Qué tendrán que hacer los hoteles para sobrevivir en el futuro

Los hoteles deberán integrar las experiencias del usuario con la comunidad, y ofrecer un servicio a medida a sus huéspedes

Los hoteles no pueden restringirse a las cuatro paredes, ni creer que su misión acaba cuando el pasajero parte hacia otro destino. Con el desafío de la economía colaborativa cambiando el modelo de negocio, y con una competencia que reduce los márgenes de ganancia, los hoteles tienen que evolucionar y replantear sus estrategias hacia el futuro

Un informe de la consultora Deloitte y el centro de estudios Dolbin marca varias pautas de cómo tendría que ser el ‘hotel del futuro’. En él se precisa que la hostelería necesita salir del esquema de que son segmentos definidos por las marcas, y debe apuntar a ser un “integrador de personas, experiencias, culturas, espacios y procesos”.

Dicho de otra forma: tiene que salir de la estructura del establecimiento y pensar en las personas, desde antes que realice una reserva hasta que regresa a su hogar.

El esquema del negocio clásico del sector ha quedado obsoleto. “Más que un hotel, se debe pensar como una experiencia de alojamiento, que el huésped sienta que puede crear nuevas conexiones y ser un participante más activo de la comunidad”, describe Ramya Murali, gerente de operaciones y estrategia de Deloitte.

Deloitte sugiere que los hoteles integren las experiencias del huésped

Deloitte propone cinco áreas donde la hostelería debería reconvertirse:

– Integrador de experiencias: donde el huésped pueda conocer nuevos estilos de vida, y el propietario presente nuevos productos que le permitan revalorizar su establecimiento.

– Integrador de personas: que el hotel, más que un mero receptor, sea un conector entre el huésped y el entorno, como una gran red social. Que el visitante sienta que el hotel le otorga un vínculo social que va más allá de la mera estancia.

– Integrador de culturas: el hotel se debería integrar con el tejido social del barrio y la ciudad, para que el huésped tenga una mejor inmersión en la cultural local, y el establecimiento potencie el ecosistema cercano como un valor añadido a su producto.

– Integrador de espacios: las marcas deberían diversificar sus productos con espacios flexibles, y los propietarios pueden aprovechar los ámbitos poco utilizados para brindar nuevos servicios a los clientes.

– Integrador de procesos: el hotel debe ser un asesor logístico del viajero, brindar una gama de servicios (por medio de colaboraciones y externalizaciones) para que la experiencia del huésped sea más completa.

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