Los fans de Harry Potter intentarán comprar un castillo

La asociación que organiza los seminarios de la Escuela de Magia convertirá el Castillo Czocha en Polonia en sede estable si alcanza el millón de euros de 'crowdfunding'

Los sueños, a veces, hay que cumplirlos por partes. El de hacer realidad la Escuela de Magia Hogwarts donde se formó el mago más famoso del cine y la literatura está cada vez más cerca. Poco importa si los derechos de autor impiden que se llame Hogwarts, poco importa si el nombre de Harry Potter sólo se susurra o si hay que inventar palabras nuevas para nombrarlo. Tras el éxito del primer seminario de magia a finales del año pasado, los seguidores del mago ideado por J.K Rowling se plantean la posibilidad, crowdfunding por delante, de comprar un castillo en Polonia en el que alojar de manera permanente a los aprendices de brujo.

En su empeño, los fans capitaneados por el danés Claus Raasted anuncian una nueva convocatoria de formación para varios fines de semana del mes de abril y noviembre de 2015 así como una serie de ambiciosos objetivos escalados según lo que se recaude a través de internet.

Un crowdfunding paso a paso

El éxito de las anteriores convocatorias de la Escuela de Magia y las previsiones actuales son tales que, desde la organización, plantean una serie de objetivos por pasos con la intención de avanzar en el sueño colectivo de hacer realidad el mundo de Harry Potter.

Según anuncian en su perfil de Indiegogo, con 50.000 dólares se podría hacer el seminario de noviembre; con 350.000 adquirirían una torre medieval al oeste de Polonia, se programarían más seminarios y un documental; con 500.000 pensarían en otra propiedad más grande…  Pero en el horizonte más ambicioso es donde radica el verdadero objetivo del colectivo: reunir el millón de dólares necesarios para adquirir el castillo polaco donde hasta ahora están teniendo lugar los encuentros y hacer realidad la celebérrima Escuela de Magia Hogwarts.

Sin menciones directas a Harry Potter

Aviso de la Warner Bross por delante, tanto en los seminarios puntuales como en su proyecto de Escuela de Magia estable los aprendices de mago deberán evitar menciones explícitas Harry Potter y su universo, saga protegida por implacables derechos de autor. Así, los entusiastas promotores, tirarán de creatividad para continuar con la recreación del universo de J.K Rowling sin mentar muggles o convocar partidas de quidditch lo que les lleva a asumir, en general, una menor capacidad de difusión.

La Escuela de Magia, que ya desbordó todas las previsiones en su primera convocatoria en 2014, plantea un programa de formación inspirado en el universo Harry Potter y asegura una inmersión total durante los días de duración del evento. En un programa que incluye alojamiento y pensión completa, durante los días de formación los aprendices de mago acuden a clase de 9 a 16 de la mañana y tienen tiempo para explorar el castillo, el bosque cercano y hasta una taberna a la altura del mundo imaginario de la saga.

Desbordados por el éxito

En noviembre de 2014 casi 200 personas de 11 nacionalidades acudieron a la Escuela de Magia que, sólo por esta vez, tuvo el consentimiento de la Warner Bros para hacer alusiones al mago. Debido a lo popular de la iniciativa –se  llegaron a reunir 25 000 euros en cinco días- los organizadores programaron otra convocatoria en abril de 2015 y han diseñado, además, el programa de noviembre.

La cita de final de año tendrá lugar en tres sesiones de jueves a domingo los días 12-15, 19-22 y 26-29 de noviembre y contará con la participación de unas 130 personas que, alojadas en el Castillo Czocha, jugarán a ser parte del universo de Potter, eso sí, procurando no nombrarle. Esta limitación podría dañar seriamente la difusión del evento cuyos organizadores, sin embargo, esperan alcanzar el poder de convocatoria del año pasado y perseguir el sueño del castillo. Sólo el tiempo dirá si podrán hacerlo a pesar de las limitaciones de los derechos de autor, sólo el tiempo dirá si la pasión por la magia es más importante que el marketing en torno a un nombre. Dirá si el universo simbólico de Harry Potter ha dejado de ser, incluso, propiedad del mismísimo mago.

a.
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