Comercio y turismo

La conexión del turismo y el comercio hoy en día es crucial para el desarrollo urbano y su dinamización orientada a la proximidad. Para tener éxito en las estrategias que lo faciliten debe observarse con atención los visitantes teniendo en cuenta diferentes perfiles. Una manera de simplificarlo es a través de una categorización que establezca las acciones adecuadas para cada caso. Lo podemos categorizar de la siguiente manera:

1) Visitante de negocios: oferta hotelera excelente, que facilite la celebración de encuentros y reuniones, acompañada de servicios orientados a simplificar los inconvenientes de los desplazamientos y disfrutar, por ejemplo, de una excelente gastronomía y restauración. Muy recientemente hemos visto reforzada esta estrategia con las renovadas estrellas Michelin logradas por los restaurantes de Barcelona y alrededores. Tenemos una oferta muy bien orientada para esta tipología de visitantes. Algunos son: Abac, Capritx, el 41º, El Celler de Can Roca , Enoteca, Fonda Gaig, L’Angle, Lasarte, Moments, Sant Pau, Tickets, etc.

2 ) Visitantes con orientación de vacaciones familiares de una duración de una semana o más: compaginan visitas de todo tipo con un componente cultural y lúdico muy importante. Los monumentos y museos tienen un papel importante con un comercio de recuerdos selecto y tiendas de proximidad.

3) Las estancias culturales de corta duración: se encajan en eventos culturales específicos o en momentos de actividad musical o deportiva, que complementan con pequeñas escapadas visitando monumentos o arquitectura de la ciudad, la gastronomía , etc.

4) Visitantes orientados a la compra con dos extremos: el del de bajo nivel (sombrero mexicano y camiseta del Barça), el de altísimo nivel de tiendas de lujo en el Paseo de Gracia y visitas a la Roca Village.

El comercio utiliza la proximidad y los horarios como herramienta básica exitosa de atracción. ¿Se debe abrir en días festivos para el turismo? La propuesta más innovadora es la de abrir por la mañana en algunas zonas y centrar el foco en los cruceristas, que a primera hora de la tarde tienen que volver al barco para seguir navegando.

La principal conclusión de una reciente reunión entre empresarios, universitarios, periodistas, administración y técnicos para debatir sobre la relación entre turismo y comercio en la Barcelona actual es la necesidad de reforzar la colaboración público-privada.

Las vinculaciones entre comercio y turismo son enormes tal como apuntaban las diferentes intervenciones y esto lleva, entre otros, al aumento espectacular de visitantes en Barcelona. La profundización de la conexión entre los dos sectores aporta muchas ventajas y sinergias que posicionan Barcelona en los primeros puestos del escenario mundial. Un alto directivo de una multinacional que tiene su sede española aquí decía recientemente Barcelona “is on fire” en un gran momento.

Trabajar para atraer al visitante es muy importante en cualquier actividad económica. La llamada de Barcelona a sus visitantes tiene varias vertientes: la vertiente monumental (arquitectura modernista y Gaudí), la vertiente cultural (congresos y festivales), la vertiente de negocios (la feria y congresos), la vertiente artística (museos, teatros , salas de conciertos y celebraciones), la vertiente comercial (centralidad y ejes comerciales).

La conjunción de elementos de atracción de la marca Barcelona denota el éxito en el que la economía de la ciudad consigue alimentar un fondo continuo de ingresos que, a pesar de tener alguna estacionalidad en los meses más fríos, mantiene un ritmo espectacular como lo muestran los siguientes datos.

De los 9 millones de viajeros al año que pasaban por el aeropuerto de El Prat en 1990, hemos pasado a 35 millones en 2012. Con las mismas fechas, los pasajeros de cruceros en el puerto de Barcelona han crecido de 115.000 a 2,4 millones; el bus turístico de 23.000 a 1,9 millones y el total de turistas de 1, 7 a 7,4 millones. La Sagrada familia recibe ahora 3,2 millones de visitantes cuando en 2010 recibía 2,3. Las compras actuales con tarjeta de crédito superan los 56 millones de euros.

Pero trabajar para mantener Barcelona «on fire » supone calidad y dedicación. Se nos acumula el trabajo.

a.
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