Aena crea un ‘embudo’ en Barajas en pleno puente

El aeropuerto de Barajas tiene dificultades para gestionar los vuelos programados hasta el domingo por el cierre de una pista por obras. Aena niega que existan retrasos y asegura que el 'hub' madrileño opera con normalidad.

Aena ha creado un ‘embudo’ en el aeropuerto de Madrid-Barajas en pleno puente de mayo. Esta es la denuncia de los trabajadores después de que la mañana del viernes dejara retrasos en varios vuelos en el ‘hub’ madrileño. Los profesionales lo atribuyen al cierre de una de las cuatro pistas del aeródromo por obras. Aena niega la mayor y asegura que la instalación «opera con normalidad».

Lo cierto es que durante la mañana del viernes se han producido demoras en varios vuelos. Las más afectadas han sido conexiones entre Ámsterdam y Madrid operadas por diversas aerolíneas. Las esperas se han repetido en cuatro enlaces entre la capital y Milán y Lyon, y los vuelos de Air Europa y Etihad de Múnich a Barajas.

Preguntado por los retrasos, el gestor aeroportuario español ha señalado que Madrid-Barajas –que espera 1.103 operaciones durante el puente, «está operando con normalidad».

Un «embudo»

Fuentes profesionales discrepan. Según voces cercanas al aeropuerto, el cierre de la pista 36L está mermando la capacidad de aterrizaje y despegue. «Los problemas empezaron el sábado pasado. Se repetirán durante el puente», han indicado las mismas voces.

En el centro del debate está la configuración del aeropuerto. Aena, dicen los empleados, no ha alterado los ‘slots’ o derechos de vuelo que vende a las compañías pese a tener una pista menos. «La 36L cerró el 17 de abril por obras. Y no ha cambiado la programación. Algunas aerolíneas están cargando más combustible porque saben que, al llegar a Madrid, tendrán que esperar para aterrizar», aseguran fuentes sindicales.

Denuncia

La denuncia coincide con una advertencia del sindicato de controladores USCA en abril, cuando la pista quedó inoperativa por un mes por repavimentación y rebalizaje. La organización alertó de que Madrid-Barajas, capaz de gestionar 50 despegues y 48 aterrizajes cada hora, perdería casi la mitad de operatividad.

«Afecta tanto a las salidas como las llegadas, ya que las pistas reciben ambas operaciones dependiendo del viento», abundan las mismas voces. ¿El resultado para el pasajero? «Retrasos de 20 a 30 minutos en las salidas y de un tiempo similar en las llegadas», concluyen.

a.
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