Lufthansa vuelve a ganar a Ryanair (pero por poco)

Las aerolíneas de Lufthansa transportaron 8,8 millones de pasajeros en febrero, apenas 200.000 más que Ryanair

El pulso entre Lufthansa y Ryanair no cesa. Tras haber recuperado el podio del operador con más pasajeros transportados en 2017, el grupo Lufthansa está decidido a no ceder su primer puesto frente a su competidor más inmediato.

El grupo alemán transportó 8,8 millones de pasajeros, lo que representa un aumento del 13,1% comparado con el segundo mes del año pasado. La ocupación subió 1,2 % (hasta llegar al 76,2%), mientras que las ventas de pasajes se incrementaron el 10,4%.

Lufthansa, aerolínea por aerolínea

Pero el cálculo que ofrece la empresa con sede en Fráncfort tiene truco, porque engloba a todas las aerolíneas del grupo. Si se calcula por cada línea, se revela que Lufthansa Airlines transportó 4,5 millones de pasajeros (+6,5%), mientras que Eurowings, junto con Germanwings y Brussels Airlines llevaron a 2,1 millones, un importante incremento del 35,3% respecto al año pasado.

Ryanair lidera como la aerolínea unitaria que transporta más pasajeros

Si se toman en cuenta estos últimos resultados, Ryanair sigue siendo la compañía que por sí sola transporta más pasajeros, al llevar a 8,6 millones de personas en febrero, un 5% más que en el 2017.

Sus vuelos apenas tienen lugares vacíos: el índice de ocupación fue del 95%. En los últimos doce meses el tráfico de usuarios creció un 9% y ya llega a los 130 millones de pasajeros.

Objetivo de Ryanair: 1.400 millones de beneficios

La aerolínea anunció el pasado febrero que obtuvo un beneficio neto de 106 millones de euros en su tercer trimestre fiscal (octubre a diciembre), el 12 % más respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

Para 2018 Ryanair prevé que sus beneficios lleguen a los 1.400 o 1.450 millones de euros, si bien esas cifras están sujetas, entre otros factores, a la ausencia de «trastornos sindicales» y «sucesos de seguridad», explicó entonces su consejero delegado, Michael O’Leary. Por ello sus directivos buscan poner paños fríos a los conflictos con los pilotos y reconocer a los sindicatos como interlocutores.

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