Boeing y Airbus temen una ola de perjuicios por el “brexit”

Los mayores constructores aeronáuticos advierten que la falta de acuerdo entre Londres y Bruselas impactará negativamente en el sector

Boeing y Airbus reflejan la preocupación de las aerolíneas, sobre todo las británicas, por las consecuencias del “brexit” en sus negocios. Los constructores aeronáuticos pidieron a Londres y Bruselas que acuerden posiciones y que establezcan un período de transición para acomodar el mercado.

El Comité de Empresas, Energía y Estrategia Industrial de la Cámara de los Comunes recibió las propuestas de los fabricantes. En el caso de Boeing, que emplea a 2.200 personas en el Reino Unido, pide “claridad” al gobierno británico y al comunitario sobre las futuras políticas para el sector aéreo.

«La naturaleza reguladora de la industria aeroespacial supone que los planes de contingencia del ‘brexit’ tienen un periodo asociado de tiempo de 12 meses (para su preparación)», indicó Boeing, y solicitó que en el primer trimestre del año que viene definan cómo se regulará el mercado aeronáutico tras la salida de Gran Bretaña.

Temor por las trabas inmigratorias

Por su parte, Airbus, que emplea a unas 15.000 personas en el Reino Unido y estima que genera unos 100.000 empleos entre los proveedores británicos, también ha solicitado un «largo periodo de transición» y resaltó que necesita tiempo para movilizar personal y equipo técnico de un lugar a otro.
Un punto que preocupa a Airbus es la implementación de controles inmigratorios para sus empleados, ya que el continuo traslado de trabajadores en sus diversos centros y factorías será más complicado si se deben gestionar visados de entrada o de trabajo.

«No alcanzar un acuerdo con la Unión Europea tendría unas consecuencias significativas para Airbus y su cadena de suministro», añadió el consorcio europeo. Por ejemplo, el constructor teme que los investigadores británicos no puedan acceder a los fondos de desarrollo europeos, que son “de una gran importancia” para Airbus. A largo plazo, considera que un desacuerdo dañará a la industria tecnológica de ese país y perjudicará la creación de empleos calificados.

En tanto, la presidente del comité de la Cámara de los Comunes, Rachel Reeves, difundió un informe del Grupo ADS (asociación británica de empresas aeronáuticas) que revela que la implantación de trabas aduaneras e inmigratorias acarreará 1.500 millones de euros de gastos adicionales en el sector, lo que perjudicará gravemente su competitividad.

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