Adif dispara su deuda para seguir con el AVE a todo tren

La empresa pública emite bonos por 3.000 millones de euros para pagar créditos pendientes y poder seguir construyendo más tramos de AVE. Sólo la línea Madrid-Barcelona se salva de los enormes déficits de explotación

Todas las líneas del AVE menos una (Madrid-Barcelona) son altamente deficitarias en España, pero Adif, la empresa pública que gestiona las infraestructuras ferroviarias, continuará construyendo tramos de AVE en toda España.

Para ejecutar las nuevas vías y mantener las existentes, Adif aumentará de 13.000 a 16.000 millones de euros su deuda durante este año, lo que supone el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) español. Para hacer frente al proyecto expansivo de alta velocidad, la empresa ha comenzado a endeudarse de una forma inexplorada hasta ahora con emisiones de bonos a 10 años.

El dinero recogido con las primeras emisiones será utilizado para hacer frente a los vencimientos de las viejas deudas en las que la compañía incurrió para construir los trenes deficitarios. Adif pagará un interés superior al de los bonos del Estado (en concreto, 3,5%).

Sólo durante los cuatro primeros meses del año, España ha licitado 1.387 millones de euros en proyectos de alta velocidad, el doble de lo licitado el año pasado en el mismo período. El enorme gasto supone una tercera parte de todas las obras públicas promovidas por el ministerio de Fomento.
 

 
Adif duplica el ritmo de concesiones pese al cierre de líneas como la de Toledo-Albacete que transportaba nueve pasajeros al día

 
España cuenta con casi 3.000 kilómetros de AVE (sólo superada por China) pero la mayor parte de la red es deficitaria. Uno de los fracasos más estrepitosos ha sido el del AVE Toledo-Albacete, que fue clausurado en junio de 2011 porque sólo transportaba a nueve pasajeros al día.

El sistema de alta velocidad español dejó impresionado al propio El secretario de Transportes de la Administración de Estados Unidos, Ray LaHood, en su visita a España el 2009. Junto al exministro José Blanco, ahora investigado por la justicia, seguró que la red ferroviaria era maravillosa pero veía un sólo problema para Estados Unidos: el país, a diferencia de España, «no lo puede pagar».

España ha gastado unos 50.000 millones de euros en líneas de AVE desde 1.992. El mantenimiento de cada kilómetro asciende a 100.000 euros cada año y hasta 200.000 euros en los tramos de túneles, un coste desproporcionado para la escasa afluencia de viajeros anuales: unos 20 millones. Pero el amplio crecimiento de la red ha traído beneficios. Las grandes constructoras se han beneficiado del despliegue, con frecuentes sobrecostes, y casi siempre beneficiando a las mismas empresas en sus subcontratas.

Pero tanto Adif como el gobierno de Mariano Rajoy aseguran que la inversión en trenes de alta velocidad no se pueden medir sólo en términos económicos sino que se debe valorar el beneficio social de la cohesión territorial. Lo mismo pensó el gobierno andaluz con su proyecto para comunicar todas las capitales de provincia por tren rápido pero que ha tenido que aparcar al no poder hacer frente a la deuda del proyecto de 280 millones de euros.

Consultado sobre la expansión de la red ferroviaria española, un consejero de Renfe, César Molinas, dio su opinión: «Sería mucho más barato transportar gratuitamente a todos los pasajeros de Renfe, a la hora que ellos quisieran, en automóviles Mercedes-Benz de último modelo».

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