¿El peor enemigo del A350? El café con leche

La AESA exige que en la cabina de los A350 haya una zona 'libre de líquidos' tras dos incidentes que llevaron al apagado de un motor

Si más de un ordenador se arruinó cuando a alguien se le cayó café en el teclado, ¿qué pasa si se derrama en los comandos de un avión de pasajeros? El peor de los panoramas es que se apaguen los motores, advierte la Agencia Europea de Seguridad Aérea; por ello insta a que las aerolíneas establezcan una ‘zona sin líquidos’ en la cabina de vuelo de los A350.

¿A qué se debe tanto celo? A que en noviembre del año pasado y en enero ocurrieron dos incidentes con una causa similar: la caída de líquidos calientes en los paneles de control llevó llevaron a que se apagara uno de los motores.

Los dos incidentes con el café

El primero fue el 9 de noviembre de 2019. Aunque no se informó oficialmente, según Flight Global el incidente fue protagonizado por un A350-900 de Asiana que volaba de Seúl a Singapur y que tuvo que desviarse a Manila.

Un vuelo de Asiana y otro de Delta pasaron por el mismo percance: por la caída de té o café en el tablero se apagó uno de los motores

La causa del aterrizaje de emergencia fue que el té de uno de los tripulantes se había caído en los mandos, y una hora después uno de los motores Rolls-Royce Trent XWB dejó de funcionar. A pesar de los intentos de reactivarlo, permaneció sin respuesta.

[Para leer más: Rolls Royce pone en apuros al nuevo A350 de Iberia]

El segundo suceso fue el 21 de enero de 2020. A otro A350-900, en este caso de Delta Air Lines, se le apagó el motor y tuvo que aterrizar en Fairbanks, en Alaska.

Tal como en el caso de Asiana, no hubo manera de reiniciar el motor. Y la razón, vieron los investigadores, era que se había derramado una bebida caliente en el pedestal central, el panel de control integrado para el arranque del motor y las funciones de monitoreo.

Las tazas de Europa son más pequeñas

Menos grave fue el incidente que le sucedió a un A330 de Cóndor en febrero del año pasado, en que el café vertido en el tablero causó problemas en los sistemas de comunicación.

El contenedor para vasos en la cabina de vuelo es pequeño para el tamaño de recipientes que se suele usar en EEUU

La causa de estos incidentes es insólita: los contenedores para vasos en los Airbus son pequeños, o al menos para el tamaño que se usa en países como Estados Unidos, acostumbrados a grandes recipientes para tomar un café con leche, informa Simple Flying.

Operaciones anormales

La AESA recordó que el derrame de líquidos genera “operaciones anormales” en los comandos, como una sucesión de órdenes de encendido y apagado que lleva -en el peor de los casos- a que se apaguen los dos motores.

Por ello la agencia ordenó a las aerolíneas que operan los A350-900 y A350-1000 que incluyan la recomendación de establecer una ‘zona libre de líquidos’ y recuerden a los tripulantes los procedimientos en caso de que haya una caída accidental del té o café.

Pero claro, con el pequeño tamaño de las cabinas, no hay mucho margen para establecer un sector donde no se pueda tomar un cafecito. O se tiene más cuidado, o pronto este refrigerio quedará prohibido en la cabina de vuelo.

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