Ni B797 ni avión eléctrico: Boeing y Airbus congelan sus proyectos

La crisis económica por el coronavirus fuerza a Boeing y Airbus a reducir su producción y archivar los proyectos de nuevos aviones

No es momento de pensar en desarrollar nuevos aviones. Los negativos resultados trimestrales de Airbus y Boeing, sumado a la incertidumbre con el regreso a la normalidad en el mundo de la aviación, lleva a los dos gigantes a paralizar cualquier proyecto que tengan en la mesa.

Aunque diplomáticamente digan que siguen trabajando para desarrollar los modelos que puedan necesitar el mercado, lo cierto es que sus proyectos estrella quedarán archivados en un cajón hasta nuevo aviso.

El golpe final al B797

Es posible que el coronavirus haya dado la estocada final al proyecto del NMA, el avión mediano que pretendía competir contra la inminente llegada del A321XLR de Airbus.

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Conocido como B797 de manera informal, se contemplaba crear un modelo para 230 pasajeros que pueda volar entre 7.780 y 9.260 km en dos variantes.

A principios de año el nuevo consejero delegado, Dave Calhoun, estaba en desacuerdo con la marcha del proyecto y dijo que necesitaba rediseñarse desde cero.

En enero el CEO de Boeing dijo que el B797 tenía que rediseñarse desde el principio. Pero con la crisis del coronavirus ni se plantea seguir adelante

Pero con la sorpresiva crisis Boeing está reflotando otras ideas para ocupar este segmento del mercado. Una es desarrollar una variante actualizada del B767, modelo que se dejó de fabricar en el 2014, pero que continúa adelante como la variante de carga.

Boeing quiere hacer borrón y cuenta nueva con el B797. Foto: Boeing

El desarrollo del B797 queda suspendido hasta nuevo aviso. Foto: Boeing

Según Reuters, la idea de Boeing es actualizar los motores del B767 para que cumpla con las reglas de emisiones de 2008, lo que podría abrir la puerta a un nuevo modelo de pasajeros.

¿Y si se resucita al B757?

Otra opción es actualizar al B757 con un modelo con más alcance y plazas, proyecto que se conoce como B757 plus, dijo una fuente del fabricante a la agencia de noticias.

El último B757 salió de las plantas de Boeing en el 2004, y si contara con nuevos motores y una cabina renovada sería un digno candidato a competir contra el futuro avión de pasillo único de Airbus.

Nada de reemplazar al B737 (por ahora)

En Boeing también se ha paralizado cualquier idea de crear un avión que reemplace al B737 MAX, que sufre su propia crisis de prohibición de vuelos más allá del coronavirus.

Para leer más: Boeing ve que no es momento para desarrollar un avión de pasillo único que pueda tomar el relevo del malogrado B737 MAX

El plan del FSA (por Futuro Avión Pequeño, en inglés) era crear un avión de pasillo único desde cero, que pueda tomar el relevo del B737 y sus variantes, para evitar una mayor caída en la imagen pública de la compañía.

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El B757 plus se barajaba como una opción para el segmento NMA. Foto Wikipedia

Pero como dijo una fuente interna a Reuters, “todo lo que tenga que ver con (los proyectos del) NMA y el FSA se ha detenido”.

Airbus se olvida de su avión eléctrico

Airbus también se ve forzado a dejar de lado sus proyectos y concentrarse en recuperar el mercado cuanto antes.

Entre las ideas embrionarias que quedan descartadas se encuentra el avión eléctrico E-Fan X, que lo desarrollaba junto a Rolls-Royce tras la separación de Siemens del proyecto.

[Para leer más: El proyecto del avión eléctrico de Airbus se va a pique]

Este formaba parte de las iniciativas de la Unión Europea para que en 2050 la aviación continental tenga medios de transporte aéreos más sostenibles.

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Airbus suspende la investigación del avión eléctrico E-Fan X. Foto: Airbus

Las dos compañías iniciaron su investigación conjunta en el 2017 y el plan era tener un primer prototipo volando el año que viene.

Un prototipo que pretendía liderar la aviación eléctrica

Pero la idea no era tener un avión que pueda ser usado comercialmente, sino contar con un prototipo que pueda servir para acelerar el desarrollo de los modelos híbridos.

El cuerpo del avión se planteaba como una adaptación del British Aerospace 146, y que junto con las turbinas Lycoming lleve un motor eléctrico Siemens 2 MW.

Pero ni Airbus ni Rolls-Royce lamentaron la interrupción del proyecto: ambas compañías dijeron que la investigación dejó valiosos aportes en el desarrollo de arquitecturas híbridas, sistemas de alto voltaje y tecnologías de baterías.

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