Precio Iberia, servicio Ryanair

La transformación de El Prat en un aeropuerto para aerolíneas low cost

El Aeropuerto de Barcelona continúa aumentado sus vuelos y el número de pasajeros y todos estamos la mar de contentos. Pero la verdad es que El Prat se ha transformado en un aeropuerto low cost y esa no es una buena noticia para una gran ciudad. Muchos aeropuertos europeos cayeron en ese error antes que nosotros y han acabado pagando las consecuencias. El low cost no es un mal sistema de viaje. Permite reducir costos y está demostrado que en el segmento vacacional incrementa el gasto en el destino. Dado que el año pasado tuvimos 60 millones de turistas extranjeros y salieron 11 millones de españoles, ese incremento de su gasto en España es una buena noticia para nosotros.
     

 
El Prat se ha transofrmado en un aeropuerto low-cost y eso no es una buena noticia

 
Otra cosa es que tener un aeropuerto low-cost sea una buena noticia para Barcelona. Porque la esencia de determinadas compañías low cost es el maltrato al cliente. Los retrasos, la atención al cliente, la gestión del overbooking, las condiciones de espera, la gestión de las pérdidas de equipaje, en ningún otro medio de transporte tienen el nivel de deficiencia que hay en las compañías aéreas. La paciencia de los viajeros acostumbra a ser proporcional al miedo que produce el hecho de volar y al final el pasajero acepta que con no caer ya se da por bien pagado.

Y ese maltrato se ha hecho presente en Barcelona no por parte de la gestión del aeropuerto sino con la presencia masiva de Vueling. La trayectoria de Vueling desde su creación es espectacular. Además de una imagen guay del paraguay que ofrecen con su trato de tuteo y la informalidad de su revista, todo ello muy hortera, el resto es el peor servicio al precio más caro. Y en el aeropuerto de Barcelona somos prisioneros de Vueling desde el desmantelamiento total de Iberia, que espero algún día alguien analice en profundidad la tomadura de pelo de British Airlines en el proceso de fusión. Por cierto Iberia fue la única compañía que sí apostó por el aeropuerto de Barcelona con su inversión en un hangar ofreciendo servicios que antes no teníamos y que son esenciales .

Y el modelo de crecimiento de Vueling no ha sido crear nuevas rutas sino quedarse con las rutas de Iberia y aplicar en sus vuelos los precios de Iberia dando el tipo de servicio de Ryanair. Su respuesta más frecuente es “lo tomas o lo dejas” y en el caso de Barcelona solo puedes tomarlo o no viajar en la mayor parte de los casos.

A título de ejemplo relataré la odisea de los nueve miembros de una familia que decidió pasar sus vacaciones en Tenerife. Sobre la comodidad del viaje les ahorro la explicación. Con mi 1,71 de altura me paso los viajes con la espalda enganchada en el respaldo de mi asiento y las rodillas incrustadas en el asiento delantero.
     

 
El modelo de Vueling ha sido quedarse las rutas de Iberia y aplicar el servicio de Ryanair

 
A la vuelta de las vacaciones y al recoger las maletas se encontraron con una de ellas destrozada por un golpe y un coche de niño partido en dos literalmente. Como los billetes los habían gestionado a través de Iberia, se acercaron al mostrador correspondiente y plantearon la reclamación. Les dijeron que no había ningún problema y que les repondrían tanto la maleta como el cochecito. Días después recibieron una comunicación indicándoles que su reclamación había sido remitida a Vueling que sería quien les atendería.

La respuesta de Vueling fue la adecuada a su sistema de atención al cliente y la gestión de las reclamaciones: “lo tomas o lo dejas”. Por la maleta 50 € (en el mercado 288), y por el cochecito 100 € (en el mercado 289 €). Y allí se acababan las posibilidades de la reclamación porque así lo establecen las normas de la compañía.

La alternativa es sencilla lanzar reniegos que clamen al cielo o perder el tiempo y el dinero con una demanda que vaya usted a saber cuándo acabará y cuánto costará.

Un pequeño detalle: el precio de billete fue de 400 €. Lo dicho: precio Iberia, servicio Ryanair.

a.
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