El contraataque de Aerolíneas Argentinas a Norwegian y Level

La aerolínea latinoamericana contesta con más frecuencias, precios más bajos y un nuevo avión a los vuelos de bajo coste entre Buenos Aires y Barcelona

El corredor entre Barcelona y Buenos Aires dejará de ser en pocas semanas coto exclusivo de Aerolíneas Argentinas. Level, la filial de bajo coste y largo radio de International Airlines Group (IAG), comenzará a volar en junio entre ambas ciudades y Norwegian Air ya ha avisado de su entrada a la ruta en 2018. A la firma latinoamericana se le amontona la competencia; sin embargo tiene claro el plan para responder: más frecuencias, precios más bajos y un nuevo avión.

Fuentes de la compañía niegan Cerodosbé la posibilidad de un abandono del aeropuerto de El Prat, tal y como se ha especulado en más de una ocasión a lo largo de los últimos meses. De hecho, la aerolínea elevará los cinco vuelos semanales actuales. “Sumaremos entre una y dos conexiones a la semana, todavía falta concretar el número exacto”, desvelan las mismas voces.

Además, desde la operadora promocionan una rebaja de precios para acercarse a los de las firmas low-cost. Jamás cruzarán el Atlántico por 150 euros, pero sí han elevado el número de billetes que no alcancen los 900 euros. “Nosotros también ofrecemos un servicio diferenciado, mayor espacio para las piernas, facturación de maletas y comidas a bordo incluidas”, comparan.

La tercera punta del tridente llegará de la mano de los Airbus A330 que la compañía recibe desde hace dos años. Si bien la empresa ya amagó llevarlos a Barcelona en 2016, finalmente los destinó a bases como Madrid y Roma. En la capital española no se preven más frecuencias.

“Otro de los puntos fuertes de Aerolíneas Argentinas frente a Norwegian y Level es la conectividad en el destino”, presumen. “En muchos vuelos está incluido un segundo despegue de conexión hacia otro de los aeropuertos del país, algo que la competencia no puede ofrecer”, añaden.

Los movimientos apuntalan la declaración de intenciones que el presidente de la compañía, Mario Dell’Aqua, apuntaba esta misma semana a La Nación: «Nuestra intención es aumentar frecuencias en los destinos internacionales más entrar en nuevas ciudades». Un ejemplo, la ampliación de capacidad hasta Roma con un vuelo diario.

En paralelo a la expansión, la firma debe equilibrar su balance ante unas pérdidas de más de 300 millones de euros sólo en 2016. Con el objetivo de ser rentables en 2019, la aerolínea verá reducida la inyección estatal desde los 650 millones de euros hasta apenas 150 en menos de un lustro.

En el horizonte, la vuelta de la empresa a manos privadas –«Es posible, pero no estamos de ninguna manera estudiándolo», declaraba Dell’Aqua en la misma conversación–.

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