Cómo ser (casi) más vip que el Papa en el Vaticano

Los Museos Vaticanos se puede descubrir sin multitudes antes de que abran al público. Y llegar a rincones fuera del circuito turístico

Cada año casi 6,5 millones de personas visitan los Museos Vaticanos, los segundos más visitados tras el Louvre, con 8,1 millones. Pero esta marea de visitantes arrastra al turista que pretende conocerlo con calma.

Pero hay opciones para descubrirlo sin agobios, aunque hay que calcular bien los tiempos. En la última edición de los premios Travellers Choice, que otorga Tripadvisor, se distinguió al servicio de excursiones vip por los Museos Vaticanos.

Se trata de dos paseos en grupos reducidos, de 16 a 25 personas, que cuestan entre 109 y 139 euros. Hay opciones más exclusivas que llegan a los 600 euros, dado que la diferencia reside en el tiempo de recorrido.

Desayuno en los jardines papales

Los paseos se realizan desde las 6:50, dos horas antes de que abran al público. La bienvenida se da con un desayuno continental en el elegante Patio de la Piña o en una de las cafeterías de los Museos. Y el paseo permite conocer la galería de frescos de Rafael, la sala de los mapas, el salón de los tapices y la famosa Capilla Sixtina sin tener que esquivar turistas a los codazos.

Los paseos vip permiten acceder a sitios que están fuera de los paseos turísticos por los Museos Vaticanos

Tras los museos, el tour sigue por la Basílica de San Pedro, donde destaca La Piedad de Miguel Ángel y el baldaquino de Bernini, una de las obras maestras del barroco.

vip sixtina
Los paseos vip por el Vaticano permiten contemplar la Capilla Sixtina sin turistas.

Rincones secretos

El paseo más caro también permite conocer rincones fuera del circuito turístico, como la estación de ferrocarril del Vaticano –que nunca sirvió para transportar pasajeros-, la campana del Jubileo, los jardines de meditación que los papas usan desde hace siglos y el helipuerto papal.

Los paseos duran poco más de dos horas y media. Para cuando se haya visto los puntos más destacados, las puertas de los museos abren al público general y el visitante puede volver a recorrer aquellos sitios que más le han impactado. Pero con más calma.

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