El Golfo o donde el escenario cambia

Si se compara con las economías en crisis de Occidente y las economías emergentes en gran parte del este de Asia, la región del Golfo tiene un pronóstico mucho mejor que el del resto del mundo. A medida que te acercas, el escenario cambia respecto a lo que se vive en Europa.

Los seis estados del Consejo de Cooperación del Golfo –es decir Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos– representan uno de los pocos mercados con un rápido crecimiento mundial para el sector de construcción. En los últimos 10 años, más de 590 mil millones de euros en proyectos han sido ejecutados o en vía de desarrollo, mientras que hay otros 742 mil millones de euros en etapas de licitación o de planificación.
     

 
En los últimos tres años, el Golfo ha ingresado 742 millones de euros de superávit

Las empresas que quieran probar suerte en esta región deberán acercarse preparadas con una visión política y macroeconómica o disponer de herramientas para analizar las oportunidades reales de negocios. Además deberán contar con un análisis de los clientes y los contratistas principales, las iniciativas y los planes de gasto, datos históricos y actuales, así como las previsiones para los próximos años.

También deberán analizar y cuantificar el tamaño actual y el potencial de cada mercado. Conocer las listas de los proyectos actuales y futuros, sus estados, el valor o el alcance. Además, deberán comprender a los principales impulsores de los planes y sus estrategias, así como reconocer los sistemas de acceso a los mejores clientes y contratistas.

Los cambios radicales, que los alzamientos árabes han traído a la región, han creado un nuevo conjunto de desafíos para la industria de la construcción y han cambiado la forma en que las empresas se acercan a ella.

En los últimos tres años, esta zona ha ingresado 742 millones de euros de superávit. Es un excedente muy grande concentrado en un espacio geográfico muy pequeño y para una población muy reducida. Esta cantidad se va en el gasto público, la creación de infraestructura, o a los fondos de inversión.

El valor de los proyectos en construcción de infraestructuras que se están ejecutando actualmente es de 288 mil millones asumido por más de 1.000 empresas. Sin embargo, un grupo de élite está liderando la inversión. De los trabajos en curso, 129 mil millones –que equivale al 45%–, los llevan 50 empresas.

Arabia Saudita, es líder de la región. Con su enorme potencial, es el mayor cliente de proyectos en curso: nueve de los 25, es decir, el 40% del total; los Emiratos Árabes Unidos representa el 23% y Qatar el 10%.

La economía de los países del Golfo está creciendo en torno al 6%. Y la razón no es un secreto. Recae en el fuerte aumento de los precios del petróleo. En 2003, el precio medio del crudo era tan sólo 17 euros por barril. Hoy está en 74 euros el barril y no muestra signos de descenso. El impacto económico que han tenido en los ingresos ha sido asombroso. Los ingresos petroleros han permitido a los gobiernos gastar miles de millones en el mejoramiento de su infraestructura física y social.

Animado por estos ingresos, el mercado de proyectos en la zona pasa por un período de crecimiento sin precedentes, una población en aumento y unas economías en auge. Desde 2003 se han gastado miles de millones en todos los sectores.

El resultado ha sido una transformación radical de la región. Emergen ciudades y se crean nuevos horizontes que aumentan día a día. Se construyen grandes complejos petroquímicos en pleno desierto y las costas están repletas de hoteles de lujo. El impacto en el tejido económico y social…La región es ahora un centro financiero, de ocio e industrial de creciente importancia internacional. Siempre ha sido políticamente relevante y ahora se ve también en otros mercados emergentes como un modelo para el desarrollo económico.

Las compañías son relativamente optimistas sobre el potencial del Golfo. Y a pesar del aumento de la competencia asiática y americana, la mayoría de las europeas buscan la animación lejos de la depresión del viejo continente.

a.
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