¿Por qué los mejores hoteles de BCN tienen directores extranjeros?

Las grandes cadenas priman la experiencia internacional frente al conocimiento del mercado barcelonés a la hora de dirigir sus establecimientos.

Brekelmans, Sibille, Billard, Salcido Liddell son los apellidos que cuelgan en los despachos de director del hotel W, Juan Carlos I, Majestic, Arts y Mandarin, respectivamente. Un repóker de establecimientos, probablemente los de más solera en la ciudad de Barcelona, dirigidos por un holandés, dos franceses, un mexicano y un australiano. ¿Por qué ningún catalán lleva la batuta de de alguno de estos alojamientos? «Han sido muy endogámicos, la mayoría de dirigentes no han salido de la capital para ver mundo y conocer como se hacen las cosas fuera», responde uno de los integrantes de este abanico a Cerodosbé.

«La mayoría de grandes dirigentes hemos viajado mucho antes de poder asentarnos en una gran plaza como Barcelona, y al ejecutivo local le falta esta ambición», defiende. En la misma línea se expresa Jorge Mateu Santaeularia, histórico director del hotel Princesa Sofía: «Las grandes cadenas prefieren a gente que las conozca y que haya estado en ciudades como París y Londres«.

Además, el directivo lamenta la falta de ambición de la nueva generación de profesionales. «Antes todos nos íbamos a formar a Estados Unidos, ahora hay muchos que incluso tienen problemas con el alemán o el francés», compara. Y añade otra clave: «Los jóvenes llegan preparados en el ámbito de ventas y tecnologías pero les falta la capacidad para dotar de reputación a un alojamiento a través de eventos y banquetes». En Francia, en cambio, son expertos.

Malco Par, director general del Majestic Hotel Group, reconoce el déficit, pero también aporta argumentos para un giro de tendencia. Si bien puede haber una generación acomodada, «ahora hay un grupo de directores noveles que ha salido a curtirse al extranjero y que tarde o temprano volverán a la ciudad», augura.

Los hoteles de Gran Lujo locales sí que apuestan por directores barceloneses

También se queda con la cara de la moneda Bruno Hallé, socio director de la consultora Magma HC: «Es cierto que las grandes cadenas como Fairmont o Marriott han apostado por dirigentes internacionales, pero hay un gran número de hoteles de Gran Lujo en manos de ejecutivos locales». «El Casa Fuster y el Hotel Monument, en el Paseo de Gracia, y el Mercer Hotel, cerca de Via Laietana, son establecimientos espectaculares en manos de barceloneses», ejemplifica.

Sin embargo, ¿por qué las firmas de renombre prefieren la experiencia internacional que el conocimiento de la idiosincrasia de la ciudad? «A día de hoy, los directores de hotel se han convertido en gestores del día a día, con mucha atención a la reputación online y a las ventas», lamenta Santaeularia. «Estas compañías prefieren a alguien que conozca al dedillo sus procesos y que se apoye en un director de Relaciones Institucionales local para relacionarse con las administraciones», añade Hallé.

De este modo, las grandes propiedades ya buscan al próximo gran director de hotel barcelonés que pueda romper la hegemonía foránea en la capital catalana. Sobre la mesa se posan varios nombres entre los que sobresalen cuatro: Anna Albuixech, directora general de Ohla Boutique Hotels; Jordi Maestro, recién incorporado al Princesa Sofía; Pep Lozano, director del Bulgari Resort de Dubái; y Oriol Montal, director del JW Marriott Phuket de Tailandia.

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