Adif renunció a la máxima seguridad en Angrois porque ralentizaba el trayecto

El proyecto inicial, que se modificó en 2010, establecía ancho de vía AVE y sistema ERTMS en el tramo del accidente

Cuatro kilómetros antes del punto en el que descarriló el Alvia el 24 de julio, provocando la muerte de 79 personas, el sistema de seguridad europeo, el ERTMS, deja de funcionar. Sencillamente, no está instalado en las cercanías de Santiago, donde los trenes se guían por un sistema anterior, el ASFA. Por lo tanto, sin el sistema de frenado automático de la seguridad europea y de la alta velocidad.

El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, explicó en su comparecencia en el Congreso que el proyecto inicial para el tramo donde se produjo el siniestro preveía la instalación del ERTMS y que debía ejecutarse en ancho de vía internacional, es decir, el correspondiente a las vías AVE. Pero en 2010, este proyecto se modificó. Se decidió instalar el ancho de vía convencional para evitar la necesidad de incorporar otros dos intercambiadores de ancho de vía que “impedían ventajas de servicio” en tiempo de viaje. Es decir, ralentizaban la entrada del tren en Santiago.

«Ello también afectó al sistema de señalización, lo que supuso cambiar la implantación del ERTMS por el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático)» en la última parte del trazado de la línea, detalló Ferre durante su comparecencia en la Comisión de Fomento del Congreso.

Sin alegaciones contra la curva

La sesión comenzó con un minuto de silencio por las víctimas del siniestro a la que siguió una larga y farragosa enumeración del presidente de Adif respecto a los aspectos técnicos. Ferre concretó que durante el proceso de licitación de las obras se presentaron numerosas alegaciones al trazado, pero ninguna institución puso en duda la integración de la línea en Santiago ni la curva de A Grandeira, punto donde el Alvia descarriló.

En cuanto al cambio de sistema de seguridad, del ERTMS al ASFA, explicó que tiene lugar en el punto kilométrico 80, cuatro kilómetros antes del lugar del accidente. «La distancia entre este punto de transición y la señal de entrada del enclavamiento de Santiago es de 4,007 kilómetros, distancia suficiente para detener el tren con frenado de servicio en caso de que dicha señal esté cerrada», afirmó. Sin embargo, el Alvia circulaba guiado por el sistema más antiguo, el ASFA. El ERTMS tiene problemas de comunicación entre la tecnología del tren y la de la vía que no lograron subsanarse.

El tramo del accidente fue inspeccionado por última vez el 20 de abril, más de dos meses antes del accidente. Tras el siniestro, se procedió a una nueva revisión para restablecer la circulación en el tramo y apuntalar las medidas de seguridad. En estos momentos, la Dirección de Seguridad de Circulación de la compañía está elaborando un informe exhaustivo del accidente con el fin de determinar las causas que «permitan tomar las medidas precisas para evitar que vuelva a ocurrir», aseveró Ferrer.

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