Colau frustra la llegada del mejor hotel boutique de EE.UU. a Barcelona

Intercontinental topa con la moratoria y el plan urbanístico de la alcaldesa para abrir un Kimpton en un céntrico edificio de oficinas

Detrás del Hyatt de la Torre Agbar o el Four Seasons del Deutsche Bank existe una ingente cantidad de proyectos hoteleros en Barcelona. Con suerte dispar, son los dos alojamientos que más ríos de tinta han hecho correr al vincularlos con el ‘cerrojazo’ de licencias turísticas de Ada Colau. No son los únicos. Algunos más modestos, como Room Mate, han podido sortear la moratoria con la adquisición de un establecimiento ya en marcha. Otros, como Intercontinental Hotels Group, han visto frustradas sus intenciones de expandirse en la capital catalana con la última joya de su cartera: Un Kimpton Hotel, la multipremiada cadena de boutiques estadounidense. 

El vicepresidente de desarrollo en el sur de Europa, Hylko Veersteg, explica a Cerodosbé que se había llegado a un acuerdo «para abrir en un edificio de oficinas prácticamente en el centro de la ciudad». Sin embargo, ahora el proyecto ha quedado suspendido a la espera de ver cómo transcurre la aprobación del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT). «En cierto modo puedo entender la moratoria, pues hay zonas que sí pueden estar saturadas turísticamente», advierte. Pero añade: «Sin embargo, creo que hay inmuebles específicos, singulares, que no debieron quedar afectados». 

Las conversaciones se encontraban en una fase muy avanzada. «También teníamos un par de proyectos en fase inicial», señala. La compañía busca desde hace años crecer en la capital catalana bajo la enseña Intercontinental -la marca premium del grupo-. Actualmente, regenta un hotel Indigo, un Crowne Plaza y varios Holiday Inn Express en Barcelona y el área metropolitana.

El primer Kimpton en Europa

La empresa británica adquirió en 2014 la firma de hoteles boutique Kimpton Hotels por 380 millones de euros. Presente en 33 ciudades de Estados Unidos,  en la actualidad no dispone de ningún alojamiento en Europa. Treinta y cinco años después de abandonar el Viejo Continente, Barcelona habría sido la primera piedra para la cadena de la mano de Ámsterdam, que sí ha conseguido albergar un alojamiento. Previsto para 2017, contará con 270 habitaciones. 

Sólo entre 2016 y 2015, la compañía ha sido reconocida en América con varios premios. 26 alojamientos han recibido el galardón Four Diamond Hotel otorgado por AAA, reconocidos por la revista Fortune como uno de los 100 mejores lugares para mujeres y millennials, y seis alojamientos se han distinguido en el Salón de la Fama de Tripadvisor con su ‘Certificado de Excelencia’. No sólo en materia de calidad, los méritos también llegan en materia laboral. Desde 2011 Kimpton Hotels es seleccionada periódicamente como una de las mejores 100 empresas del mundo para trabajar.

¿Cómo es el plan urbanístico?

Tras decretar el ‘cerrojazo’ de licencias nada más aterrizar en el cargo, Ada Colau ya ha diseñado la idea para regular la oferta hotelera de la ciudad. En su propuesta del Plan Especial de Regulación de Apartamentos Turísticos (PEUAT), el equipo de Barcelona en Comú prohíbe la construcción de nuevos hoteles en el centro de la ciudad. Los nuevos proyectos deberán alojarse en el extrarradio. 

A la negativa de nuevos alojamientos en El Eixample,Ciutat VellaSant Martí y Gracia, se le suma otra restricción: En la zona más saturada se caminará hacia al decrecimiento y no se permitirán nuevas aperturas en caso de baja del censo. Además, «ningún edificio tipificado como vivienda el 1 de julio de 2015 podrá conseguir una licencia turística», advirtió el regidor de turismo, Agustí Colom, a Cerodosbé en su momento.

Si bien el grifo está cerrado en el centro, la ciudad se abre a nuevos hoteles en zonas como Nou BarrisHorta-Guinardó y Sant Andreu. También en los denominados «ámbitos con regulación específica»: el 22@, la Marina de Zona Franca y la Sagrera. «Allí existen proyectos de desarrollo urbano y queremos crecer», ilustra. Eso sí, manteniendo la mixtura de usos para no convertirse en barrios dormitorio.

El proyecto queda ahora en manos del Partido Socialista, la gran esperanza del Gremi d’Hotels de Barcelona para relajar las condiciones de un boceto que condena a muchos establecimientos a la obsolescencia. ​El motivo: También censura las reformas de gran calado en los alojamientos céntricos. 

a.
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