Los apartamentos turísticos

El Ayuntamiento de Barcelona toma la decisión de parar las licencias de los pisos turísticos

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido parar las licencias para nuevos apartamentos turísticos. Probablemente es la decisión más pragmática en este momento, visto el malestar vecinal generado y la carencia de consenso político y social sobre qué modelo de turismo y de ciudad hay que potenciar. Hará falta un debate serio entre políticos, expertos, vecinos y varios operadores económicos vinculados al turismo, para acordar unas reglas de juego claras que prioricen el bien común y la sostenibilidad económica y ambiental a largo plazo, y superen las mezquindades y pequeños intereses particulares.

Lo he escrito en alguna otra ocasión: con las cosas de comer no se juega. Y parto del principio de que el método para abordar las políticas que afectan los ingresos del sector público y al nivel de ocupación tendrían que ser fruto siempre de acuerdos transversales estratégicos. Dicho esto, la demanda turística, a pesar de la crisis económica global, crecerá mucho más con la incorporación de decenas de millones de nuevas clases medias de Asia, América y, pronto, África. Barcelona es un icono imprescindible para cualquier europeo y, cada vez más, para los no europeos. Si añadimos la vertiente de turismo profesional de congresos, convenciones, reuniones de empresa, está claro que cuanto antes aclaramos qué ciudad queremos, mejor.

En esta demanda creciente no sólo se tiene que contar con el turismo de alto nivel adquisitivo, sino con el de bajo nivel. La facilidad de transporte hace inútil el debate entre alto coste/bajo coste. La gente la tendremos aquí, sí o sí. Pero, diría más. ¿Un gobierno democrático europeo puede sólo trabajar pensando en los turistas de alto poder adquisitivo? ¿Las presiones de algunos lobbies hoteleros pueden paralizar la necesidad de abordar una amplia oferta regulada de alojamientos y restauración de calidad razonable y bajo coste? En absoluto.

Sólo hace falta viajar de Pirineo hacia arriba para saber cómo:

1. Existen grandes redes de ofertas de alojamiento social destinadas a familias o jóvenes con bajo poder adquisitivo, sean albergues, campings municipales, centros de vacaciones de trabajadores…

2. Están legalizadas tipologías de alojamientos sin sofisticaciones estéticas ni de servicios, así como el modelo del bed and breakfast que permite a decenas de miles de ciudadanos con pocos ingresos completar su salario o su exigua pensión alquilando alguna habitación de la vivienda donde residen.

En Cataluña, las reiteradas presiones corporativas han impedido abrir esta vía. Pero como la demanda existe ha encontrado una rendija en lo que en su momento fue calificado de vivienda de uso turístico y en los apartamentos turísticos, que muchas veces no garantizan ni el alto nivel de calidad de la acogida que puede proporcionar compartir morada con el propietario en un bed and breakfast; ni el alto nivel de civismo y respecto al vecindario que significa este modelo, porque ya se cuidará el propietario que vive todo el año de que su inquilino cumpla la norma.

Lo que es una bomba de relojería es alquilar viviendas y apartamentos en los que el propietario no conviva. Y encima que se mezcle en una escalera donde hay pisos de vecinos de la ciudad. La interferencia entre horarios de ocio descontrolados por la ausencia del amo y los horarios de trabajo de los vecinos es un conflicto garantizado. Por eso, en su momento, en una de las diversas reformas de reglamentos que se han producido se propuso considerar sólo apartamentos turísticos aquellos que compartían un mismo edificio y que tenían un mínimo servicio común que controlara el conjunto del bloque.

En cualquier caso, incluso haciéndolo bien, una ciudad muy turística tiene el riesgo de que se concentren estas actividades en barrios determinados donde se acabe expulsando la población autóctona, por el encarecimiento de precios. Y aquello que tenía de atractivo su exotismo inicial, acaba siendo un parque temático de cartón piedra donde las tiendas y los bares venden sólo souvenirs producidos en la China y tapas shop suei. La regulación y el intervencionismo muy activo sobre los usos de los pisos y establecimientos comerciales por parte de los ayuntamientos, es una obligación por el bien común: bienestar y sostenibilidad económica.

MACEDONIA

1. Asistí al acto Creemos en Cataluña. Dos ex altos dirigentes socialistas se dirigieron en un auditorio lleno de empresarios. Antoni Castells y Germà Bel denunciaron la inviabilidad de la continuidad de Cataluña en el marco español debido a los objetivos divergentes de las élites dirigentes: la casta burocrático-oligopólica en Madrid y la empreneduria mayoritariamente industrial en Cataluña. Castells dijo que, por primera vez desde hace 200 años, los catalanes hemos desistido de arreglar España. Y Bel diseccionó la ineficiencia de la oligarquía y de los estados colbertianos ante el choque de la globalización.

2. Sólo tres empresas del Ibex no financiero cumplen con la ley de morosidad. El resto están cometiendo delitos que no son sancionados: unos 47.000 millons de euros de deuda a las pymes proveedoras. Los intereses de demora y el ahorro financiero pueden llegar a representar un tercio de los beneficios. Según Antoni Cañete, el implacable caballero del antimorosidad.

3. O sea que una vez hemos visto a Oleguer Pujol –con un pariente de Zaplana– haciendo de lacayo de operaciones de grandes grupos del Ibex, y a Acebes echando mano de la caja B, podríamos decir que, los mismos que extorsionan a las pymes con una morosidad delictiva pero no perseguida, son los proveedores de servicios a los ciudadanos más caros de Europa; y son los que corrompen a los grandes partidos del régimen para obtener concesiones o leyes a su servicio, vía BOE; y con este dinero en manos de comisionistas o de cajas B de partidos como el PP, se compran voluntades y opiniones de la prensa supuestamente libre (caso de Libertad digital).

4. Con este panorama comprenderán ustedes que aunque el Gobierno de Rajoy, incluso, impugne la macroencuesta en que se ha convertido el 9N, las ganas de independizarse perdurarán y crecerán. Empiezo a conocer madrileños que también se separarían de esta casta y caspa.

a.
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