La Rioja: cuando la mejor calidad y la ecología son sinónimos

El río Ebro es una de las causas importantes del desarrollo del vino en esta zona de España, entre Euskadi, Castilla, Navarra y Aragón, que se convirtió en comunidad autónoma, en parte, debido a la presencia masiva de los viñedos como principal actividad económica de la región.

La bandera multicolor de La Rioja responde precisamente a las tonalidades tintas, blancas, rosadas y verdes de sus vinos. Pero el nombre de esta comunidad y el de la DOC Rioja, que sobrepasa sus fronteras, no se genera en el Ebro si no que proviene de otro río que atraviesa los viñedos: el río Oja, de donde deriva el nombre de la región.

Cultivos desde milenios

Ya en el siglo II antes de Cristo, se encuentran pruebas del cultivo de la vid y la elaboración de vino por parte de los habitantes originales. Más tarde los romanos también la cultivaron y tras la reconquista cristiana, la industria proliferó en gran medida.

A principios del siglo XX, La Rioja tampoco escapó de la devastadora plaga de la filoxera que sumió a muchos agricultores en la ruina. Tras esta época negra, esta región replantó sus viñedos y salió adelante.

Sólo hay dos Denominación de Origen Calificada en España, y una es la de La Rioja

La culminación de los esfuerzos de los viticultores y las bodegas durante todo este tiempo, cristalizó en 1991, convirtiendo a La Rioja en una Denominación de Origen Calificada (sólo hay dos en España, la otra es DOC Priorat).

Hoy en día, la mayoría de los viñedos se encuentran entre 300 y 900 metros de altura. Esta región vitivinícola está dividida en La Rioja Baja, La Rioja Alta y La Rioja Alavesa. Las dos últimas gozan de un clima más frío, mientras que la primera tiene un clima más mediterráneo.

Actualmente, los vinos de La Rioja se exportan a todo el mundo y sus tintos cosechan premios y menciones internacionales. 

Un poco de enología 

La uva tempranillo, una vid tradicional riojana y mayoritaria en la DOC, de intenso color negro y piel dura, con la que se elaboran vinos de excelente crianza, moderada acidez frutal y agradables aromas, es la componente 100% de este vino.

Estamos frente a un reserva elaborado por la Familia Torres en la Rioja Alavesa, en un extremo aislado de esta Denominación de Origen Controlada. 

En este caso en concreto, esta uva, de la que parte el vino Altos Ibéricos Reserva 2012, fue vendimiada en octubre del 2012, un año seco y con estrés hídrico en los viñedos pero con algo de lluvia en septiembre y octubre, que diluyó un poco los azúcares pero sin afectar al fruto, que se recogió sano y con buena madurez, utilizando siempre la vendimia manual.

El tempranillo, posteriormente, pasó por un tiempo de maceración de 15-20 días y una fermentación de una semana a 26º a 28º en depósitos de acero inoxidable con su correspondiente control de temperatura.

Altos Ibéricos Reserva 2012 cuenta con un período de envejecimiento de 16 meses

Altos Ibéricos Reserva 2012 ha pasado por un proceso de envejecimiento en barrica de roble francés durante 16 meses, siendo parte en barrica nueva. Finalmente ha atravesado un proceso de envejecimiento de 12 meses en un botellero de la bodega con una temperatura y humedad controladas hasta su embotellado definitivo en el 2016. 

La suma: Familia Torres más Rioja

En 2005 la Familia Torres decidió establecer su bodega en el municipio de Labastida, en pleno corazón de la Rioja Alavesa. Siempre se fue consciente del potencial de la región para el cultivo de la vid y esto permite elaborar aquí vinos de alta calidad, con personalidad única y gran aptitud para la crianza.

Altos Ibéricos toma su nombre del Alto Otero, un bello paraje donde se encuentra la bodega en el corazón de la Rioja Alavesa, en el municipio de Labastida (1.271 m), una zona que antiguamente era una finca de matorrales de unos 50.000 metros cuadrados.

La parte construida de la bodega que armoniza con el paisaje y está diseñada bajo criterios de sostenibilidad incluye desde la zona de prensado hasta la de envejecimiento en botella.

Producción ecológica de la Familia Torres

Siguiendo la filosofía de Torres, liderada por su presidente, Miguel Agustín Torres, la nueva bodega ha sido diseñada para funcionar en completa armonía con el medio ambiente: se ha instalado una planta depuradora de aguas y una balsa recolectora de aguas de lluvia que se reutilizan en tareas de limpieza.

A principios de 2011 se colocaron placas solares en el techo de la bodega con capacidad de impermeabilización y absorción de energía solar a razón de 200 Kw./pic.