¿Cuánto nos cuesta llegar al aeropuerto?

Coincidiendo con la puesta en marcha de un tren directo cada media hora entre la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas y Villalba pasando por las principales estaciones de Madrid, es un buen momento para reflexionar sobre la poca importancia que se le ha dado hasta ahora en nuestro país a la comunicación entre las ciudades y los aeropuertos. Este mismo proyecto en la capital española llega con muchos años de retraso y la anhelada conexión del AVE a ese mismo aeropuerto no parece que se vaya a hacer realidad a corto plazo.

Mientras se han ido construyendo nuevos aeropuertos en prácticamente todas las provincias de nuestro país con unos costes y unos mantenimientos desorbitados a pesar de no contar con un mínimo plan de viabilidad ­–ahí están Lleida, Ciudad Real, Burgos, Huesca o Castellón­ como ejemplos– por no hablar de la ampliación de otros con un futuro incierto, véase el caso de León, la ciudad de nuestro todavía jefe de gobierno, o Girona que si Ryanair se va por completo, se quedaría prácticamente sin vuelos en temporada baja. Una ciudad como Barcelona todavía no dispone de un buen servicio de transporte público con su aeropuerto y no digamos esos otros muchos aeropuertos regionales que con la disculpa de que no hay casi vuelos no tienen un servicio regular de autobuses.

Por lo menos en Madrid se acabaron situaciones tan absurdas como tener que pagar más de 40 euros desde la T4 al centro por la noche o de madrugada de forma obligatoria a un taxi por esa picaresca a la que nos tiene acostumbrado demasiadas veces este colectivo cuando después existe una guerra de precios entre compañías aéreas que en muchos casos ofrecen por ese mismo dinero viajar a la otra punta de Europa.

Primero fue la introducción hace unos meses de un autobús durante las 24 horas del día entre las diferentes terminales de Barajas y Atocha o la plaza de Cibeles y ahora este nuevo servicio que comienza a las 5.15 de la mañana desde la estación de Príncipe Pío y termina después de las 12 de la noche por un precio de algo más de dos euros, prácticamente igual que lo que se paga en el metro desde las terminales 1 y 2 desde las 6 de la mañana a la 1 o 1.30, según la zona.

Es, por otra parte, uno de los servicios de transporte público más económicos de toda Europa, por no decir el más barato. Londres o París cuentan con un complejísimo y eficiente sistema de comunicación entre sus centros urbanos y diferentes aeropuertos pero a un precio mucho más alto.

En nuestro entorno, entre las mejores opciones sin duda destaca el sistema suizo o el holandés que permiten llegar prácticamente desde cualquier punto de su territorio a sus aeropuertos de forma casi directa, económica y con una regularidad asombrosa. Alguien me dirá que se trata de países muy pequeños pero aquí con el régimen de las autonomías podíamos haber logrado algo por lo menos similar y por el momento sólo tenemos docenas de aeropuertos sin apenas tráfico. ¿Por cierto alguien ha pensado en cerrar alguno para ahorrar costes?

* Javier Mazorra es historiador

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