Este fin de semana ha tenido lugar el Salón Internacional de Turismo de Catalunya (SITC). A sus espaldas lleva 23 ediciones en las que ha ido amoldando su futuro y adaptándose a los nuevos tiempos. Durante muchos años las ferias de turismo han sido los lugares de encuentros de compradores y vendedores profesionales. En sus inicios el SITC tuvo también esta última tendencia pero introduciendo, por parte de su creador Ramón Bagó, un matiz interesante de venta directa al cliente. De hecho las mismas fechas de celebración del salón en el mes de abril propiciaban por su cercanía a las épocas de las vacaciones estivales el que pudiese ofrecerse al visitante no profesional oportunidades conocer diferentes destinos nacionales o extranjeros para tomar una decisión dentro del propio SITC.
De hecho esta es una de las ventajas del SITC de cara a los expositores porque si su presencia en la feria se basa más en los albaranes que en los folletos tienen garantizado el retorno de la inversión y seguramente un amplio margen de beneficio. No es propaganda, es una realidad que se está produciendo cada año en las últimas ediciones del Salón y que desgraciadamente está teniendo más eco en los expositores foráneos que en los naturales del país.
Me atrevo a afirmar que la pretensión de quienes tenemos la responsabilidad del SITC es conseguir acercar al máximo de ciudadanos a la idea de que quiere se parezca cada día más a una feria medieval y a la feria se iba a feriar, a vender, a comprar, a intercambiar, a trocar. Diferentes destinos extranjeros están teniendo en el SITC una magnifica plataforma de ventas directas. No en vano Catalunya supera más del 20% de los viajes al extranjero del conjunto de España y de ese 20%, el 90% son ciudadanos de Barcelona y el área metropolitana. Tenemos por tanto los compradores y acuden al SITC a encontrar a los vendedores. Así lo entienden 50 destinos internacionales que cada año incrementan su presencia en el SITC.
En ese sentido un esfuerzo importante ha sido conseguir que muchos de los expositores presentes en el SITC este año hayan preparado ofertas especiales tanto en calidad como en cantidad para poder venderlos en el Salón.
Nos falta mejorar un aspecto importante: involucrar más a la ciudad con la celebración del SITC. Si este año hemos conseguido invertir la tendencia y el resultado ha sido aumentar el total de metros cuadrados útiles (10%) y también ganar cuota en el número de expositores (14%) nuestro esfuerzo debe ser aumentar el número de visitantes y potenciales compradores. En definitiva hacer del SITC un instrumento necesario para el desarrollo económico de Barcelona, porque la suma de pequeños esfuerzos es la que consigue finalmente colocarnos en el ranking de grandes destinos turísticos. El turismo de cruceros, de naturaleza, de naturaleza, eno-gastronómico, camping, vacacional y cultural se encuentran representados tanto a nivel nacional como internacional.
Creo que bien entrado el siglo XXI ese es el mejor servicio que puede dar una feria tradicional. Elegir un destino turístico para las vacaciones veraniegas supone decidir comprar un trozo de felicidad. Y el SITC es un magnifico escaparate de opciones para conseguirlo.
