Paradores S.A.

Cuando en la década de los años 20 del siglo pasado se inició la aventura de Paradorespocos podían pensar que casi cien años después el modelo iba a sobrevivir. “La incuria propia de nuestra idiosincrasia empresarial” como decía el conde de Romanones en 1905 llevó a la creación de este modelo de establecimiento público hotelero basándose en la recuperación de monumentos del Patrimonio Nacional. El primer Parador fue el de Gredos que inauguró Alfonso XIII, y a día de hoy existen 94 con diferentes regímenes temporales. ¿Tiene sentido este modelo de establecimientos turísticos en la primera mitad del siglo XXI?
     

 
Paradores es un desastre económico cuando debería ser una fuente de ingresos públicos y un instrumento de equilibrio territorial

 
Ningún sentido a no ser que se cumplan dos requisitos que en este momento cumplen muy pocos establecimientos.

1- Que se trate de un edificio de patrimonio público de alto valor cultural y artístico y al que por lo tanto la actividad hotelera desarrollada pueda ayudar a paliar en parte, que no del todo, sus costes de mantenimiento y conservación.
 
2- Que se encuentren ubicados en lugares alejados del mundanal ruido y por lo tanto cumplan la función de crear actividades económicas y puestos de trabajos directos o complementarios que ayuden a luchar contra la desertización de determinadas zonas geográficas.
 

Si se cumple uno de los dos es suficiente. Para mantener el producto, aunque no debe ser excusa para la creación de nuevos Paradores. Pero este cumplimiento no puede ser óbice para cambiar el modelo de gestión aplicado en estos momentos. Tengo que reconocer que, como Secretario de Turismo, fracasé totalmente en mis esfuerzos por cambiarlo, a pesar de que en teoría tenía las competencias suficientes para hacerlo.

Pero ahora que se juega con la rumorología para lanzar la idea de privatización creo que es oportuno aportar alguna idea de cuál es a mi entender el modelo que debería introducirse para conseguir una gestión adecuada del producto Paradores. No es ninguna idea brillante, es simplemente aplicar el sentido común a la gestión de un patrimonio y una fuente de recursos importante.

Paradores S.A. es una mezcla de deberes y derechos incompatibles con la buena gobernanza de una empresa y como consecuencia un desastre económico en lugar de una fuente de ingresos para la Administración y/o un instrumento de equilibrio territorial. Paradores S.A. debe ser sólo una empresa de gestión hotelera. Todo el patrimonio debe ser del Estado (50%) y del Municipio (50%) como administración pública más cercana, donde se ubique la instalación. Se debe establecer un canon de gestión a recibir por Paradores S.A. por la gestión de cada uno de los establecimientos y conforme a los criterios que establece el mercado en la zona donde se ubique el establecimiento. Esos ingresos deben ser la cuenta de resultados de Paradores y la propiedad debe hacerse cargo de las pérdidas o ganancias que produzca el establecimiento.
     

 
Paradores S.A. debe ser una empresa hotelera y no una empresa inmobiliaria. De su actividad inmobiliaria le vienen sus pérdidas

 
O sea, Paradores debe funcionar como funcionan las compañías hoteleras, según los cánones establecidos internacionalmente. Separan la propiedad de la gestión. Este sistema no es ninguna novedad, es, por decirlo de alguna manera, descubrir el Mediterráneo que hace siglos que está descubierto. Cómo me decía no hace mucho el Presidente de un gran compañía hotelera española: “me he pasado toda la vida creyendo que era un gran empresario hotelero y acabo de descubrir que soy un pequeño empresario inmobiliario”.

Y Paradores S.A. debe ser una empresa hotelera y no una empresa inmobiliaria. De su actividad inmobiliaria le vienen sus pérdidas.

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