Qantas inicia las pruebas del vuelo más largo del mundo

El próximo fin de semana Qantas volará de Nueva York a Sídney para probar la viabilidad del que será el vuelo de pasajeros más largo del mundo

Actualmente operado por Singapore Airlines, que opera el vuelo entre Singapur y Nueva York que recorre 16.000 km en 18 horas y 15 minutos, el récord del vuelo más largo del mundo pasará pronto a Qantas, que comienza este fin de semana los ensayos con pasajeros de su vuelo sin escalas entre Nueva York y Sídney con una duración estimada de 19 horas y media.

Enmarcado en su proyecto Sunrise y definido como “la última frontera de la aviación”, el vuelo saldrá desde los EEUU el viernes y lleganrá a Australia el domingo por la mañana.

En el primero de los vuelos experimentales viajarán 50 personas, entre tripulación y pasajeros, incluidos científicos e investigadores

Qantas se convertirá en la primera aerolínea que cubra esta ruta sin escalas.

[Para leer más: Vuelos ultralargos: estos son los 15 que reinan en 2019]

Efectos sobre los pasajeros

Superadas las barreras técnicas -el vuelo se operará con un Boeing 787 Dreamliner como el que ya opera la ruta sin escalas que conecta Perth y Londres en un vuelo de 17 horas- la mayor atención se pondrá ahora en los efectos que puede tener sobre la tripulación y los pasajeros el vuelo de ultralargo radio.

Y es que el jetlag, contra el que los viajeros llevamos años luchando, adquiere una nueva dimensión en esta ruta, como también los esfuerzos para contrarrestar sus temidos efectos, que puede generar una industria millonaria.

Científicos e investigadores serán parte del primer grupo de viajeros, que incluirá alrededor de 50 personas y que convertirá el vuelo en una suerte de laboratorio en las alturas.

qantas amanecer
Unir Sídney con Nueva York y Londres es el objetivo del Proyecto Amanecer. Foto: EFE.

Monitorizarán la capacidad de los pilotos para mantenerse alerta y vigilarán las comidas, horas de sueño y las posibilidades de realizar algún tipo de ejercicio de la treintena de personas que viajarán como pasajeros. ¿El objetivo? Comprobar cómo tolera el cuerpo un vuelo de tal magnitud.

El mercado del jetlag

La proliferación de rutas ultralargas lleva aparejado todo un mercado de productos para ayudarnos a soportar mejor el desafío, desde alimentos a melatonina, pasando por remedios contra la ansiedad o gafas especiales para leer.

Existe todo un mercado en torno a combatir los efectos del jetlag que va desde medicamentos a apps

El potencial, según Bloomberg, dependerá de si la cifra de viajeros que pronostica IATA de alcanzar 8,2 billones de personas en 2037 se cumple. Sea cual sea la cifra, la demanda de productos contra el jetlag está aumentado aproximadamente un 6% anualmente, según el diario.

El mercado más amplio lo capitalizan los remedios contra los trastornos del sueño, que cifra el negocio en 1.500 millones de dólares, que ascenderán a 1.700 en 2023, según datos de GlobalData e incluyendo más de 80 medicamentos.

El jet lag se produce, según estiman los expertos, cuando atravesamos al menos tres zonas horarias o más sin parar. El cuerpo continúa funcionando según el reloj interno previo a volar y las consecuencias se traducen en fatiga excesiva durante el día e insomnio durante la noche. Las consecuencias son incluso más graves cuando se vuela hacia el este, ya que se invierte el ciclo habitual del día y la noche.

Pero el sueño no es la única víctima. También sufren el corazón, el metabolismo y la absorción de los alimentos, según los científicos, que califican de devastador el desfase horario excesivo.

Además de trastornos en el sueño el cuerpo puede sufrir otros efectos, desde problemas cardiovasculares a cambios de comportamiento 

Según la bioquímica y experta en sueño Carrie Partch, los viajeros constantes enfrentamos a jet lag probablemente “engorden más, tengan problemas cardiovasculares y trastornos en el comportamiento”.

Otros efectos perniciosos de los vuelos ultralargos se relacionan con la falta de humedad y de regeneración del aire en la cabina.

Una app para combatir el jetlag

Mientras los científicos estudian como paliar los efectos del jet lag se multiplican las herramientas para combatirlo, entre ellas los productos antes mencionados y también las aplicaciones, que como Byebyejetlag ofrecen audios para escuchar durante el vuelo y ajustar el reloj interno al horario del destino o Timeshifter, que crea un plan de vuelo personalizado y te avisa de cuándo estirar las piernas, cuándo comer o cuándo dormir.

Un elemento clave, según los científicos, es la exposición a la luz diurna, por lo que la mayoría de estas aplicaciones recomiendan cuándo exponerse a ella y cuándo evitarla.

Si los resultados de los vuelos experimentales son positivos, Qantas los comercializará desde 2022 y diseñará nuevas rutas ultralargas hacia América Latina y África

[Para leer más: Ocho curiosidades sorprendentes de los vuelos de largo radio]

Vuelos experimentales

Al vuelo que Qantas operará este fin de semana se unirá otro desde Londres a Sídney a finales de mes, con idénticos fines experimentales y que la compañía denomina Mission Dawn.

Si los resultados son satisfactorios podrían operarse comercialmente a partir de 2022 y, más adelante, abrirse a nuevas rutas ultralargas hacia otros destinos en América del Sur y África.

La decisión sobre si seguir adelante o cancelar el Proyecto Amanecer, que también involucra a los fabricantes de aviones como Boeing y Airbus, a quienes Qantas reta a construir aparatos que puedan volar 20.000 km sin parar, se tomará a finales de este mismo año.

Además de los límites físicos de los pasajeros, el Proyecto Amanecer se enfrenta a los críticos con el sector de la aviación que denuncian sus elevadas emisiones de CO2 a la atmósfera

Además de a los problemas físicos se enfrentan también a los movimientos críticos con la aviación, que denuncias sus elevadas emisiones de CO2 (que han aumentado un 32% en los últimos 5 años).

A este respecto, Qantas responde con iniciativas para compensar sus emisiones, así como por la implantación de aviones más modernos y eficientes, con menor consumo de combustible y menores emisiones.

También está por ver si el regulador de aviación civil australiano autorizará este tipo de vuelos que obligará a las tripulaciones a trabajar durante más de 20 horas seguidas y que requerirá, según la aerolínea, de formación y entrenamiento especiales.

 

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