Best Western desmantela la operativa en España

La compañía cierra la sede en Madrid y se lleva toda la gestión a Berlín debido al plan de reestructuración europeo que afronta

La dieta de Best Western hace tiritar a España. La hotelera estadounidense ha decidido cerrar su sede en Madrid y traspasar las operaciones de la compañía a Dublín. Una clausura que se enmarca dentro de la reestructuración europea de la compañía para pasar de 19 oficinas a sólo seis y que ha comportado el adiós de toda la plantilla.

La decisión se tomó hace unos meses. De hecho, en la cuentas anuales de 2015, la auditoria RSM Spain ya advirtió de que «Best Western Internacional no renovaría el contrato de afiliación vigente». «Ello conlleva la finalización de la función operativa y comercial de la compañía», zanjaba.

Así, la totalidad de los trabajadores fueron despedidos. Mientras algunos ya se han recolocado en el sector, parte de la dirección –de edad avanzada– ha optado ya por la jubilación. Una realidad que, en menor medida, ya reconocía José Luis Diana, hasta ahora director general para España y Portugal, al avisar de que se realizaría un recorte de personal. «El objetivo será el de evitar duplicidades», señalaba hace un año a Cerodosbé.

La presencia en la Península Ibérica ha quedado reducida a la presencia de Oriol Maresch, que ocupa el cargo de director de desarrollo y operaciones en España y Portugal.

Best Western ha reducido su presencia en España de 16 a 5 hoteles en sólo un año

Sin embargo, el cierre pasará de puntillas sobre los establecimientos que la cadena todavía mantiene en el país. Todos el régimen de franquicia, ahora pasan a reportar la mayoría de servicios a la capital irlandesa. «Parte de la asistencia llega de Dublín y Milán –como el de atención al cliente–«, explica uno de los franquiciados.

En la actualidad, Best Western ya sólo cuenta con cinco alojamientos en España: tres en Barcelona, uno en Madrid y otro en Granada. Un retroceso evidente frente a los 16 que disfrutaba la marca hace sólo 12 meses. En este tiempo, la firma ha perdido tres propiedades en Cataluña, cuatro en la capital y una en Alicante, Sevilla, Las Palmas y Valencia.

La empresa perdió 100.000 euros con una facturación de 1,2 millones de euros en 2015

El fin de los contratos ha mermado los resultados de la hotelera en la Península. La empresa presentó en 2015 unas pérdidas de 100.000 euros por una facturación de algo más de un millón de euros. En 2014, el grupo registró unos raquíticos beneficios de 2.400 euros.

La última gran maniobra defensiva de la compañía estadounidense fue la reducción de capital de 18 millones de euros en mayo del año pasado.

a.
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