A Mas y a Fainé les falla Bañuelos, el sustitutivo sospechoso

Hace tiempo que algunos dijimos que la operación no tenía buena pinta. Todo partió del día en que Sheldon Adelson, el magnate estadounidense del juego, decidió que su promesa de Eurovegas no se instalaría en Cataluña. El Gobierno de Artur Mas se había empleado a fondo para que la localización del complejo de ocio, juego y hostelería fuera el territorio catalán. Se movilizaron más voluntades que de costumbre, entre las que figuraban todos los lobbies judíos existentes. Fue en vano, porque Adelson dijo que Eurovegas iría a Madrid. Tan falso era el proyecto, que ni a Madrid ni a la China Popular, que diría el lenguaraz Josep Lluís Carod Rovira.

Aquel día, Mas se lanzó en brazos de Enrique Bañuelos, un empresario valenciano que había hecho no pocos millones al calor de la promoción inmobiliaria desaforada de los años del boom. El hombre que se enriqueció con Astroc y otras empresas prometió al presidente de la Generalitat un proyecto de gran nivel, casi equivalente, en terrenos de Port Aventura. Se llamaría Barcelona World y se edificaría en unos terrenos de La Caixa, que la entidad de ahorro (en posición desinversora en el negocio inmobiliario) le vendería con unas suculentas plusvalías.

Las fotos de aquel aquelarre daban cuenta de la presencia del propio Bañuelos, Mas e Isidro Fainé, presidente de La Caixa. Se firmó un contrato por el cual en dos años se produciría la compra de los terrenos y se aceleraría el proyecto desde su perspectiva económica y urbanística. Pues bien, ayer venció la prórroga para que Bañuelos pagara. Pero el empresario no tiene dinero y, de nuevo, Mas y Fainé han improvisado una salida al desaguisado: la Generalitat tendrá durante 18 meses una opción de compra para vender los terrenos a quien desee. Dicen tener otros promotores interesados, pero de aquí a un año y medio nadie se sorprenderá de que el proyecto quede nuevamente embarrancado.

En esta ocasión, Fainé ya no ofrece la totalidad del terreno prometido. Sólo una parte, la necesaria para el proyecto más reducido. La Caixa también dice tener pretendientes para el resto de solares que posee desde que hiciera diferentes operaciones, años ha, con el nacimiento de Port Aventura. Es más creíble que la entidad de ahorro consiga poner en valor sus activos inmobiliarios de Mediterranean Beach & Golf Community a que lo haga la Generalitat. En cualquier caso, el Gobierno catalán y la primera entidad de ahorro del país han hecho un ridículo espantoso poniéndose en manos de quien se pusieron. Podrán argumentar infinidad de escusas, pero los dos años transcurridos son sólo tiempo perdido. El sustituto peligroso de Adelson ha resultado ser poco más que una photo oportunity en un país demasiado acostumbrado a perder el tiempo con debates estériles mientras nuestros competidores van al grano y fallan bastante menos. Lo sorprendente es que el grupo financiero se haya prestado durante este tiempo a tamaña teatralización.

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