Los nuevos hoteles de Silken que salen a subasta

El concurso de acreedores del Grupo Urvasco, propietario de la cadena, se cobra seis nuevas víctimas

El armario del Grupo Urvasco se llena de cadáveres. Tras la pérdida constante de establecimientos hoteleros a lo largo del último año, la constructora en concurso de acreedores se prepara para sumar seis nuevas bajas a su lista de inmuebles. Una sangría que golpea a la cadena Silken, filial de la compañía, dedicada a la gestión de los alojamientos propiedad de su matriz.

Así, el juzgado de lo mercantil número 1 de Vitoria ha aprobado el plan de liquidación dictaminado por el administrador concursal. En un auto al que ha tenido acceso Cerodosbé, el magistrado abre la subasta a seis sociedades dependientes de Urvasco: Hotel Amara Plaza, Hotel Indautxu, Hotelera Castilla La Mancha, Hotel Coliseum, Hotel Río Santander y Canarias de Edificaciones Candesa.

De este modo, saldrán a concurso seis establecimientos de la cadena vasca. El mercado ya se frota las manos para adquirir, a precio de saldo, el Amara Plaza de San Sebastián, el Indautxu de Bilbao, el Alfonso X de Ciudad Real, el Coliseum y el Río de Santander y el Atlántida de Santa Cruz de Tenerife.

Se trata del último paquete de inmuebles (el auto data del 23 de enero de 2017) que servirá para pagar las deudas arrastradas con un pool de acreedores formado por entidades públicas –ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y la Seguridad Social– y bancos –Caixabank, BBVA, Banc Sabadell o Banca March, entre otros–.

En los últimos dos años, Urvasco ha visto como las deudas han golpeado la rama hotelera. El concurso de acreedores le ha obligado a deshacerse del Gran Domine, en Bilbao; el Silken Málaga -en manos de HI Partners-; el Ciudad de Gijón; el Silken Diagonal –ahora de Bank of America— y el Silken Puerta Castilla –propiedad de Hotusa–.

El cambio de manos ha significado en ocasiones la pérdida de la marca Silken. “Podemos perder más hoteles”, reconocía Javier Tobar, consejero delegado de la compañía turística, en una entrevista a Cerodosbé concedida en julio.

Sin embargo, fuentes de la hotelera destacan que Silken cuenta con un contrato de gestión a largo plazo en prácticamente todos los establecimientos. Por ello, el cambio de manos debería resultar imperceptible para el cliente.

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