Barcelona se inspira en Milán para convertirse en un aeropuerto de tránsito

El aeródromo de El Prat llevará un paso más lejos el programa 'Fly via Milano' transalpino para potenciar el tráfico, que en 2016 superó los 43 millones

El Aeropuerto de El Prat se ha centrado hasta el momento en promocionar Barcelona como destino. Un reclamo que ha atraído en los últimos doce meses el interés de aerolíneas de todo el planeta como Korean Air, Norwegian, United Airlines o Pakistan International Airlines. La instalación no se conforma y quiere ahora convertirse en un punto de conexiones. Para ello, ha tomado el modelo de Milán, aunque llevándolo un paso más lejos.

Con la red de destinos de Vueling nutriendo el corto radio tanto nacional como europeo y un abanico de rutas aéreas intercontinentales en constante expansión, el aeródromo empieza a reunir las condiciones para convertirse en un hub. El objetivo, explican fuentes vinculadas al aeropuerto, es el de erigirse como una parada entre Asia y América.

Sin embargo, a El Prat todavía le queda mucho camino por recorrer para atender con garantías a los pasajeros que realicen este tipo de trayectos: la oferta hotelera en el mismo aeropuerto es inexistente –sí que encontramos establecimientos a pocos kilómetros— y las salas vip aglutinan numerosas quejas y denuncias de los usuarios, como se ha hecho eco Cerodosbé.

De este modo, los responsables de la instalación se inspiran en el programa Fly via Milano que ha lanzado Milán Malpensa, un aeropuerto con el que se pueden trazar paralelismos: vivió la retirada de Alitalia como El Prat sufrió la de Iberia. El aeródromo transalpino ha puesto en marcha una agresiva promoción para convertirse en un puerto de escala y regala a los viajeros un seguro gratuito en el caso de perder el segundo vuelo.

Las facilidades no se acaban con la salvaguarda. A la hora de reservar los billetes, ofrece la posibilidad de combinar aerolíneas low-cost y chárters en una sola web. Ya en Lombardía, tiene a disposición de los usuarios un servicio de mantenimiento de equipajes, acceso gratuito a unas innovadora salas vip, un pasillo relámpago para superar el control de seguridad, wifi gratuito y un cheque regalo en las tiendas de la zona tierra.

Con el Fly via Milano como modelo, El Prat quiere dar un paso más allá y transformar una escala en una oportunidad para conocer Barcelona. Así, además de las facilidades que ofrece la instalación italiana, quiere promocionar la ciudad para que el viajero en tránsito vuelva. «Que la experiencia de unas horas nos valga para que el pasajero repita y venga una semana», resumen fuentes del aeródromo. 

Pese a que el proyecto todavía se encuentra en una fase incipiente, el objetivo es involucrar al resto de actores turísticos de la ciudad. Por ello, ya se han iniciado las conversaciones con los hoteleros para conseguir habitaciones a precio de saldo para todos aquellos pasajeros que deban o quieran pasar una noche en la capital catalana.

Para las escalas más cortas, se estudia el lanzamiento de autobuses lanzadera que realicen un recorrido turístico por la ciudad y vuelvan al aeropuerto en unas horas. «Deberá conseguirse con la buena voluntad y la colaboración de las instituciones», reconocen.

Según cifró Óscar Oliver, director de Aeroports de Catalunya y miembro del Comité de Rutas Aéreas de El Prat, hace un año a Expansión, el volumen de usuarios en conexión ronda el 6% en la base mediterránea. La cifra todavía se mantiene alejada del 30% del que presumen otros aeropuertos.

Mientras, la instalación cerró el año por encima de los 43 millones de pasajeros, según ha podido saber Cerodosbé. Otro ejercicio de récord, que superará por primera vez la barrera de los 40 millones y que deja atrás la marca de 39,7 milones de personas registrada en 2015.

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