Otro avión se hunde en el mar para atraer submarinistas

Un A330 sin motores hundido en la Bahía de Saros, Turquía, se convierte en la aeronave más grande sumergida con fines turísticos

Una vez dejan de volar, los aviones pueden tener una segunda vida (más honrosa que el desgüace). Como hoteles, como restaurantes, como museos, como decoración e, incluso, como atracciones turísticas bajo el mar. Tras el hundimiento de un Boeing 747 en Baréin, en el Golfo Pérsico, ahora es un Airbus 330 el que se convertirá en arrecife para atraer el turismo de buceo en Turquía.

Hace pocos días asistíamos a la inmersión de un B747 que será la estrella del nuevo parque Dive Bahrain, que se inaugurará en agosto con 10 hectáreas dedicadas al buceo. Con la idea de convertirlo en un arrecife artificial, el objetivo pasa por fomentar la población de corales, pero también de peces que acuden en busca de alimentos.

El avión se sumergió en la Bahía de Saros, al norte del Mar Egeo, a media milla náutica de lacosa y a una profundidad de 30 m

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De hecho, los arrecifes artificiales pueden crearse colocando diferentes elementos en el lecho marino: desde aviones a barcos, pasando por bloques de hormigón. La idea es generar un hábitat protegido donde la vida marina se desarrolle y, a la vez, que sirva de imán para los buceadores.

Un A330 en la Bahía de Saros

Con este objetivo se hundió, el pasado viernes, un A330 ya en desuso que había volado para la aerolínea turca Onur Air en la Bahía de Saros, en el noroeste de Turquía.

 

Procedente de la ciudad de Antalya, desde donde se transportó en un total de seis camiones, el avión fue reensamblado sin motores ni otros elementos en la cabina, para después sumergirse a aproximadamente media milla náutica de la costa, a una profundidad de 30 m.

Al norte del Mar Egeo, el avión es, según las autoridades, el más grande del mundo sumergido y dedicado a una actividad como el turismo de buceo.

Cómo se hunde un A330

Con aproximadamente 60 m de largo y otros 60 m de ancho de extremo a extremo de las alas, así como 90 toneladas de peso, los expertos buceadores tardaron cuatro horas en hundir el avión en su totalidad.

El avión, de unos 60 m de largo y otros 60 de ancho en las alas, así como 90 toneladas, tardó unas cuatro horas en hundirse totalmente

En una acción que contó con el patrocinio del Proyecto de gasoducto Trans-Anatolian (TANAP), en primer lugar la aeronave fue remolcada por grandes botes hasta el lugar escogido para la inmersión.

 

Después, los barcos se deshincharon para permitir que el avión se hundiera lentamente, hasta quedar colocado en el lecho del mar.

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Un museo submarino en crecimiento

Los responsables del proyecto esperan que la acción sirva para atraer a una gran cantidad de submarinistas, especialmente procedente del Grecia y Bulgaria.

Además, según prevén, otros elementos podrían acompañar al avión bajo el mar, y así constituir un museo más completo como, por ejemplo, vehículos y otros elementos utilizados en la batalla de Galípoli (también llamada de los Dardanelos) en la Primera Guerra Mundial, que se custodian en el primer museo submarino de historia de Europa, The Side Underwater Museum, en aguas de la ciudad costera de Side, en este caso en el Mar Mediterráneo.

 

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