en las márgenes del río Ohio es un vergel de bicicletas, artistas y gente con ganas de relajarse.

Muchas casas históricas tienen raíces de la inmigración bávara, como las que se encuentra en el barrio de Over-the-Rhine, cuyos descendientes son especialistas en preparar el chile de Cincinnati y la goetta, una salchicha con carne y granos conocida como el «caviar de Cincinnati».

En tanto las propuestas culturales más interesantes se encuentra en sus museos (el Taft, el de arte contemporáneo y el de arte de Cincinnati).

Atrás quedaron algunas de las ciudades más importantes del Medio Oeste, entre comunidades orgullosas de su identidad, urbanizaciones que se repiten como en espejos y grandes ciudades con una propuesta cultural, deportiva y gastronómica para descubrir con paciencia.

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