El personal de limpieza de El Prat amenaza con una nueva huelga

El personal anuncia medidas de protesta ante los recortes que plantea Sacyr, la adjudicataria de las terminales T1 y T2

En la retina todavía se mantiene las imágenes del año 2012, con el Aeropuerto de El Prat cubierto de papel de periódico. El personal de Vareser y la UTE Mantres-Ingesan, las empresas adjudicatarias del servicio de limpieza de las terminales T1 y T2 del aeródromo, se declaró en huelga por la reducción de sus condiciones económicas y sociales. Menos de un lustro después, el embrollo va camino de repetirse.

En esta ocasión, de la mano de los trabajadores de Sacyr, que en diciembre de 2015 se hizo con los contratos de aseo e higiene de ambas instalaciones. Ganó el concurso con una oferta de 1,45 millones de euros inferior al precio de salida. «Y ahora lo quieren trasladar a las jornadas y las vacaciones de los empleados», denuncia un portavoz de Comisiones Obreras.

De hecho, la plantilla ya alerta de un complicado equilibrio para el correcto funcionamiento de la instalación. «En los últimos tres años ha habido más de 25 bajas que no se han sustituido», ilustran. Por ello, las botellas se amontonan en los controles, las papeleras superan su capacidad en los días de más actividad y Aena se ve obligada a cerrar lavabos que no se han podido limpiar. «Es un práctica habitual», sostienen desde el sindicato para señalar al gestor aeroportuario.

Ahora, la situación podría agudizarse. Trabajadores y directivos de Sacyr se reunen este martes con un plan de recortes sobre la mesa. El punto más polémico, una reducción de jornada laboral. Si bien, el personal tiene un contrato de 7 horas diarias, realizan 8, por lo que tienen derecho a 24 días de fiesta suplementarios. La compañía quiere acabar con este privilegio, pero sin contratar más empleados. «O la calidad del servicio se resentirá o nos harán trabajar más por el mismo sueldo», plantea.

Además, la empresa quiere realizar una redistribución de efectivos. «No entendemos porque nos siguen apretando las tuercas si cada vez hay más pasajeros y los ingresos de Aena no paran de crecer», culmina el portavoz.

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