¿Fabra dinamitará la venta del Aeropuerto de Castellón?

Todo apunta a que la Generalitat Valenciana quiere dinamitar la venta del Aeropuerto de Castellón. Ni la insuficiente oferta económica de 88 millones de euros, ni la opacidad de los negocios de los posibles compradores –una empresa libia radicada en Malta llamada Lilac Trade and Investments- convencen al ejecutivo que preside Alberto Fabra que, por acción u omisión, da la sensación de estar intentando que la negociación quede en nada.

La principal traba para el negocio es que el dinero que ofrece la compañía libia apenas cubre el desorbitado coste de la infraestructura. El presidente Alberto Fabra también recela de la turbiedad de Lilac Trade, una firma sin apenas actividad visible en Internet, cuya dirección de referencia remite a un barrio residencial de alto standing cerca de la capital maltesa donde no se aprecia actividad económica alguna.

El representante de Lilac Trade es el empresario Fowzi Amar Allolaki, consejero político de Mahmud Yibril, aspirante a la presidencia de Libia. Yibril, un político prooccidental con amplio apoyo entre el electorado, generó un cierto revuelo tiempo atrás al hablar de “violaciones de los derechos humanos” en la revolución libia y expresar su deseo de que el ex dictador Gadafi “siguiera vivo” para poder ser juzgado.

El caso es que Lilac Trade pretende comprar el Aeropuerto de Castellón para convertirlo en un hub, una especie de puerto para sus aviones de carga donde poder repostar y realizar el mantenimiento y las reparaciones necesarias. Sin embargo, fuentes cercanas a la negociación confirman que Allolaki está descontento con las exigencias del Consell; incluso, la empresa que lleva la intermediación del negocio –temerosa de perder la comisión de tan suculenta e inusual venta- lamenta en privado que la Generalitat “se va a cargar el trato” con sus peticiones “marcianas”.

El principal motivo de descontento de la firma libia es que el Consell pretende imponer las empresas que realicen ciertas obras necesarias en “el aeropuerto del abuelito”, tal y como lo definió el ex presidente de la Diputación, Carlos Fabra, ante sus nietos. Así, el conducto para llevar gasolina hasta el aeródromo –una obra cuestionada ya por ingenieros de prestigio- o la acometida para la instalación eléctrica deberían hacerse con las empresas que designe la Generalitat.

Lilac Trade recela de la obra eléctrica, ya que el Consell ha propuesto a una empresa de reciente creación que, una vez conseguido el hipotético contrato, subcontrataría a su vez a otra firma. Se habla, incluso, de Endesa. Tampoco ven claro el tema del combustible, ya que no entienden cómo se construyó un aeropuerto sin prever la existencia de una gasolinera propia.

Ante este panorama, el tiburón Allolaki ya ha amenazado con llevarse el negocio a otra parte. De hecho, Lilac Trade está negociando en paralelo la posible compra de un aeropuerto en otro país del Mediterráneo, posiblemente Italia. Si esta negociación cuajara, la venta del Aeropuerto de Castellón sería imposible y el negocio se frustraría. Tal vez, lo que realmente pretende el Consell…

La propina

Las sospechas de que el Consell quiere cargarse la venta del Aeropuerto de Castellón surgen de algunas filtraciones interesadas sobre el negocio. Tras desvelar El Mundo el nombre de la empresa libia, el periódico ABC, propiedad de Vocento y muy afín al PP, publicó la escasa oferta económica; también han salido informaciones desacreditando a Lilac, cuyo origen parece estar entre los propios negociadores. Todo ello ha tensado más si cabe el débil equilibrio interno del PPCV y ha enfrentado de forma abierta a Carlos Fabra y a su antiguo delfín, Alberto Fabra.

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